El otro mundo y victoria

                                El otro mundo y Victoria

De noche como de costumbre, ruidos y gritos suplicando socorro se oían en aquel loquero. Juré que nunca entraría allí, pero un día aquella promesa impuesta por mí, se rompió. Mi curiosidad se apoderó de mí ser y llevó a que yo visitase aquel lugar. Apenas caía la noche, yo ingresaría con un grupo de investigadores y sus cámaras nocturnas que lo grabarían todo. Acordamos salir del edificio a las siete AM, corriendo cualquier tipo de inseguridad posible y superando todo miedo que apareciera. Finalmente el día llegó, teníamos todo preparado y estábamos listos para entrar al lugar. Nos paramos en la puerta antigua de aquella construcción, posteriormente, abrimos el candado y soltamos las cadenas que prohibían la entrada. Al ingresar, no tuvimos visión de nada, todo estaba muy oscuro y silencioso. Pasamos a prender las luces de nuestras cámaras especializadas y pudimos observar que se trataba de un sitio inmenso con un gran corredor en medio. Este pasillo comunicaba las diferentes habitaciones de los pacientes y una escalera que nos indicaba descender hacia la morgue y el quirófano. Al llegar hasta este pasillo una enfermera se ofreció a hacer la visita guiada, pasando por cada habitación y explicándonos la historia del psiquiátrico. Recorrimos todos los dormitorios, y notamos que todas las personas de allí tenían problemas psicológicos. Por consiguiente vimos una persona totalmente diferente a las demás, hasta parecía normal, al principio ella tenía miedo de nosotros, pero después de unos instantes vio que nuestras intenciones no eran malas. Posteriormente yo insinué que esta persona quería decirnos algo, así que le pregunte a la enfermera si podía entrevistar a esta muchacha. La profesional respondió que si podíamos hacerlo, pero durante la mañana del día siguiente cuando los pacientes almorzaban, y advirtió que sería por tiempo determinado. Discutimos sobre el tema con mis colegas, y decidimos no romper la promesa de irnos antes de las siete AM, por lo tanto nos quedamos despiertos toda la noche, hasta conocer cada rincón de aquella superficie.

El sol se asomaba, luego de una noche de insomnio total, acompañado de miedos y dudas que nos traía ese lugar. Esperamos hasta el mediodía y finalmente pudimos mantener una charla con esa chica. Empezó hablando de su vida, y nos afirmó que su nombre era Victoria, dijo que no tenía ningún tipo de problema mental, y que estaba conciente de lo que hacía y decía, solo estaba en ese sitio a causa de que sus padres habían muerto en un incendio provocado por ellos mismos, y no tenía allegados. Esa historia nos causó impacto y compasión, seguidamente nos contó una serie de sucesos que ocurrían en aquel sitio, con la intervención de una puerta, que para todos siempre estaba cerrada pero para Victoria se mantenía abierta. La adolescente buscó en la memoria algún indicio que afirmara que del otro lado de la abertura hay un mundo diferente y que ella puede demostrarlo.

Decidimos quedarnos hasta el anochecer cuando todos dormían para intentar traspasar aquella puerta y ver lo que sucedía del otro lado. Caía la luna y nos dirigimos a la habitación 666 en busca de Victoria, regresamos al comedor y nos focalizamos a ver lo que realmente pasaba, en ese momento la abertura se abrió y la atravesamos con rapidez, pudimos ver una gran plaza, y casas al su alrededor, siendo un pueblo antiguo y pequeño, de solo dos cuadras a la redonda. Seguimos el recorrido por esas dos manzanas y con mucho asombro nos dimos cuenta que allí había un gran museo abandonado, además de tener un amplio deterioro y una abundante cantidad de ventanas, entendimos que por aquel lugar, traspasamos la puerta que la comunicaba con el  psiquiátrico. Nos paramos a observarlo con la compañía de Victoria y confirmamos las teorías de la niña, hasta nos causó alegría haberla escuchado. Estábamos presenciando un sueño para muchos, una cosa realmente increíble y que pocos creerían.

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