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El sueño de la oruga


Enviado por   •  19 de Agosto de 2012  •  Informes  •  587 Palabras (3 Páginas)  •  472 Visitas

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EL SUEÑO DE LA ORUGA

Narrador: Un pequeño gusanito caminaba un día en dirección al sol. Muy cerca del camino se encontraba un saltamontes.

Saltamontes: Hacia dónde te diriges?

Narrador: Preguntó. Sin dejar de caminar, la oruga contestó:

Oruga: Tuve un sueño anoche: soñé que desde la punta de la gran montaña yo miraba todo el valle. Me gustó lo que vi en mi sueño y he decidido realizarlo.

Narrador: Sorprendido, el saltamontes mientras su amigo se alejaba dijo

Saltamontes: ¡debes estar loco!, ¿cómo podrás llegar hasta aquel

lugar?, ¡Tu una simple oruga! Una piedra será una montaña, un pequeño charco un mar y cualquier tronco una barrera insuperable.

Narrador: Pero la oruga ya estaba lejos y no lo escuchó, su diminuto cuerpo no dejó de moverse. De pronto se oyó la voz de un escarabajo:

Escarabajo: ¿Hacia dónde te diriges con tanto empeño?

Narrador: Sudando ya la oruga, le dijo jadeante

Oruga: Tuve un sueño y deseo realizarlo, subir a esa montaña y desde ahí contemplar todo nuestro mundo.

Narrador: El escarabajo no pudo soportar la risa, soltó la carcajada y luego dijo

Escarabajo: Ni yo, con patas tan grandes, intentaría realizar algo tan ambicioso

Narrador : y se quedó en el suelo tumbado de la risa mientras la oruga continuó su camino, habiendo avanzado ya unos cuantos centímetros.

Narrador: Del mismo modo, la araña, el conejo y la flor le aconsejaron a nuestro amigo a desistir

Araña, Conejo y Flor: ¡No lo lograrás jamás!

Narrador: Le dijeron, pero en su interior había un impulso que lo obligaba a seguir. Ya agotado, sin fuerzas y a punto de morir, decidió parar a descansar y construir con su último esfuerzo un lugar donde descansar.

Oruga: "Estaré mejor”

Narrador: fue lo último que dijo y murió. Todos los animales del valle fueron a mirar sus restos, ahí estaba el animal más loco del pueblo, había construido como su tumba un monumento a la insensatez, ahí estaba un duro refugio, digno de uno que murió por querer realizar un sueño irrealizable.

Una mañana en la que el sol brillaba de una manera especial, todos los animales se congregaron en torno a aquello que se había convertido en una advertencia para los atrevidos. De pronto quedaron atónitos, aquella concha dura comenzó a quebrarse

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