Ensayo A Sangre Fría De Truman Capote

Introducción:

Para encontrar el ¿porque? del asesinato de la familia Clutter, se requiere tener la “sangre fría”, como lo es el propio título del libro. El autor, Truman Capote, usa un estilo literario muy especial. Cuenta de manera tan detallada los pormenores del caso, que de pronto parece ser como si uno lo estuviera viviendo personalmente. Y aun cuando es una novela, basada en hechos reales, que sucedieron hace muchos años y en otro país, no deja de erizar la piel por el sadismo con que se realizó el cuádruple homicidio, al cual, por un momento no se le encuentra un motivo aparente.

En un inicio, se descartó el robo como móvil, pues cuando fue encontrado el cuerpo de la señora Clutter llevaba puestas algunas de sus joyas. Mas adelante, en otra parte de la historia, se logra entender que el motivo, si fue por robo, pues los autores de tan descabellado crimen, arribaron a la finca River Valley, en busca de una supuesta caja fuerte donde el señor Clutter guardaba cerca de diez mil dólares, para la operación semanal de su rancho, esto según información que proporciono Floyd Wells compañero de celda de Dick en Lansing Penitenciaria del Estado de Kansas. Incluso, cuando fueron detenidos y aun durante su juicio, se sigue percibiendo que el motivo si fue el robo, pues en la búsqueda de pistas que realizo en la escena del crimen el detective Alvin Adams Dewey, en cargado de la investigación, logró saber que en la habitación de Kenyon, faltaba una radio; la billetera del señor Clutter se había encontrado abierta y vacía; el bolso de Nancy estaba tirado en el piso de la cocina, además de que en el interior de un zapato suyo, se había encontrado un reloj de pulsera, de oro, lo que daba a entender que ahí lo había ocultado cuando escucho que había personas ajenas en la casa.

Sin embargo por un momento también se puede entender que el móvil de los asesinatos fue porque Dick pudo haber violado a Nancy Clutter. Y aun cuando el detective Dewey, en su primera declaración ante la prensa dijo: “que ninguna de las dos mujeres había sufrido abuso sexual”, esta hipótesis surge porque en la relatoría de cómo sucedieron los hechos que le hace Perry Smith al mismo detective Dewey, cuando ambos detenidos eran trasladados hacia Garden City para que respondieran por sus crímenes, le narra, que ese día, él había discutido con Dick, que incluso estuvieron a punto de llegar a los golpes, porque pretendía abusar sexualmente de Nancy, pero que no se lo permitió, entonces pues, queda la incógnita de si hubo tal violación o no.

Pero en realidad ni el robo, ni el posible intento de violación fueron los motivos que llevaron a los autores a cometer los asesinatos, el verdadero motivo será analizado y discutido dentro de las conclusiones del presente trabajo.

Antecedentes:

El 15 de noviembre de 1959 (domingo), en el rancho conocido como “River Valley”, propiedad del señor Herbert William Clutter, mismo que se encuentra ubicado dentro de los límites del poblado de Holcomb, perteneciente al condado de Finney en el estado de Kansas, siendo aproximadamente entre las 00:15 y las 03:00 horas, (el forense dictamino que fue entre las 23:00 horas del día sábado 14 y las 02:00 del día domingo 15),fueron privados de la vida por disparo de arma de fuego, al parecer con una escopeta calibre 12, cuatro integrantes de la familia Clutter, quienes en vida respondían a los nombre de: Herbert William Clutter (padre) de 48 años de edad; Bonnie Fox (madre), de 45 años de edad; Nancy Clutter (hija), de 16 años de edad y Kenyon Clutter (hijo), de 15 años de edad.

Los hechos:

Fieles a sus costumbres, la familia Clutter,acudía todos los días domingos a la Primera Iglesia Metodista de Garden City, capital del condado de Finney, a excepción de Bonnie, la madre, que continuamente se le alteraban los nervios y por tal motivo se encontraba bajo tratamiento psiquiátrico, debido a eso, siempre se la pasaba encerrada en su domicilio.

Como parte de su rutina, antes de partir hacia la iglesia, la familia Clutter, esperaba la llegada de Nancy Ewalt, amiga y compañera del colegio de Nancy Clutter, la cual era llevada por su padre Clarence Ewalt, hasta la finca, para que en su compañía, asistiera al servicio Metodista y de esta manera el señor Clarence evitaba hacer el viaje de ida y vuelta a la ciudad, pero esa mañana del domingo 15 de noviembre, ocurriría una situación algo extraña. Contrario a lo que sucedía domingo tras domingo, esta vez, al tocar el timbre y sonar la puerta con los nudillos en repetidas ocasiones, nadie salió a recibirla, por lo que se le hizo raro e intento de nueva cuenta, y al no tener una respuesta positiva tuvo que regresar a donde estaba su padre esperando ver que entrara a la casa y poderse retirar. Al contarle lo sucedido, decidieron acudir a la Casa del Profesorado, lugar que estaba destinado de manera gratuita para los miembros de la facultad y el cual era administrado por la madre de Susan Kidwell, otra de las amigas de Nancy Clutter, y que al igual que Nancy Ewalt, también acompañaba a los Clutter a la iglesia.

Clarence Ewalt y su hija optaron por ir a dicho lugar para cerciorarse si ahí sabían el por qué los Clutter no habían estado disponibles como era su costumbre, pero de igual manera, tampoco sabían algo, así que una vez que Susan fue enterada de los pormenores, decidieron regresar a la finca de River Valley a buscar respuestas; fue así como las dos chicas decidieron entrar a la casa, para esto serian pasadas las nueve de la mañana, y al llegar a la que sabían era la habitación de Nancy, fue cuando descubrieron su cuerpo sin vida, al escuchar los gritos, el señor Clarence que había acompañado a las chicas, fue en su búsqueda y al estar ante ellas le narraron lo que habían mirado, por lo que intento pedir apoyo, usando el teléfono que estaba en la cocina de los Clutter, pero descubrió que el cable se encontraba cortado; salieron de inmediato de ese lugar y volvieron a la Casa del Profesorado, donde por fin, vía telefónica se pudo solicitar la presencia del sheriff, quien al recibir el reporte del hallazgo, prometió que acudiría de manera inmediata.

Larry Hendricks, quien vivía en la Casa del Profesorado por ser maestro de inglés y conductor del autobús del colegio, salió junto con el señor Clarence al encuentro del sheriff Robinson para guiarlo hasta el lugar donde las chicas habían descubierto el cuerpo sin vida de Nancy Clutter. El sheriff arribo a las nueve horas con treinta y cinco minutos, los tres, procedieron a ingresar a la casa y fue cuando descubrieron el macabro crimen.

Al subir las escaleras y llegando a lo que era la habitación de Nancy Clutter, el de ella, fue el primer cuerpo que descubrieron, se le apreciaba un disparo hecho a pocos centímetros de la nuca. Yacía sobre un costado, cara a la pared y parte de la pared estaba cubierta de sangre. La ropa de cama la cubría hasta los hombros, al destaparla el sheriff Robinson se pudo comprobar que llevaba puesta una bata, pijama, calcetines y zapatillas, como si en el momento del hecho no se hubiese acostado aun. Tenía las manos atadas a la espalda y los tobillos atados con una cuerda de las que se usan en las persianas venecianas.

Al salir de esa habitación, se abrió otra puerta, que era un baño, pero tenía algo que no encajaba con el lugar: una silla de comedor. En seguida se abrió la siguiente puerta, los tres allanadores, coincidieron que sería la habitación de Kenyon, toda vez que había cosas propias de un muchacho, pero su cama estaba vaciá, aunque a simple vista parecía que alguien había dormido en ella.

Continuaron su búsqueda, llegaron al final del corredor y abrieron la última puerta, el segundo cadáver que encontraron fue el de la señora Bonnie Clutter, al igual que Nancy, estaba atada, pero de diferente manera, tenía las manos por delante, de modo que parecía estar rezando y con una de sus manos agarraba un pañuelo. La cuerda que le rodeaba las muñecas le bajaba hasta los tobillos que tenía atados uno contra otro y de ahí iba al pie de la cama, en cuyas patas había sido atada finalmente: un trabajo por demás complicado y hábil, el cual debió haber requerido de mucho tiempo, lo que indica, que mientras era atada de esta manera, la mujer debió haber permanecido llena de terror. Llevaba puestas algunas joyas -dos anillos-, una bata, camisón y calcetines blancos. Tenía tapada la boca con cinta adhesiva, pero como el disparo que la privo de la vida había sido hecho a quemarropa, a un lado de su cabeza, al momento del impacto, se le había desprendido violentamente. Por los signos que se apreciaron-tenía los ojos abiertos de par en par- lo que parece indicar que al momento del disparo miraba a su victimario cuando le apuntaba con el arma.

El sheriff, busco con la mirada algún casquillo que pudiera haber quedado tirado en el piso, pero tal parece que el autor o los autores, cuidaron tan bien ese tipo de detalles, parecían demasiado listos y precavidos como para dejar tras de sí semejante pista.

Aún faltaba más por descubrir, no había rastro del señor Clutter ni de Kenyon, se trasladaron al piso de abajo la primera habitación que se ubico fue lo que era el dormitorio del señor Herbert. La cama estaba

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