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Ensayo De Adiccion Al Tabaco


Enviado por   •  11 de Marzo de 2013  •  1.816 Palabras (8 Páginas)  •  922 Visitas

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ADICCION AL TABACO

Vivimos pensando que los muertos son otros que a nosotros no nos puede pasar eso. Nos creemos inmortales. Y he visto que sin que nos demos cuenta el tabaco nos está matando, y yo me incluyo porque ya son muchos los fumadores pasivos que mueren a causa del tabaco.

De cada 1.000 muertes evitables 1 se debe a drogas ilegales, 2 al SIDA, 20 a accidentes de tráfico y 150 al tabaco. De todos los fumadores que existen en el mundo, la mitad aproximadamente morirá de forma precoz a causa del tabaco. Cada vez es más temprana la edad en la que los jóvenes empiezan a fumar. Pero ¿cómo no van a fumar? si sus amigos lo hacen, y se ven mayores con un cigarro en la mano. Lo que hay que hacer es eliminar esta simbología que trae el tabaco consigo, de que fumando eres mayor y dejas de ser un niño. Hay que luchar por cambiar este tipo de mensajes. Yo creo que esto se está consiguiendo poco a poco. Cuando nuestros padres eran jóvenes fumar era un acto social, simbolizaba la madurez y la virilidad; había que darle el cigarro al niño para que fuese un hombre.

En cambio ahora fumar no está socialmente muy bien visto, cada vez son más los lugares públicos en los que sé prohíbe fumar. Y es que aunque muchas veces no seamos conscientes de ello el tabaco es una droga. Muchos colectivos piensan que para evitar que los jóvenes fumen menos habría que subir la edad de consumo del tabaco a 18 años. Yo esta medida la veo inútil, ya que en España hay más de 100.000 maquinas expendedoras de tabaco donde no se controla quien lo compra. Uno de los motivos por los cuales el tabaco se consume tan masivamente entre la juventud respecto a otros países europeos, es su precio. El precio de la cajetilla de tabaco es en España, junto con Portugal, el más bajo de Europa. En algunos países es hasta casi cuatro veces más caro.

En las últimas décadas el número de chicas fumadoras se ha multiplicado con respecto al de chicos, esto acarrea que el porcentaje de enfermas de cáncer, se ha multiplicado enormemente desde la incorporación de la mujer al tabaquismo. Además la mujer que fuma suele tener una menopausia precoz.

Yo pienso que cada vez son más el número de mujeres fumadoras debido a que maduran antes y se mueven con chicos mayores que ellas, que fuman. Aunque un dato curioso es que en las parejas se produce un progresivo abandono por parte del varón del tabaco, pero no de la mujer. Esto puede ser debido al trabajo de emancipación de la mujer, ya que el consumo de tabaco se ha relacionado siempre con el hombre, como ya hemos dicho simbolizando la virilidad. El fumador puede estar enganchado al tabaco por dos aspectos, uno porque le guste el sabor del tabaco, y otro el habito de fumar. Es decir, el echarse el pitillo de después de comer, el del recreo corto, el de “después de”,... el fumar por aburrimiento, por nerviosismo. El hábito se muestra en el típico fumador que se enciende un cigarro cuando tiene uno en el cenicero. A mí mismo que no fumo me ha ocurrido infinidad de veces el pensar lo placentero que sería un cigarro en ese momento. Y esos hábitos nos los han inculcado los estereotipos que nos inculcan las tabaqueras y calan en la sociedad, porque como voy a añorar yo el placer de un cigarro en determinado momento, si nunca lo he probado y no sé lo que es eso.

Yo tengo un amigo que ha intentado varias veces dejar de fumar, pero le cuesta no por la adicción a la nicotina, o por el sabor del cigarro, sino por el acto social de terminar de comer y tomarse un café con el cigarro. El encenderlo y tener algo en la mano. Este es un buen ejemplo del hábito del que hablo. Si eliminásemos este aspecto del tabaco, el número de fumadores descendería drásticamente. Yo creo que el Estado debería hacer campañas en contra del tabaco al igual que las hace en contra de otras drogas. Pero esto no le interesa porque se ingresa al año 850.000 millones de pesetas gracias al tabaco. Por término medio un fumador paga debido al tabaco 70.000 pesetas al año al Estado.

El dinero que saca de los impuestos del tabaco es mayor que el que gasta después en prestaciones sociales a enfermos de tabaquismo. Una investigación realizada indica que el abandono del hábito de fumar debe ser un proceso gradual, porque los síntomas de abstinencia son menos graves en quienes lo hacen poco a poco que en quienes dejan de fumar de repente. La tasa de recaída es mayor en las primeras semanas y los primeros meses y se reduce mucho al cabo de 3 meses.

Las personas que fumaban en casa y discrepan de esta afirmación, ya que alegan que la única forma es dejarlo de golpe. Debido al estrés que crea este síndrome de abstinencia, muchos ginecólogos son partidarios de que la paciente no deje de fumar, para no tener una madre nerviosa y ansiosa. Pero también hay que tener en cuenta el riesgo que esto acarrea. Se ha demostrado que los abortos son más frecuentes entre las mujeres que fuman y que el peso de los hijos es menor al nacer. Además los hijos de una madre fumadora tienen más probabilidad de ser prematuros, de nacer alrededor de los siete meses o incluso antes. Otro dato es que los bebés de madres fumadoras están más predispuestos a ser víctimas del llamado síndrome de muerte súbita (la muerte repentina e inexplicable de un niño menor de un año de edad mientras duerme).

¿POR QUÉ DEJAR DE FUMAR?

El consumo de tabaco constituye la principal causa de enfermedad y mortandad evitable.

Además en el tabaco se han encontrado múltiples sustancias que en gran parte son perjudiciales para la salud. Entre ellas, destacan por sus efectos nocivos:

* Los alquitranes responsables del 30 % de todos los tipos de cáncer (vejiga, riñón, páncreas, estómago, etc.), y del 90% del cáncer de pulmón.

* El monóxido

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