Ensayo Sobre Edgar Allan Poe

Antes de comenzar a tratar el tema que nos interesa, cabe realizar una pequeña introducción de cómo el paso del tiempo y los diferentes artistas produjeron un cambio en la concepción de la literatura.

En los tiempos previos a Edgar Allan Poe, imperaba la rectitud, ya fuera en la etapa clásica, como en la medieval, como en la clasicista. En todas ellas existía un concepto de mímesis, de decoro, de pulcritud, de verosimilitud y se consideraba necesario que la literatura poseyese una finalidad enfocada a la educación. No obstante, a partir de la época clasicista, los cambios comenzaban a ser más notorios: el mundo dejaba de girar en torno a Dios y comenzaba a ser más antropomórfico, es decir, se centraba en el hombre y en su mundo. En estos tiempos también se produjo una revolución científica sin embargo, se caracteriza a su vez por un retorno a los clásicos (Horacio, Platón y Aristóteles).

Tras el desarrollo del clasicismo en Francia, se produjo dos revoluciones: la conocida como Revolución Francesa (1789) y la Revolución Kantiana. A partir de este momento, la corriente que predominaba era el neoclasicismo y venía dado por una nueva sensibilidad que, a su vez, poseía dos vertientes: la filosófica y la literaria. A raíz de estos cambios y las ideas de Kant (la realidad en sí misma es incognoscible, la realidad objetiva no se considera como tal ya que es una construcción de nuestra mente y la belleza del objeto artístico se basta en la contemplación misma), surgieron tres corrientes: la crítica de la metafísica, desarrollada por autores como Nietzsche; la cientifista o positivista, la cual deriva en el Realismo y el Naturalismo; y la “creadora”, la cual deriva en el Romanticismo.

En general, el Romanticismo proponía presupuestos estéticos más heterogéneos que los de antaño. Entre estos presupuestos encontramos: el auge de la teoría del genio propuesta por el conjunto Sturm und Drang, es decir, el genio es la expresión de una potencia de la naturaleza que se manifiesta a través de las personas en las obra artísticas; el principio de mímesis queda deslegitimado dado que como es nuestra mente la que construye la realidad, no tiene sentido volver a copiarla; el arte encontrará su fin en sí mismo, por lo tanto, no tiene que subordinarse ni a la verdad ni a una moral establecida, únicamente debe ser la expresión del espíritu.

Dentro del Romanticismo, surgió un subgénero literario que cobró mucha importancia en Inglaterra en el siglo XIX: Dark Romanticism (Romanticismo Oscuro). Este subgénero encontró su mayor exponente en nuestro querido autor del cual vamos a hablar: Edgar Allan Poe.

Indagar en el pensamiento de Poe puede resultar muy sencillo y, a la vez, tremendamente complicado. Esto se debe a que nuestro autor nos facilitó en excesiva medida las pautas que seguía a la hora de escribir, pues escribió sobre ello: El Método de Composición. Además de esto, también escribió El Principio Poético. En estas dos obras, Poe expresa sus ideas y su manera de realizar una composición, no obstante, tras realizar una exhaustiva lectura de ambos textos, tanto personalmente como otros autores, nos cuestionamos si realmente este autor llevaba a cabo todo cuanto dijo. Para que se comprenda mejor esta duda, cabe explicar cómo expresó Poe en El Método de Composición su manera de escritura.

A la hora de comenzar a escribir, la mayoría posamos los dedos sobre el teclado y dejamos que la musa haga fluir la inspiración a través de ellos, como si de un canalizador se tratase. Esta escritura la considero, tanto otras personas que comparten esta afición u oficio como yo, visceral; no se conoce qué va a ocurrir con la obra. No obstante, desde el punto de vista de Poe, esta forma es errónea y así lo plasma en El Método de Composición indicándolo paso a paso al realizar un análisis de su obra El Cuervo. A la hora de comenzar a componer, el artista debe conocer el final de la obra y, a partir de ahí, realizar un esquema en frío para establecer el orden de cada idea e ir construyendo de modo en que la intensidad vaya in crescendo. Poe escogió la idea de la repetición de un estribillo (nevermore) dado que pretendía que su obra inspirase tristeza y la sonoridad de la palabra fuese potente. A raíz de esto, y puesto que no podía justificar de una manera lógica la aparición de ese estribillo, decidió que un ser carente de razón debía ser quien lo repitiese, así pues, escogió un animal: el cuervo (símbolo de tenebrosidad y de muerte). Tras esto, se percató que su obra debía girar en torno a la muerte de alguien y, ¿quién mejor para transmitir la pesadumbre de una muerte que el joven amante de una bella dama? De este modo, nuestro autor decidió que una hermosa dama falleció dramáticamente en la flor de la vida y su amado la lloraría por toda la eternidad. Por último, para completar estas ideas, Poe concluyó que el cuervo aparecería en la ventana del muchacho y, a cada pregunta que él le realizase (obviamente sin esperar respuesta al principio), el cuervo le respondería impasible: “nervermore”. Además de esto, Poe no concebía una poesía de más de cien versos, concretamente ciento ocho (por ello rechazaba las epopeyas).

Tras leer el poema El Cuervo, lo último que una persona es capaz de concebir es que haya sido sometido a tan rígidas medidas y a una composición tan fría como el propio autor lo relata en El Método de Composición. Por este mismo motivo, autores como Julio Cortázar, quien tradujo los Cuentos de Edgar Allan Poe, o yo misma, nos cuestionamos seriamente si todo cuanto plasmó en dicha obra era cierto ya que El Cuervo aparenta ser fruto más de la pasión que la razón. Esta duda también la manifestó T. S. Eliot, quien declaró irónicamente:

Es difícil para nosotros leer este ensayo sin meditar que si Poe llevó a cabo el poema con ese cálculo, debería haberse tomado más molestias para ello: el resultado no acredita el mérito.

No obstante, en otras críticas, como la del biógrafo Joseph Wood Krutch, se describe la obra como “un ingeniosísimo ejercicio en el arte de la racionalización” - por mi parte no comparto dicha opinión-.

Además de esto, encontramos ciertas contradicciones en su filosofía, ya que no concebía que una obra estuviese ligada a la verosimilitud puesto que para él la imaginación poseía supremacía sobre todas las cosas. Sin embargo, a la hora de escribir novelas (Harry Levin, por ejemplo), Poe trató de lograr un estilo plausible y verosímil similar al estilo que admiraba

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