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Ensayo Sobre Los Cuatro Acuerdos


Enviado por   •  18 de Julio de 2013  •  2.113 Palabras (9 Páginas)  •  704 Visitas

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Los toltecas eran conocidos en todo el sur de México, científicos y artistas que formaron una sociedad para estudiar y conservar el conocimiento espiritual y las prácticas de sus antepasados. El conocimiento tolteca surge de la misma unidad esencial de la verdad de la que parten todas las tradiciones esotéricas sagradas del mundo. Aunque no es una religión, respeta a todos los maestros espirituales que han enseñado en la Tierra, y, si bien abarca el espíritu, resulta más preciso describirlo como una manera de vivir que se distingue por su fácil acceso a la felicidad y el amor. Según las antiguas escrituras y algunas profecías como por ejemplo la de los mayas; el mundo ha entrado en una etapa de cambios a nivel espiritual, la errónea creencia de que la raza humana iba a desaparecer en el año recién finalizado puede referirse a cambios en la mentalidad humana, para deslastrarnos de falsas creencias que venimos arrastrando desde nuestra niñez y entrar a esta nueva era con otra forma de pensar, cónsona con los cambios por venir. El hombre en su condición racional, se diferencia de otros seres vivos como el animal, por este privilegio dado por la naturaleza, ¿la razón?... llamado a cambiar constantemente por su condición humana, como respuesta a la necesidad de cada día a ser mejor y superarse debido a que el mundo experimenta cambios frecuentemente, y con ello poder amoldarse y dar respuesta a dichos cambios.

Desde nuestra infancia aprendimos una realidad completa, un sueño completo. Este sueño está construido con base a una percepción manipulada por nuestras creencias y miedos personales con los cuales tenemos un acuerdo imperceptible. Sin embargo, nunca escogimos ni el más insignificante de estos acuerdos. Estos acuerdos fueron inculcados por nuestros padres y el entorno familiar en base al miedo, la culpa, la censura de que somos malos y hemos de ser buenos. Para transmitir estos miedos hacemos uso del instrumento más poderoso que tiene el ser humano, el lenguaje. Este es el código que utilizamos los seres humanos para comprendernos y comunicarnos. Cada letra, cada palabra de cada lengua, lo convertirnos en un acuerdo. Por eso se dice que con la lengua se construye o se destruye, El hablar, nos puede dar la vida o nos puede aniquilar, de allí que la Escritura nos diga: “La muerte y la vida están en poder de la lengua; los que la usan comerán de su fruto” (Proverbios 18, 21). De las lenguas perversas, lenguas largas o viperinas, que tristemente nunca faltan, provienen las calumnias, adulaciones, amenazas, mentiras, prepotencias, intereses mezquinos. Los rumores, o sea, mentiras filtradas como verdades ocultas, hacen mucho daño no solo al ser humano sino al país, a las finanzas, a la economía, a las inversiones.

En el libro los cuatro acuerdos se muestran las posibles soluciones, salidas para estos problemas o dificultades que se pueden presentar, principalmente brindando la ayuda al individuo, para que posteriormente este lo haga público y manifieste los cambios en la relación interpersonal. Lo que nos ciega son todas esas falsas creencias que tenemos en la mente. Estar vivos es nuestro mayor miedo. Hemos aprendido a vivir intentando satisfacer las exigencias de otras personas. Hemos aprendido a vivir según los puntos de vista de los demás por el miedo a no ser aceptados y de no ser lo suficientemente buenos para otras personas. Nos da mucho miedo que alguien descubra que no somos lo que pretendemos ser. Si somos capaces de reconocer que nuestra vida está gobernada por nuestros acuerdos y el sueño de nuestra vida no nos gusta, necesitamos cambiar los acuerdos. Cada uno de los acuerdos mencionados en este libro hacen que el hombre cambie su manera de actuar o cada día la perfecciona poco a poco. El autor nos invita con este interesante libro a recuperar nuestra libertad y buscar en nosotros mismos la inocencia del niño que llevamos dentro con los deseos de amar y ser amado. Es un rencuentro con nosotros mismos.

Para parar el sufrimiento debemos romper todos los acuerdos con nuestras antiguas creencias basadas en el miedo y construir nuevos acuerdo. Los nuevos acuerdos que sugiere el autor son sencillos más nos simples de llevar a la práctica y son:

1. Ser impecable con nuestras palabras.

2. No tomes nada personalmente.

3. No hacer suposiciones.

4. Haz siempre lo máximo que puedas.

El primer acuerdo; Sé impecable con tus palabras; es el más importante y también el más difícil de cumplir. El Primer Acuerdo consiste en ser impecable con tus palabras, nos invita a controlar lo que sale de nuestra boca, Las palabras son la herramienta más poderosa que tienes como ser humano, el instrumento de la magia. Son pura magia, y si las utilizas mal, se convierten en magia negra. Tomemos como ejemplo a una madre que a cada rato le dice a su hijo que deje de correr porque se va a caer, cuando se cae, la madre le recalca que ella se lo había advertido, no dándose cuenta que con su actitud decretó que el niño se cayera, en este caso las palabras se convirtieron en magia negra. El autor dice que, teniendo en cuenta el pavoroso poder de las palabras, debemos saber cual es el poder que emana nuestra boca; Es así que muchas veces tendemos a hablar sin pensar que lo que digamos tal vez dañe de algún modo a las personas, se debe ser prudente a la hora de expresarnos, por que tanto podemos alentar de manera positiva a las personas con las palabras que decimos como podemos herir intensamente.

En el segundo acuerdo el autor expresa que, los tres acuerdos siguientes se derivan del primero. Consiste en no tomarte nada personalmente; porque tan pronto como te tomas las cosas personalmente, el veneno de las palabras y las acciones de otros nos recorren y nos encontramos atrapados en el sueño del Infierno, entendiéndose como infierno a los sentimientos de odio, ira, envidia, frustraciones, celos, desengaños; que nos corroen el alma. No permitir que las ofensas afecten nuestra vida; nos dice el autor que es bueno no tomar la ofensa como algo personal, debe de pasar por nosotros sin afectarnos, como se dice coloquialmente “tener piel de cachicamo”

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