Escrito De Cuatro Cuartillas

En la actualidad vivimos una época de cambios y evoluciones en donde las sociedades son cada vez más complejas ya que hemos experimentado el impacto de la ciencia y la tecnología; por lo tanto, estas sociedades requieren el desarrollo de novedosas formas de comprenderlas.

Podemos darnos cuenta de que conforme crece la complejidad de las sociedades, se requiere de diferentes tipos de conocimiento, y por lo tanto, surgen grupos que se especializan en varios campos, ya no sólo en la ciencia y la tecnología sino también en el campo de las humanidades, la ética y la moral.

El conocimiento entonces, ha sido ineludible en el avance y superación de las sociedades, y con el paso del tiempo, en la época moderna, éste ha adquirido relevancia para el desarrollo económico y social; es entonces que surge este concepto: “Sociedades del conocimiento”

A la par del desarrollo de la ciencia y la tecnología que ha buscado siempre la satisfacción de nuestras necesidades, se ha dado la explotación de los recursos naturales y energéticos de nuestro planeta que en muchos casos ha sido irracional. Así, mientras las sociedades se transforman, crecen, se desarrollan; las industrias y las grandes ciudades demandan cada vez más energía y recursos naturales que irremediablemente se van transformando e incluso agotando.

De este modo, comprendemos que la evolución también nos ha cobrado un precio, ya que ante todo este “progreso”, crecen también los problemas, los desafíos, los riesgos y se enfatizan cada vez más los conflictos sociales, la pobreza y los desastres naturales.

Pero debemos tener muy en claro que en las sociedades del conocimiento, las humanidades son el freno de mano para el avance de la ciencia y la tecnología, por lo tanto, éstas se ponen al servicio de la sociedad, dotando a cada país de tener la capacidad de dar respuesta para la solución de sus problemas.

Gracias a todo eso, en la actualidad pareciera que lo más importante es la adquisición de aparatos tecnológicos y generar ganancias para satisfacer las exigencias de la modernidad en todos los aspectos de la vida, por lo cual han quedado de un lado los valores humanos, que deberían guiar nuestras acciones para ser más racionales, más éticos y aplicarlos en nuestra vida.

Pongámonos a pensar qué pasaría si cada ser humano actuara y aplicara en su vida los valores humanos como el respeto, la tolerancia, la solidaridad, que haga las cosas con amor y por amor; y que no existieran antivalores como la codicia, la envidia, los malos sentimientos.

Ante esta reflexión, surge la idea de que un problema social sería la pérdida de valores, por lo cual es necesario rescatar dichos valores eclipsados, aquéllos que nos lleven a nuestra propia autorrealización para llegar a ser personas asertivas, maduras, realizadas, participativas, críticas y reflexivas, capaces de contribuir al cuidado y desarrollo armónico y pleno del mundo contemporáneo y de la sociedad actual.

Esta pérdida de valores de la sociedad actual, se refleja en un mundo violento, en familias desintegradas, en el crecimiento y proliferación de organizaciones delictivas, en el incremento de la corrupción, en la perdida de sensibilidad ante el dolor humano, en el aumento de crímenes y ejecuciones a todas luces crueles y despiadadas.

Entonces la solución a esta problemática es frenarla, educando o reeducando en valores.

Un ejemplo de cómo las ciencias sociales y las humanidades han trabajado para atacar esta problemática es precisamente las reformas que se han implementado en los diversos países para que desde los primeros años, desde la escolaridad básica, los alumnos adquieran las herramientas para enfrentarse a los retos actuales y sean competentes en cualquier ámbito de la vida.

Estas reformas son el resultado de las transformaciones que se han impulsado

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