Escuchando en la empresa

Escuchar

Escuchar. Brindar a alguien nuestra receptividad silenciosa, nuestra capacidad de recibir su palabra, es generosidad.

Es atender totalmente lo que dice con palabras y ¬gestos, comprender sin interferir con nuestro propio ruido personal.

Es acallar la propia necesidad de hablar para entrar ahí totalmente.

Es entrega reservada para recibir.

Cuán importante es escuchar- cuando hay necesidad de perdonar... y realmente la vida enseña que siempre hay necesidad de perdonar.

El perdón tiene extraordinario poder sanador, todavía no suficientemente estudiado por los especialistas; no está claro por qué hace tanto bien a la salud.

Es una expresión de amor que libera a todos: significa ceder, dejar libremente que las cosas fluyan, sin que eso implique una negación de los hechos. La verdad, es la piedra base de ese camino a recorrer. Hay quienes se consideran que están por sobre lo humano y lo divino y a veces responden con una frase patética por sus implicaciones:

"Que te perdone Dios...

Podemos estar seguros que Dios le perdonará.., pero no podemos estar seguros de nuestras reacciones que, en el momento, se ven nada más que como un acto de soberbia.

Cuantas situaciones no hubiésemos podido evitar en nuestra vida si hubiésemos escuchado a las otras partes.

Cuantas situaciones no hubiésemos impedido si con nuestro silencio nos hubiésemos dado el tiempo para recapacitar en lo que estaba sucediendo.

Pero es que hay una voz que siempre nos gusta oír y escuchar más que las demás, una voz a la que le damos total confiabilidad y le atribuimos valor en función de educación, experiencia y conocimientos en todos los aspectos, superando a nuestros oponentes por muchos cuerpos.

Mientras persistamos en escuchar a nuestra mente irracional seguiremos cayendo en el foso de las dudas, por eso requerimos de un instante de silencio cuando hablan los demás, momento de concentración para realmente darnos la oportunidad de apreciar lo que nos tratan de decir.

Ese es el secreto del éxito.

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