Evolucionismo

1. INTRODUCCIÓN

Cuando el enfoque evolucionista clásico surgió en el siglo XIX, con sus antecedentes ya desde la época griega y su influencia progresista ampliamente sostenida por Auguste Compte (teológica-metafísica-positivista); no solo se postuló en los aspectos económicos, políticos, biológicos ( respecto a jerarquizaciones de razas); sino que influyó en todos los campos de estudios que puedan ser analizados desde una perspectiva denominada científica, mediante la cual también se sostienen las investigaciones sociales. Así, todos estos campos de estudio, son espacios delimitados por la propia cultura occidental.

Es así como la religión y sus contenidos mágicos, rituales, místicos, etc., también constituyó una de sus áreas de interés, que como era de suponerse, enfatizaron en las religiones “exóticas”, consideradas como “primitivas modernas”, en las que las prácticas mágicas, constituyeron un papel protagonista dentro del estudio religioso.

Sin embargo, este interés por los aspectos religiosos que forman parte de los grupos culturales, dio cabida a un sinnúmero de debates antropológicos y sociológicos, en los cuales se empezaron a delimitar los términos o componentes de esta esfera, que si bien para algunos, no representa éste término, contenedor de todos los aspectos mágicos, místicos, rituales; todos ellos tiene que ver con un mundo que es contrario o que no forma parte del llamado lógico-científico y que por lo tanto responden a otro tipo de lógicas que no corresponden a las aristotélicas, es decir que aparentemente no se incluyen dentro del pensamiento occidental.

De esta manera, se inició un recorrido por determinar en qué posición realmente se encuentran estos temas opositores al razonamiento ya mencionado y si es que en verdad se encuentran en contraposición o forman parte de una cadena evolutiva, como lo menciona James Frazer, en la que la magia es el primer estadio de la mente humana, luego constituiría el entendimiento religioso, para finalmente concluir con el pensamiento científico.

Sin embargo, también hubo concepciones en las que se separó a estas dos categorías como esferas totalmente diferentes de pensamiento, como estaría lo de acuerdo Bronislaw Malinowski, para quien la ciencia derivaba “de la capacidad del hombre para sistematizar el conocimiento” (Yalman, 1975:724).

La discusión no solamente reside en la compatibilidad de estos dos mundos, sino que también forma parte de una discusión interna, en cuanto a qué elementos pueden estar considerados dentro de la religión y por tanto cual sería la definición misma de ésta. En esta cuestión sale a relucir la magia, que es un tema de interés central en esta monografía. Así, para ciertos autores, la magia estaría separada del campo de la religión al igual que otros elementos como el totemismo, prácticas rituales, veneración a divinidades, hechicería, brujería, entre otros.

De esta manera, estas discusiones continúan manteniéndose por las diferentes escuelas antropológicas, que han considerado necesario revisar los aspectos considerados por los autores evolucionistas, como por ejemplo el funcionalismo. Es importante señalar, que los conceptos y discusiones que se han forjado sobre las creencias y prácticas religiosas, tienen sus orígenes en el estudio de los llamados “pueblos primitivos modernos”; sin embargo, dichos autores no han hecho tanto hincapié, en manifestar cómo se conciben a las religiones que profesan las sociedades occidentales, así como también las prácticas mágicas vigentes en el mismo mundo de occidente, que a pesar del triunfo del racionalismo, no faltó grupos herméticos y místicos que continuaron con las prácticas mágicas en el siglo XIX y hasta la actualidad.

Dada una breve introducción del tema, es preciso resaltar los puntos a tratarse en este trabajo monográfico. Así, primeramente se empezará con las diferentes discusiones por los autores evolucionistas clásicos como Edward Tylor, James Frazer, Andrew Lang, entre otros y con aportaciones de otras corrientes antropológicas, con respecto a la concepción de magia y a la categorización que se le da a ésta entorno a su relación con el mundo de lo sagrado. Así, es importante continuar con la relación entre magia y religión, ya que aparentemente pertenecerían a una misma esfera, sin embargo, diversos autores consideran grandes diferencias entre ambas, por lo que es preciso presentar que como se entienden cada una de ellas.

Por último, también se tratará la incidencia de la ciencia en estas discusiones, debido al estrecho vínculo que ésta manifiesta, más allá de si forma parte de una cadena evolutiva respecto a la magia, o si se encuentra en el área contraria a ésta, siempre van a estar las dos en un continuo debate.

2. Discusión sobre el concepto de magia

Las investigaciones referentes a los temas culturales se los han realizado especialmente por los primeros antropólogos, es decir los que se iniciaron con la corriente evolucionista clásica, mediante el método comparativo que estuvo muy en boga, en relación a los modernos grupos “primitivos”, quienes eran considerados como una fuente de conocimiento en cuanto a los comportamientos, creencias y prácticas de los antiguos o primeros pobladores. Así, como es una de las características de la teoría evolucionista, se realizaron y establecieron generalizaciones y conceptos, de acuerdo a los estudios que dedujeron de ello, a más de secuencias tipológicas de lo que consideraban más sencillo o primitivo hasta lo más complejo y civilizado.

Mediante estas categorizaciones, los componentes de las expresiones ligado a lo sagrado también fueron integradas en este proceso de intentar determinar cómo el pensamiento humano ha ido evolucionado y complejizando sus creencias y prácticas.

Así, “los evolucionistas decimonónicos identificaron la magia con el comportamiento primitivo y la religión con el civilizado” (Cantón, 2001:48). Sin embargo, no siempre se estuvo de acuerdo en ello. De esta manera se establecieron definiciones específicas para la magia.

Para James Frazer, la magia consiste en una etapa anterior tanto de la religión como de la ciencia, por lo que sería la antecesora de esta cadena evolutiva. También propone que ésta se basa en dos principios fundamentales, el primero consiste en que lo similar produce lo similar, como ejemplo de ello se puede mencionar que “si se clava alfileres en un muñeco es como clavar flechas en un enemigo” (Yalman, 1975:717) y el segundo, se refiere a que los objetos que pertenecieron a una persona, pueden influir a pesar de la distancia y ya no pertenecer a ella. De esta manera Frazer llamó al primer principio ley de semejanza y al segundo,

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