FAMILIA Y BIOETICA

ENCÍCLICA S.S. PABLO VI

Desde el punto de las enseñanzas cristianas, la vida es un regalo otorgado por Dios, y es un don que ha trascendido en la existencia del ser humano, tanto que es considerado un Derecho Fundamental, en las diferentes legislaciones del mundo; sin embargo resulta paradójico como el hombre se contradice, a lo largo de la historia se encuentran hechos en los cuales la vida no ha sido respetada ni vista como el don, como el derecho y como la riqueza más sublime que poseemos

La carta encíclica Humanae Vitae de sus S.S Juan Pablo VI, hace la reflexión sobre la transmisión de la vida, problemas actuales, el papel fundamental del Magisterio, los principios doctrinales las directivas pastorales y el llamamiento a las autoridades públicas.

En cuanto al tema de la transmisión de la vida, está claro que es una facultad o mejor un privilegio, un don, que está concebida para que sea a través de la unión del hombre y la mujer en un solo cuerpo a través de la institución del matrimonio.

Sin embargo, esta transmisión natural de la vida, a través de la evolución de los tiempos viene enfrentando una serie de obstáculos que la humanidad ve y enuncia como gran preocupación y son: 1) el Desarrollo demográfico, que podría en peligro la subsistencia al agotarse las reservas. 2) las condiciones de trabajo, vivienda, educación entre otros. 3) Los cambios en la sociedad que ha tenido el papel fundamental de la Mujer, quien ocupa un puesto diferente en la sociedad. 4) la desidia por el valor del amor conyugal.

La encíclica nos menciona el trabajo realizado por la Iglesia como competente para llamar a la reflexión acerca de los principios morales del matrimonio; la iglesia para poder dar respuesta a las situaciones que enfrenta esta institución también realiza estudios concluyendo con los principios doctrinales que nos señalan como el matrimonio y el amor conyugar es la ley natural para la procreación y para el control también, teniendo en cuenta los riesgos del control artificial, y las graves consecuencias de estos métodos.

Es así como también dicta unas directrices pastorales que insisten en la concepción como ley natural proveniente del amor conyugal que se institucionaliza con el matrimonio, y señala que como ley natural el Hombre a través del libre albedrío está en la capacidad de regular la natalidad de manera natural en una

práctica honesta entre los esposos sobre los verdaderos valores de la vida y la familia para procurar un dominio del instituto mediante la razón y la libre voluntad.

Finalmente, S.S. Pablo VI, hace un llamado a los gobernantes para que salvaguarden la moral para lograr la institucionalización de la familia y enfocarse en la búsqueda de la verdadera solución de los problemas buscando el desarrollo económico y el progreso social.

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