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FOTOTIPO El Sol y la Piel


Enviado por   •  31 de Agosto de 2017  •  Resúmenes  •  3.070 Palabras (13 Páginas)  •  146 Visitas

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FOTOTIPO

Básicamente, es la respuesta de la piel a la radiación solar osea la capacidad  de la piel para  asimilar dicha radiación solar que en función de la melanina que tenga cada individuo, su piel reaccionará de una forma u otra, manifestándose en bronceado o quemadura, y tendrá mayor o menor riesgo de presentar lesiones de fotoenvejecimiento y cáncer de piel.

Los cambios visibles del fotoenvejecimiento en la piel incluyen:

  • Engrosamiento de la piel.
  • Aparición de arrugas.
  • Laxitud: aspecto de la piel floja de apariencia enfermiza: pálido color amarillento, con reducción de la elasticidad y propensa a la flacidez y las arrugas                     
  • Cambios en la coloración y manchas tipo melasma.
  • Pigmentación irregular en forma moteada.
  • Léntigos.
  • Telangiectasias y púrpuras.
  • Queratosis actínicas.
  • y puede desembocar  en un a ca basocelular  o escamocelular y melanoma

                       

Tenemos entonces  que El fotoenvejecimiento es el envejecimiento o deterioro de la piel originado por la exposición excesiva a los rayos ultravioletas solares. La luz ultravioleta daña las fibras de colágeno, y causa una producción excesiva de fibras de elastina anormales. El mecanismo de defensa de la piel intenta mejorar esta situación, provocando la formación de fibras denominadas “cicatrices solares”, que generan arrugas y depresiones cutáneas.

El Sol y la Piel

[pic 1]

A pesar de los grandes beneficios del sol que contribuye  a mantener una buena salud aportando beneficios físicos y emocionales como son:

  • Activar la circulación.
  • Favorecer la síntesis de la vitamina D3 (aumenta la absorción de calcio y fósforo).
  • Fortalecer los huesos.
  • Reforzar el sistema inmunológico.

Asimismo, el sol influye en el estado de ánimo, ya que equilibra el sistema nervioso y ayuda a combatir la depresión.

La cruda realidad demuestra que los rayos ultravioleta del sol pueden ser muy perjudiciales en el cuerpo y causar efectos como el envejecimiento cutáneo prematuro, cáncer de piel, y lesiones oculares (incluye cataratas). En exceso también suprimen el sistema inmunológico, y en consecuencia disminuyen su capacidad de combatir éstas y otras condiciones de salud.

La radiación ultravioleta (UV) forma parte del espectro (luz) electromagnético que proviene del sol a la Tierra. Los rayos UV no son evidentes a simple vista, ya que son radiaciones con longitudes de onda más corta que la luz visible.

Estas longitudes de onda se clasifican en rayos UVA, UVB, y UVC. Los rayos UVC no alcanzan la superficie terrestre debido a su longitud de onda más corta y por lo tanto se absorben en la capa de ozono.

Sin embargo los rayos UVA y UVB penetran en la atmósfera y causan efectos físicos en la piel.

Los rayos UVA representan hasta 95% de la radiación UV que alcanza la superficie de la Tierra , tienen una  mayor longitud de onda lo que les permite  penetrar  en mayor cantidad y profundidad en la piel que los  rayos UVB hasta las capas dérmicas internas, cuando esto sucede  se aumenta la formación  de radicales libres y se produce un envejecimiento prematuro, asi como daños permanentes en la dermis

Los rayos UVA da lugar  a una piel bronceada  al inducir a las células a producir melanina, un pigmento natural que colorea la piel. Aunque no queman, no son inocuos, ya que penetran profundamente en la piel 

y constituyen la causa predominante del envejecimiento cutáneo y arrugas, y pueden propiciar el cáncer de piel.

La mayoría de las camas bronceadoras emiten grandes cantidades de UVA que según se ha descubierto aumentan el riesgo de cáncer de piel.

La radiación UVB se absorbe casi completamente en las capas más superficiales de la epidermis, lo que propicia el enrojecimiento o quemaduras solares y también puede dar lugar al cáncer de piel. Los rayos UVB sólo penetran la epidermis, capa superficial de la piel, pero sus efectos son acumulativos a través de los años y está demostrado que causan el 90% de los melanomas y otros tipos de cáncer de piel.

son los rayos principales que causan quemaduras de sol. Asimismo, se cree que causan la mayoría de los cánceres de piel.

UVA: penetran en la dermis y pueden provocar lesiones importantes a largo plazo

UVB :dañan la epidermis y sus efectos son acumulativos

UVC: son los mas agresivos aunque no llegan a traspasar la capa de ozono

La presencia e intensidad de los RUV varía durante el día. Entre las 10:00 a. m. y 3:00 p. m. están presentes ambos, en mayor intensidad.

Los rayos UV traspasan ropa, vidrio; por lo cual en habitaciones muy iluminadas es necesaria la protección solar. También atraviesan nubes y son reflejados por la arena y algunas superficies. Es por esto que en días nublados y en ocasiones bajo sombra podemos broncearnos si no nos aplicamos un protector solar.

[pic 2]La luz ultravioleta que repercute sobre nuestra piel no tiene la misma composición e intensidad en todas las estaciones del año. De verano a invierno los ultravioleta B disminuyen sustancialmente, mientras los ultravioleta A también lo hacen pero de manera menos acusada.

Durante el día el conjunto de la radiación total va disminuyendo hasta desaparecer en el momento de la puesta de sol. Los ultravioleta B decrecen más deprisa, a la vez que los ultravioleta A lo hacen de manera proporcional a la luz visible. En tiempo cubierto, somos alcanzados por una cantidad importante de radiación ultravioleta A.

Hay que tener en cuenta que los ultravioleta A no son retenidos por el cristal, contrariamente a lo que sucede con los ultravioletas B. Así el cristal de una ventana puede llegar a frenar el 96% de las radicaciones ultravioleta B, y sólo el 15% de las ultravioleta A.

En cuanto a las repercusiones para nuestra piel, los ultravioleta B poseen mayor energía pero penetran poco en la piel. A corto plazo son responsables del enrojecimiento de la piel y desencadenan el proceso de bronceado.

Los ultravioleta A tienen menos energía pero están presentes en cantidades importantes a lo largo de todo el día. Los UVA son responsables de la pigmentación directa de la piel, por ello se produce la aparición de un bronceado inmediato. Un exceso de exposición a estos rayos causa daños importantes sobre las proteínas responsables de la textura, elasticidad y firmeza de nuestra piel.

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