Fahrenheit 451

En este trabajo busco expresar mi opinión acerca de cómo la novela de ficción -Fahrenheit 415- se relaciona con el México actual, haciendo contraste entre la ficción y nuestra realidad que, se rige por un gobierno sumamente futurista, y que es aquél que busca un país utópico, lleno de sueños y “sin carencias”, tomando la sonrisa y la alegría como solución a todos los problemas que, a mi criterio tienen un mismo origen, la “privatización” del pensamiento.

Comienzo con el delito principal, LA QUEMA DE LIBROS, en otras palabras la muerte total, la nulificación del conocimiento y la venta de falsas ideas. En nuestra sociedad se puede ver reflejada con los medios de comunicación los cuales son censurados por el gobierno o cualquier otra autoridad, la cual tenga la fuerza para modificar esa información que llega a nuestras manos, esa falsas ideas, las cuales nos mantienen hundidos en lo mismo, en esa ignorancia que nos lleva a la espera de nuevas generaciones, las cuales llevaran al país adelante, puesto que nosotros estamos pensando en esos supuestos proyectos que nos ayudarán a revolucionar el país.

Con lo anterior no hago referencia a que seamos un país ciego, pero sí en un país en donde el saber no está debidamente valorado, no se le ha dado esa importancia a la información, no se buscan esas bases que puedan fundamentar todo aquello que se quiere lograr en el país, esto por la desinformación, esa falta de conocimiento que nos lleva a una acción en cadena, si yo no sé de algún tema y lo explico, por ende no doy lo adecuado a quien me escucha y ellos, podrían explicar lo que entendieron, pero seguiría siendo esa falsa información o no tan certera.

Esto, sin duda alguna, se aprende desde “la cuna”, es decir es un modelo que se ha ido heredando generación tras generación y, para ser sincero es algo de lo que se es consciente en todo México, que no contamos con un modelo educativo adecuado, que nuestra SEP no es más que una emergente empresa de “robots” y, ¿Qué quiero decir con esto?, que nos siguen dando el mismo libro desde que el más joven de mis tíos salió de la escuela básica, la primaria, y que lo siguen dando hasta la actualidad, que mis propios sobrinos ven lo mismo que yo “aprendí”, o mejor dicho memoricé, ¿Que cómo llegué a esa idea de que es simple memorización?, porque si se hace una prueba de Historia de México todo mundo sabrá las mismas fechas, 15 y 16 de Septiembre de 1810, 27 de Septiembre de 1821, 5 de Mayo de 1862, 20 de Noviembre de 1910, etc. Y así podría seguir con fechas, o mejor aún, con nombre de los personajes que participaron, y así como lo hago yo podría apostar que más de la mitad de la población podría hacerlo, porque nos vendieron esa información, nos hicieron memorizarla, somos esos robots de los que hablaba, esos que ya venimos programados.

Pero no todo es tan malo, así como en el libro existe Clarisse, en nuestro país existen esas personas que se dedican a letrar a los demás, aquellas que aún atesoran y dan valor a la información, aquellas personas que enseñan a pensar, que enseñan a ser críticos y no hablo de criticar a personajes de la farándula, sino a nosotros mismos como sociedad, de dar la información real, de esos que sin querer hacemos a un lado por ver un “buen” partido de futbol, y qué mejor si juega el TRI. No voy en desacuerdo con el deporte como tal, voy en desacuerdo con que es lo que nos lleva a nuestra supuesta “felicidad”, esa que el gobierno no nos vende, NOS LA REGALA (caso contrario al de los libros), es aquello que nos mantiene juntos y nos hace sentir parte de una misma nación, de una nación que se rige aún por la censura de la literatura, por

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