Foucault y el poder

 Poderes y estrategias

     Mauricio Alejandro Campos Rodríguez

                                                                                  ITESO 8 a 10 p.m.

“No me pregunten quién soy, ni me piden que siga siendo el mismo”.^[1] Quizás, esta frase celebre del autor que vamos a describir a continuación, sea la más viable para explicar quien fue Michel Foucault en su vida. Nacido el 15 de Octubre de 1926, Paul Michel Foucault, un francés criado en el seno de una familia católica y médica, fue un reconocido y aclamado historiador, teórico social, filósofo y sobre todo, anti-psiquiatra. Relevante en múltiples campos del pensamiento; Foucault fue un reconocido selector de las desvergonzadas técnicas que se utilizaban, primordialmente, en las ciencias humanas. Tras ocultar su homosexualidad hasta temprana su edad adulta, recurrió en varias ocasiones a la depresión e inclusivo, a intentos de suicidio. Historiador esencialista; encontró una respuesta sobre su vida intelectual, después de haber leído un ensayo de Nietzsche “On the use and abuse of history for life” donde concluía que la historia debía ser utilizada como un método de saber el pasado, para aplicarlo directamente al presente. Entre sus obras más célebres, se encuentran sus ensayos titulados: Historia de la locura I,II y III, la cual fue su tesis de doctorado; Vigilar y castigar, dónde se queja fervientemente del concepto de prisión; La microfísicas del poder, del cual hablaremos un fragmento más adelante. Foucault murió de SIDA en 1984 siendo el primer intelectual francés en padecer dicha enfermedad.^[2]

En su libro, La microfísica del poder, particularmente en el capítulo de poderes y estrategias --cabe destacar que es una entrevista que se le realiza-, Foucault se centra primordialmente en cuestiones que se adentraban dentro de las controversias de su tiempo, hablando sobre un contexto donde las creencias socialistas querían ser refutadas; el re-creciente amor por algunos sectores sobre el fascismo, la estructura social de la “plebe”, entre otras cosas. En dicha entrevista, se presenta un algunas cuestiones, un tanto psicoanalistas, donde presenta el poder como la prohibición. De esta manera, se logra entender, a través de una dialéctica casi hegeliana, las múltiples caras de cómo era visto el poder en aquella época.

Foucault, estructura a través de su postura hacia Goulag/encierro, pues cree que en principio no fue un error, si no un hecho de la realidad de cómo se ha confabulado con desentendimiento teórico: verlo como un problema residual o algo más allá del plano que está aconteciendo. Cae a la idea de que, se debe erradicar esta idea de encasillar a la política entre comillas^[3], desmenuzar, en este caso, al socialismo puro –sin comillas- para poder legitimar una crítica válida hacia el problema.

También hace hincapié en el hecho de reestructurar el concepto de la “plebe”, puesto que no es la “unidad” teleológica la cual el poder quiere alcanzar. Dice que siempre hay algo que escapa dentro de los grupos de las relaciones del poder, afirmando que, “la” plebe no existe pero que existe la “plebe”^[4], la plebe es en cierta manera, esa unión que hace movimiento para deshacerse del poder, es lo que motiva el mismo nuevo desarrollo de la misma. La reducción de la plebe se puede dar de tres maneras: a través del dominio efectivo, la utilización como plebe y cuando ella misma se fija según una estrategia de resistencia –de esta manera puede entenderse su funcionamiento-.

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