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Fuerza Vital


Enviado por   •  17 de Marzo de 2015  •  1.453 Palabras (6 Páginas)  •  144 Visitas

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La Fuerza Vital:

A la fuerza vital se le considera como uno de los pilares de la doctrina homeopática; sin embargo Hahnemann solo hace alusión a ella en la cuarta edición del Organón (1829) y desarrolla más ampliamente la idea en la quinta (1833).

Esto demuestra que solo después de 25 a 30 años de practica de la homeopatía, Hahnemann acepta la noción vitalista; siendo ella, por consiguiente, no indispensable para esta doctrina terapéutica.

Hahnemann declara en el artículo 9 de Organón: “En el estado de salud del hombre, la fuerza vital autocratica que dinamicamente anima el organismo material, gobierna con poder ilimitado. Conserva todas las partes del cuerpo en admirable y armoniosa operación vital, tanto respecto a las sensaciones como a las funciones. Sin embargo, la fuerza vital… es ininteligente e instintiva y rige la vida… solo mientras está en salud, pero es incapaz de curarse por si misma en caso de enfermedad”.

En el prefacio de la cuarta edición del Organón, Hahnemann escribe: “la fuerza vital admite sin variación las más grandes plagas de nuestra existencia…, es decir las enfermedades crónicas”.

En el artículo 10 explica como la fuerza vital es la diferencia entre un organismo vivo y uno muerto; “ya que solo el principio vital inmaterial, que lo anima tanto en estado de salud como de enfermedad, le permite sentir todas las sensaciones y realizar todas las funciones vitales”.

Los conocimientos actuales dejan poco lugar a la inmaterialidad, y la fuerza vital o principio vital de Hahnemann no tiene por que ser la excepción. Maurice Jenaer ha postulado una interesante teoría al respecto, para lo que se hace necesario en primer lugar conocer el concepto de “cómputo”.

 El “cómputo” es un termino creado por Edgar Morin y se refiere a la capacidad que presentan las células vivas para examinar, evaluar y estimar los datos que le entrega el medio, y responder a ellos siendo lo más importante. la posibilidad de transformar esta información en programa. Esta capacidad “computante” da a la célula la posibilidad de tener autonomía , siendo esta, por supuesto, más refleja que consciente.

Un interesante ejemplo de “cómputo” lo constituyen las bacterias, las cuales, mediante sus quimiorreceptores de membrana, aprecian el medio ambiente y adaptan su metabolismo, de acuerdo a él, formando flagelo, esporulando, multiplicándose, etc. Si las bacterias, organismos unicelulares, poseen estas capacidades, con mayor razón las tendrán las células nucleadas.

Toda la capacidad “computante” esta dada por el A.D.N.; ya que él, por medio de el A.R.N., es quien regula la producción de proteínas y, por consiguiente, todo el metabolismo celular. Es también el A.D.N. quien determina la formación de los antígenos de histocompatibilidad, verdadera carta de identidad genética, sobre la membrana celular.

Los antígenos de histocompatibilidad son esenciales para la acción “computante”; ya que ellos le dan a la célula la noción de “Si”, tomada en su contexto inmunológico, y, por exclusión, la de “No - Si”. Esta función es asegurada sobre todo por los lifoncitos, que llevan en su superficie, en una cantidad mayor que en otras células, marcadores de histocompatibilidad.

Sin embargo, la capacidad “computante” de las células vivas, como toda función biologico, es susceptible de caer en error. En efecto, si la célula es capaz de traducir la información del mundo exterior adaptándola a un programa para luego actuar en función de la situación, es lógico pensar que en algunas de las delicadas etapas del proceso puede producirse un error que muchas veces tendrá consecuencias fatales para la célula y para el organismo del cual forma parte, dependiendo ello de la importancia de dicha célula dentro de la economía.

Como podemos ver, la facultad de “cómputo” es el núcleo mismo de la vida a nivel celular; y entre sus características se pueden encontrar muchas de las dadas por Hahnemann en su “Principio vital”. Es fundamentalmente, al igual que el principio vital, la diferencia entre el ser vivo y el muerto, del ser animado el inanimado; es el principio vital biológico o, en otras palabras, el principio biológico organizador.

El “cómputo” es también, por sus cualidades, la estructura susceptibles de reaccionar al impacto medicamentoso y, además, es la organización celular susceptible de caer en errores que conduzcan a la enfermedad, como la fuerza vital de la doctrina homeopática que admite la existencia de los miasmas crónico.

Otra interesante teoría, con respecto al principio vital, es aquella que lo relaciona con el campo electrodinámico del organismo y, de este modo, con los principios conocidos de la física. La energía y la materia se

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