Gladja Entrenando A Papà

Yo soy Glädja y cómo entrené a papa

Hola soy Glädja y hoy narraré cómo he logrado entrenar a mi papá en el arte de lidiar conmigo:

Poco a poco he ido ganando mis espacios y tengo un lugar permanente en la recámara principal, lo que logré ampliamente al demostrar mi lealtad a mamá de quien gané su afecto a través de mis muestras de alegría y cariño las que la hacen saltar como un Schnauzer¡ y ésto, es vivir como hija de familia aunque yo, soy una hija adoptada.

Pido todas las mañanas a papá que me lleve al parque Omar, lo que me permite relajar mi estomaguito y para estos efectos papá lleva una pequeña bolsa de plástico para así recoger mi relajamiento sin dejar éstos en la calle o en el parque contaminando, debería ser obligatorio con una multa para los compañeros que no cumplan; y agregarse a un reglamento con el desarrollo de la cultura de “ponga la basura en su lugar” separando la orgánica de la inorgánica.

Una vez en el parque, mi papá suelta mi correa y me permite correr libremente y corro, doy vuelta a mi cabeza para mirarlo porque siempre se retrasa, ya camina lento y hay que considerarle algún hándicap; él trata de hacer ejercicio en las máquinas de gym al aire libre durante unos 25 minutos y yo pacientemente espero eso si, sin correa vigilo celosamente, yendo de un extremo a otro del área donde se encuentran las máquinas mientras él se ejercita hasta que concluye su rutina e iniciamos el recorrido de la mitad de la distancia total del parque y siempre hacemos una parada en los kioscos donde invariablemente compra un jugo que comparto con él, (yo no sé usar la plata) hay ocasiones que él me gana y ordena un jugo combinado de melón, zanahoria y remolacha la cual odio cordialmente ¡“ni olerla”!. Algunos días hacemos parada en el kiosco de frutas y vegetales de las gemelas donde le permito a papá escoger la fruta y parece que él sabe algo que yo ignoro ya que el siempre hace una buena selección, ademas el la paga y el que ¡paga manda!.

Cuando salimos en auto es una aventura en la que tomo el control del aire acondicionado y las ventanas eléctricas, siempre al iniciar el viaje rápidamente y sin hacer ruido, brinco al asiento de atrás y con cuidado pongo mi manita izquierda sobre el botón de abrir la ventana trasera derecha la cual baja suavemente, como mi papa no oye bien, con frecuencia no percibe el suave sonido de la ventana bajando. Cuando por alguna circunstancia me pilla en la maniobra, él la cierra e igual que en la anterior me mudo a la ventana izquierda bajo la ventana, esta vez usando mi mano derecha y si logra hacerme enojar, salto al asiento del copiloto y abro la ventana delantera logrando una buena ventilación. Al regreso a casa seguro papa acumulo suficientes puntos para canjear un pizza que compartiré con el, come poco que por que tiene una hernia, pero yo

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