Guerras Independentistas
Anabel180410 de Noviembre de 2013
3.666 Palabras (15 Páginas)292 Visitas
INTRODUCCION
Las rebeliones criollas del Ecuador se originaron por el descontento de los criollos cansados de soportar la soberbia, arrogancia y altanería de parte de los españoles; las más resaltantes fueron: Rebelión de los encomenderos, Rebelión de las acabalas, Rebelión de los estancos o de los barrios de Quito; el resultado de las rebeliones criollas
REBELIONES CRIOLLAS Y GUERRAS DE LA INDEPENDENCIA DEL ECUADOR.
Criollo es un término que históricamente fue utilizado en el pasado colonial bajo la metrópolis española, para designar al habitante nacido en América que descendía exclusivamente de padres españoles o de origen español.
Mediado el siglo XVIII controlaban buena parte del comercio y de la propiedad agraria, por lo que tenían un gran poder económico y una gran consideración social, los criollos; aunque había algunas excepciones, tenían que contentarse con puestos de menor importancia.
Estaban desplazados de los principales cargos políticos en favor de los nacidos en España (chapetones) esta situación constituía una afrenta intolerable para el orgullo criollo.
Por otra parte, en las últimas décadas del siglo XVIII, los criollos también conocidos como La Aristocracia Quiteña fueron adquiriendo cada vez más conciencia de sí mismos como grupo, a medida que aumentaba su prosperidad y se ensanchaba la distancia que les separaba de los peninsulares. Aunque las reformas de la administración traían la promesa de un mejor gobierno, no pudieron satisfacer a los criollos, ya que se les negaba el acceso al control de éste, pese al preeminente lugar socioeconómico que ostentaban.
Entonces llegaron las primeras manifestaciones de las rebeliones criollas, cansados de soportar la soberbia, arrogancia y altanería de parte de los españoles; debido al monopolio que ellos ejercían que impedían a los criollos su desarrollo y libertad económica. Las más resaltantes fueron:
Rebelión de los encomenderos.- Quito y Lima se levantaron en armas en los años 1544 y 1548, protestando contra las injusticias y los abusos que los encomenderos cometían en contra de los indígenas. Se abolió la institución de la encomienda y se prohibió la esclavitud del indígena, el cual gozaba (en teoría) los mismos derechos y obligaciones de cualquier vasallo de los otros reinos regidos por la Corona de Castilla. Las encomiendas dejaron de ser hereditarias y debían desaparecer a la muerte de los encomenderos actuales. Sin embargo, la promulgación de las Leyes Nuevas causó una sublevación de los colonos liderada y conocida como la rebelión de los encomenderos por Gonzalo Pizarro, la cual llegó a eliminar al propio virrey Blasco Núñez Vela, quién pretendía aplicarlas (si bien es probable que esta rebelión tomase únicamente el asunto de la eliminación de las encomiendas para tratar de conseguir más independencia respecto de la corona española). En la corte española cundió la alarma y Carlos I fue convencido de que eliminar la encomienda significaría arruinar económicamente la colonización. Finalmente, el 20 de octubre de 1545, se suprime el capítulo 30 de las Leyes Nuevas, donde se prohibía la encomienda hereditaria.
Mientras Gonzalo Pizarro disponía de medidas para asegurar su gobernación, el destituido virrey lograba desembarcar en Paita y organizar un respetable ejército para recuperar su gobierno. Ambas tropas se enfrentaron en Añaquito el 18 de enero de 1546 Al grito de "Abajo el rey" y "viva la independencia", los revoltosos victimaron al Virrey Núñez de la vela.
Rebelión de las acabalas.- El 23 de julio de 1592, llegó la orden al presidente de la Audiencia de Quito Manuel Barros de San Millán para que se ejecute el decreto del rey Felipe II, que consistía en el cobro de impuestos por alcabalas del dos por ciento por las ventas.
Se excluía del impuesto a los artículos de primera necesidad comerciados por menor. Quedaban exentos del pago los indios y los religiosos que comerciaban para su manutención. El presidente de la Audiencia de Quito se puso manos a la obra. Tal medida provocó la inmediata reacción del Cabildo de Quito, cuya cabeza más visible fue su procurador interino Alonso Moreno Bellido. A medida que avanzaron los días las posiciones se radicalizaron. En Quito llegó a generarse una movilización de amplias características en contra de la medida llegando a niveles insurreccionales. En algún momento los alzados intentaron ajusticiar a Barros e incluso pensaron en la independencia de España. El Presidente pidió apoyo militar la Lima. De Lima salió el General Arana hacia la ciudad levantada. En diciembre de 1592, el pueblo quiteño con los jefes del Cabildo a la cabeza se armaba para el eventual enfrentamiento que no se llegó a dar. El principal cabecilla de la revuelta, Moreno Bellido fue asesinado a fines de ese mes. Las autoridades de la Audiencia por largos meses permanecieron refugiados en las casas reales. En marzo llegó el reemplazo de Barros de San Millán, se trataba de Esteban de Marañón. Tras suyo hizo su ingreso el General Pedro de Arana. Comenzó la puesta en orden y la represión.
Fueron ajusticiados los otros dirigentes del movimiento, los alcaldes Jimeno y De la Vega y el regidor Diego de Arcos. Los otros dirigentes lograron escapar. El ex presidente Barros también fue fuertemente sancionado.
Además, las sanciones al Cabildo fueron contundentes, siendo un llamado de atención de la política estatal a todas sus colonias. Así la capacidad democrática de elección del Cabildo fue suspendida. Los nuevos regidores fueron desde esa fecha nombrados por las autoridades monárquicas. Se introdujo la práctica de vender los cargos públicos al mejor postor del sector privado, distorsionando la capacidad representativa del Cabildo. Estas fueron las reglas del juego que regularon las relaciones Estado-sector privado durante el siglo XVII y gran parte del XVIII.
La reacción violenta de los quiteños, blancos y mestizos al impuesto se explica por la condición económica difícil que atravesaba la población, luego de haber pasado el fuerte sismo de 1587 y de la fuerte epidemia que le siguió. Situación agravada también por las contribuciones a la corona y al fuerte apoyo económico a Guayaquil que superaba la agresión del corsario inglés Cavendish. Otra causa, posiblemente la más fuerte, vino de su profundo malestar contra el Presidente de la Audiencia que fue acusado de autoritario, pero sobre todo de llevar adelante una política de protección y defensa del indigenado contra el abuso y explotación del sector privado español.
Todo esto motivó una de las movilizaciones sociales más importantes de la colonia temprana que llevó a una readecuación, no tan profunda, de las relaciones políticas de la época.
Rebelión de los estancos o de los barrios de Quito.- En medio de lo que fueron las políticas borbónicas, en 1764, se establecieron dos medidas económicas que vinieron a afectar la economía de los sectores privados quiteños. Grupos que sin mayor control estatal. Tradicionalmente, se beneficiaban de esta situación.
La una medida establecía el monopolio estatal en el manejo del aguardiente, rubro que generaba grandes ingresos de productores, hacendados trapicheros privados y de la Iglesia; y de comerciantes medianos y pequeño. La otra medida tuvo que ver con la imposición de un impuesto al comercio interregional.
Tales medidas provocaron la reacción iracunda de los afectados que, como en anteriores experiencias, canalizaron sus demandas a través del cabildo quiteño.
Sin embargo los epicentros del movimiento se concentraron en los barrios de San Roque y San Sebastián. Entre el 22 y el 28 de mayo de 1765, las acciones de protesta llegaron a niveles de verdadera insurrección.
A la voz de “viva el rey, mueran los chapetones”, la ciudad quedó sitiada. El 24 de junio, las máximas autoridades tuvieron que refugiarse en los conventos. Se entregaron las armas a los barrios, se dispuso la derogatoria de las medidas y se proclamó un indulto general para los alzados.
El orden se restableció en 1766 a la llegada, desde Guayaquil, del gobernador Zelaya al mando de 600 militares. Esta fue una nueva jornada del conflicto permanente entre sector privado y estado. Jornada que, al contrario de la rebelión de las Alcabalas, fue un verdadero preludio de los movimientos independentistas que se iniciarán cuarenta años después.
Estas son las principales rebeliones criollas que se dieron en Ecuador de manera que hay algo muy importante que recalcar y sobre todo en la rebelión de los encomenderos es el Concertaje.
El concertaje fue originalmente concebido con la corona como una relación salarial voluntaria entre trabajadores libres y patronos .Sin embargo, la serie de adelantos monetarios que los patronos, hacendados u obrajeros, realizaban a los indígenas, hizo que estos, en pocos casos, paguen de por vida con su fuerza laboral e incluso con la de sus herederos, las deudas que concertó con su patrón. De tal manera, que el concertaje viene de una práctica histórica desarrollada por los primeros encomenderos desde la colonia, Los encomenderos trataron de sacar el mayor rendimiento a los encomendados, manteniendo altos los tributos (pese a que disminuían los tributarios) y exigiéndoles trabajos adicionales, como labrar alguna parcela de maíz para sustento del señor e incluso prestaciones laborales en sus tierras particulares. Esto último era ilegal, pero solucionaba en parte el problema de la falta de mano de obra, cada vez más angustioso. La Corona intentó suprimir la encomienda en 1542 (Leyes Nuevas), impidiendo su transmisión,
...