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Guion De La Sayona

zoheber6 de Junio de 2014

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(Entra Gumersindo cansado)

GUMERSIENDO: Ah caray tanta gente que pasa por este camino y ya prontico que cae la noche, bueno pues voy a aprovechar pa echarle un descanso pa ve si les cuento una leyenda de esas tantas que tiene nuestro llano, y las que les voy a conta es la de la sayona, ah pues ¿Quién es la sayona?, bueno dice la leyenda que trata de una mujer que fue traicionada por su marido y al verse ofendida le dio muerte a sus tres hijos, bueno eso es lo que dice la gente por estos lados, ¡Jum! Yo como que entro a la casa porque a esta hora toda la gente de este pueblo comienza a hablar del espanto y yo no quiero ni escucharla. (Se retira).

II Escena

(Entra Lourdes, Encarnación y coplero)

LOURDES: Voy agarrar una poquito de agua mmm pero me voy a echar una apuradita porque parece que tiene como ganas de llover. Y ya prontico cae la noche y no y a mí por estos lados no me gusta andar de noche porque la gente habla mucho de espantos y aparecidos.

COPLERO: Hola Lourdes.

LOURDE: Hay compa no me asuste.

COPLERO: Y como se lo venía diciendo comadre usted sabes que por esta sabanas y por todas estas soledades se escucha toda estas leyenda de espantos y aparecido. ¡Jum! la bola e´ fuego otro espanto endemoniado y travieso sales los viernes santos pidiendo por dios un rezo.

ENCARNACION: Bueno dicen que las ahuyentan las maldiciones le caen en gracias los rezos salen en los boquerones de los montes más espesos.

LOURDES: La sayona, otro demonio con cuatro cuartas de pecho le propone matrimonio al borracho por despecho y luego cuando se quedan a solas se trasforma en esqueleto como una cara de rana y con dientes muy largos y gruesos.

COPLERO: El sinfín el silbón tienen cierto parentesco una sale en portuguesa y el otro en apure adentro los que caminan de noche le pueden echar el cuento porque se han topado con ellos en los campos y en los centros.

ENCARNECION: ¡Compa! esto de la leyenda sí que me da miedo mire a mí se me paran los pelos de punta.

COPLERO: Hay vieja no valla empezar, si le cuento la historia de la llorona.

ENCARNACION: Bueno dicen que la llorona fue una mujer que su marido el engaño y por eso mato a sus tres hijos que tenía, y es por eso que anda por el mundo buscando a sus hijos.

COPLERO: Bueno esa es una de las tantas leyendas que tiene la llorona. La llorona, el silbón y la sayona son leyendas de nuestro folclor venezolano, pero yo le voy a contar una que a usted si se le van a parar los pelos de punta.

ENCARNACION: Hay compa que no valla hacer la de la sayona.

COPLERO: ¡Esa misma! así que pare la oreja y venga pa´ contarle.

LOURDES: Compa usted me va dejar aquí solita.

COPLERO: Como se le ocurre venga y le ayudo. Bueno sucedió un día donde Severiano se encontró con Timotea.

III Escena

(Entra Timotea quien está barriendo)

Entra Severiano:

Severiano: ¡Buenos días Timotea!

Timotea: ¡A caray! ¿Y qué le trae por ahí?

Severiano: Es que venía por aquí, y quiero decirle una cosa, espero que no te ofendas; yo estoy enamorado de ti y quiero que seas mi mujer, aunque sea por un ratico.

Timotea: No, mi amor, mucho lo siento, Pero yo no quiero que Casilda vaya andar buscándome por ahí pa matarme, mire, y usted se va a llevar su buena broma; Protacio me conto que esa mujer se priva y se vuelve loca de lo celosa que es, y además está embarazada, ¿verdad?

Severiano: No, mi amor, eso son embustes de la gente, lo que pasa es que toda esa cuerdas de bellacos son muy envidiosos, se la pasan diciendo que yo y que soy mujeriego, y que esto, y que palla, y ya me tienen en rancho ardiendo.

Timotea: Ajo, ustedes los hombres son todos igualitos, tienen tres y cuatro mujeres y andan buscando más.

Severiano: Mira, mi amor, yo te juro por, bueno, no hallo ni por quién jurarte pues, que yo no tengo a nadie, soy un hombre soltero, libre sin compromiso, dispuesto a lo que tú digas.

Timotea: Si, ya lo vamos a ver el sábado hay un baile en pasa ancho y yo sé dónde vives tú, así es que allá te voy a busca, y no me importa que tu mujer se muera de la rabia.

Severiano: Bueno mi amor, búscame, pero, vas hacer mi mujer desde ahorita mismo, ¿sí mija?

Timotea: Déjame pensarlo el sábado te digo.

(Entra coplero y Encarnación)

Encarnación: Pero compa ¿así comienza la historia de la sayona?, ¿ese no es el espanto que persigue a los hombres parranderos y mujeriegos?

Coplero: Se dice, que fue una mujer que les dio muerte a su hijo y a su propia madre, pero la madre antes de morir la maldijo convirtiéndola en el azote más terrible de los hombres que andan en la oscuridad.

Encarnación: En la sabana, en los bosques, caseríos y ciudades y por todos los caminos de Venezuela y Colombia.

Coplero: ¡Así mismo como lo dices! No pero apenas es que la leyenda comienza, vamos pa seguirle contando por aquí es que la cosa se pone buena (salen)

IV ESCENA

(Severiano en la casa)

(S)Con la negra Timotea

Es que yo vivo soñando

Si no se viene conmigo

Esta noche de parrando

La seguiré donde valla

Así me pasen cien años

Pero tiene que ser mía

Porque estoy enamorado.

Casilda: ¡Jum hueles a colonia barata! Si claro eso es lo tuyo me tienes a mí tienes a la perra esa de la esquina y tienes a la india esa cucarachera piojosa, en la costa y andas buscando más.

Severiano: Ya, ya mujer, ya vas a comenzar con lo mismo de siempre, vas a tener que decirme quien es el lengua larga ése , que viene a meterte chisme , debe ser un desgraciado que está interesado en ti ¿por qué más va ser?.

Casilda: Si chisme, chime. Segurito que las dos viejas esas que tienes atravesá son embustes también, que quisiera volverme bruja bien mala pa´ agárralas por los pelos a todas esas viejas quita hombres, quien no te conozca que te compre, segurito que anda como perro entiempado, atrás de esa otra vieja.

Severiano: No, no vale, si me pongo a ponerte cuidado me vuelvo loco, búscame la ropa porque me voy es ya.

(Severiano le echa mano a su cuatro y emprende viaje con destino al baile de paso ancho. Contento y entusiasmado cantaba coplas en voz baja).

(S) Yo no tengo hijo chiquito

Ni perrito que me lata

No me importa noche oscura

pa´ robarme una muchacha

Porque al paso ´e mi caballo

La puedo llevar en anca. (Se retira)

(Casilda se acuesta en la cama. Entra burro turcero).

Burro turcero: ¡Buenas noches, Casilda! ¿Qué estás haciendo?

Casilda: Pasa chico, estoy acostada. Que tengo fiebre y estoy muy nerviosa, pero siéntate aquí en la cama.

Burro turcero: Se fue tu querido marido, ¿verdad?

Casilda: Si, se fue, ese anda por los aguanales, ¿Qué más?

Burro turcero: Casilda, Casilda, ¿hasta cuándo, mi amor?, estoy cansado de decirte que te vayas conmigo. Yo te quiero, yo te amo, te adoro, pero tú ves el sol por él, bueno no importa, si supieras la última… pero no te la voy a contar.

Casilda: ¿Y cuál es la última?

Burro turcero: No, no, no, no te digo nada, ¿pa qué?, Si tú no me pones cuidado, me voy más bien.

Casilda: No, no, burrito, dime, dime, yo te pongo cuidado, mi amorcito, pero me cuentas ¿sí?

Burro turcero: Bueno, es para que te des cuentas que ese hombre no te quiere, mira, ayer pase por casa de tu mama estaban los dos acostaditos y abrazaditos.

Casilda: ¿Qué? ¿Con mi mama?

Burro turcero: Si…

Casilda: ¿Mi mama?

Burro turcero: Si, tu mama. Los vi con estos ojos y esos tienen tiempo viviendo, donde quiera los encuentros.

(Casilda se aterroriza al saber que su mama vive con Severiano)

Casilda: No, burro, mi mama no, no puedo permitir esto y a mi mama mucho menos. Lo arregláramos por la mañana.

Burro turcero: Bueno yo mejor me voy, hasta luego.

V Escena

(Entra Severiano, Mateus, Timotea, comisarios y pueblo)

Severiano: Ay, mire cámara, me dijeron y que, usted le está cantando a mi negra Timotea, pero eso sí, pa llevársela pues.

Mateus: Bueno vale: ¿qué quieres tú, que le cante a los machos?

Severiano: No es que le cante a los machos, cámara, sino que esa mujer está comprometida conmigo y usted, muy bien lo sabe. Vamos a cantarle los dos, si tú te la ganas peleamos y si yo me la gano, bueno, usted vera lo que hace.

Mateus: Bueno, vamos a echarle pichón. Maestro, arpista, arránquese hay con un joropo bueno.

(M): Camarita Severiano,

Usted, que viene llegando

Para que cante conmigo

Aquí lo estoy esperando.

(S): Oiga, cámara Mateus,

Salí de casa temprano

A cantar con el que fuera

Esta noche en el parrando.

(M): Yo siempre tengo en costumbre

Cuando me hallo parrandeando

De enamorar a las mujeres

Directamente cantando.

(S): Yo también tengo lo mismo

Compréndalo usted, paisano

Y si me toca pelear

...

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