Guía básica para la corrección de estilo
kitkat24Documentos de Investigación3 de Agosto de 2021
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Guía básica para una buena corrección de estilo
Compilado por: Andrés Gulla-Ván
(Fabián Andrés Gullaván Vera)
Contenido
Presentación 4
¿Cómo lee un corrector de estilo? 5
Algunas expresiones cuyo sentido varia si están juntas o no 9
Acentuación: 9
Palabras compuestas: 11
Uso de las Mayúsculas 12
Abreviaturas y acrónimos: 12
Signos de puntuación: 13
Dos puntos (:) 13
Puntos suspensivos (…) 14
Punto (.) 15
Coma (,) 16
Punto y coma (;) 18
Cifras y letras: 19
Cardinales 19
Ordinales 19
Fechas y horas: 20
Palabras que sí entienden de género: 21
Uso de las comillas: 21
Usos incorrectos del gerundio: 21
Plurales: 23
Queísmo y dequeísmo: 23
Paréntesis, corchetes y llaves: 25
( ) 25
[ ] 25
{ } 25
Palabras parónimas: 25
El párrafo: 26
Uso de la raya o guion mayor: 27
Bilbiografía: 28
Presentación
El siguiente documento es el resultado de la experiencia acumulada más que del estudio academizado. Aunque la investigación bibliográfica, compilación y redacción del presente ha tomado varias semanas, cabe anotar que su contenido se ve corto ante manuales de corrección de estilo y gramática mucho más rigurosos que distintas instituciones tradicionalmente han venido desarrollando. Con base en esto, se anima al interesado, al curioso, a quien quiera abordar uno de los aspectos de los procesos editoriales, en este caso la corrección de estilo, para que continúe y refuerce sus estudios en la materia.
He preparado este documento a partir de un favor que se me ha pedido. Inicialmente lo pensé como una guía metodológica a la hora de realizar un taller de corrección de estilo ofrecido a los noveles miembros de una revista estudiantil. Sin embargo, cuando comencé el estudio juicioso me percaté del poco bagaje que en realidad tenía al respecto. Esto, en vez de desanimarme y obligarme a dar la espalda al favor, me ha obligado (con gusto) a iniciar un viaje con el mismo espíritu que uno de mis poetas favoritos plasma en el que es quizás su poema más famoso. Hablo de Constantino Kavafis y su poema Ítaca.
Mi principal área de interés es, y siempre ha sido, la creación; la escritura creativa y sobre todo la narrativa. Y en mi precaria formación como escritor he aprendido que el creador, en este caso de contenido, tiene el legítimo derecho a ser caníbal. Por ello he destripado información de varias fuentes con el objeto de hacer encajar a las malas este monstruo de Frankenstein.
Y es precisamente por mi egoísmo como escritor que he planteado agregar, quizás de manera escurridiza y poco visible, algunas pautas para mejorar la redacción. Porque si bien el corrector de estilo es en principio un buen lector, el otro lado de la moneda me lleva a inferir que este debería ser también un buen redactor.
Espero que esta labor un tanto teórica, complementado con el taller práctico, sirva a todos quienes se acerquen. Quiero animarlos para que continúen con su formación en el mundo editorial. Que no se queden, como ya he dicho, con este documento tan simplón, sino que se atrevan a explorar las infinitas posibilidades que las publicaciones, seriadas o libros; comercial o académica, ofrece.
Si me viera en la obligación de dar un único consejo al curioso, basado en mi experiencia en publicaciones universitarias, sería nunca deje de moverse. Del mismo modo, quiero que lo que a continuación encontrarán sirva como materia prima para la construcción de sus propios manuales de estilo. Úsenlo, acá los derechos patrimoniales no existen; pero los morales son inobjetables.
Finalizo pues esta presentación con una cita que en encontrado:
El estilo de un escritor puede ser considerado como la utilización individual y creativa de los recursos de la lengua, dentro de una época, un dialecto elegido, un género y un propósito. Para comprender y explicar la creatividad lingüística de un autor, para apreciar por completo la alquimia por medio de la cual transforma la base del metal de la lengua diaria en oro artístico, es preciso, en primer lugar, reconocer y si es posible especificar el radio lingüístico dentro del cual trabaja el autor, y sobre el cual monta su obra. Intentar hacerlo así, con detalle analítico, no significa destruir la magia de la obra, sino, por el contrario, realzarla. (Lingüística y estilo, p. 15)
¿Cómo lee un corrector de estilo?
Texto leído en la jornada "Lectura bajo los árboles"
Instituto Distrital de las Artes (Idartes)
Bogotá, 1° de septiembre de 2012
Por Jorge Luis Alvis Castro
Voy a concentrarme en este breve texto en intentar precisar algunas ideas fundamentales sobre el corrector de estilo como lector profesional. Antes es necesario dar cuenta de algunos rasgos de la corrección.
1. La corrección de estilo no es un pasatiempo. Hay una enorme diferencia entre hacer crucigramas, sopas de letras, scrabble, el ahorcado o quemado, u otro juego de o con las palabras... y sentarse de seis a diez horas a leer con el fin de revisar y ajustar textos de diversa índole, procedencia y destino.
2. La corrección de estilo es un oficio. No podemos decir que la corrección de estilo sea una profesión, aunque la desempeñen personas tituladas y no tituladas. Importa destacar, más bien, que es un “trabajo”, una manera de ganarse la vida, algo por lo que se cobra y se paga.
3. La corrección de estilo es control de calidad. Se trata de una fase del proceso de producción del texto, sea en un entorno industrial (editorial) o informal. La calidad de un texto se observa en rasgos de distinto orden, como su legibilidad, comprensibilidad, coherencia, solidez conceptual, unicidad semántica, homogeneidad tipográfica, entre otros.
4. La corrección de estilo demanda recursos para su realización. Un buen computador, una pantalla cómoda, una silla adecuada, libros de referencia, acceso a internet y bases de datos, a veces un poco de música [escucho algo de Carlos Nuño mientras escribo estas líneas], además de un poco de silencio y mucho tiempo son requeridos para trabajar la corrección de un texto.
5. La corrección de estilo exige dominio técnico de las herramientas informáticas y de búsqueda de información. En nuestros días, el uso de la herramienta control de cambios no es opcional. El corrector debería ser capaz de utilizarla con los ojos cerrados: configurarla según sus necesidades, tener guías y claves para los autores, conocer varias versiones. Sucede lo mismo con otros recursos, como los buscadores de internet, los foros, los diccionarios en línea, las páginas especializadas.
6. La corrección de estilo no se reduce ni a la gramática ni a la ortografía, pero sí empieza por ellas. La única manera de evitar el subjetivismo en la corrección es gozar de argumentos que aclaren y expliquen la razón de ser de las modificaciones introducidas y de las recomendaciones sugeridas a los autores. Un gran porcentaje de estas razones se encuentran en la gramática, entendida como la teoría de la estructura y funcionamiento de una lengua natural. Otro pertrecho del corrector es el dominio de la ortografía como conjunto prescriptivo y cambiante de reglas de escritura.
Con estas ideas en nuestro haber, podemos proceder a hablar sobre el corrector de estilo como lector.
¿Por qué es importante el corrector de estilo? Mi respuesta tiene un origen en una rama de la teoría lingüística: porque como usuario de su lengua, cada hablante o escribiente se cree representante de la norma. Especialmente si se trata de un escribiente de oficio, o sea, de alguien con alguna posición de autoridad social o intelectual. Cuanto más cerril sea esta creencia o autoconciencia del autor como norma, más difícil será que él se someta a la corrección de estilo. Esta identificación de la persona con la norma es uno de los pilares del argumento, casi rechazo, que dice que “el estilo de una persona no se corrige”.
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