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Historia De La INgenieria Mecanica

mendezjml5 de Octubre de 2014

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/Breve historia de la Ingeniería

Mecánica

Parte III

Oscar Mauricio Barajas Pinzón

Calle 155 No. 28-A-1o Interior Apto. 404 Bogotá, D.C., Colombia.

oscar@impsat.net.co

www.oscarbarajas.com

LA ERA ESPACIAL

A principios de siglo XX, el maestro de escuela ruso Konstantin Eduardovisch

Tsiolkovski (1857–1935) era considerado como un excéntrico cuyas teorías

apenas tenían relación con la realidad. Sin embargo, la era espacial había nacido

en la humilde morada que habitaba ese maestro, por lo que fue llamado el “padre

de la astronáutica”.

Aunque jamás lanzó un cohete, las contribuciones de Tsiolkovsky a la ciencia

de la navegación espacial fueron inconmesurables. Ya en 1883 expuso los

principios que permiten el desplazamiento de un cohete en el vacío, y en “Sueños

de la Tierra y el Cielo”, publicado en Moscú en 1895, enunció las posibilidades de

un satélite espacial.

Más tarde, en 1903, comenzó a publicar por capítulos su libro “Exploración

del espacio interplanetario mediante aparatos a reacción” que sentó la teoría del

vuelo de los cohetes y las perspectivas de la navegación espacial. La contribución

principal de Tsiolkovski consistió en recomendar la utilización de propulsores

líquidos, que además de permitir prestaciones mejores que los sólidos, podrían

controlarse con mayor facilidad tras la ignición. Ello resalta el elevado nivel de

las ideas de Tsiolkovski; no obstante sus cuadernos de notas y obras impresas

fueron completadas más adelante con nuevos conceptos que, de una u otra forma,

se plasmarían en realizaciones técnicas prácticas.

Consideró la posibilidad de controlar el vuelo de los cohetes en el exterior de

la atmósfera mediante aletas situadas tras la tobera, o mediante la inclinación de

la propia tobera. Apuntó la posibilidad de emplear combustibles de distintos tipos,

como gasolina, queroseno, alcohol y metano; ideó diversos métodos para regular

el flujo de los propulsores de la cámara de combustión, con la utilización de

válvulas mezcladoras y recomendó la refrigeración de la cámara de combustión

y de la tobera mediante el paso de uno de los líquidos a través de una camisa de

doble pared. En sus primeros diseños de cabinas para naves espaciales tuvo

presente las necesidades de los organismos vivientes, e incluyó dispositivos para

absorber el dióxido de carbono y los olores; por otra parte, reconoció la importancia

de que la tripulación se mantuviera en posición tendida, con la espalda apoyada

sobre los motores, durante los momentos de aceleración. El problema de la

aceleración en el vuelo en cohetes le preocupó de tal modo que incluso recomendó

la inmersión de los pasajeros en un líquido de densidad igual a la del cuerpo

humano. Propuso también la construcción de naves espaciales de doble pared,

56

Tsiolkovsky

En los números 19 y 20 de

INGENIERÍAS se publicaron

las partes I y II de este

artículo.

Ingenierías, Octubre-Diciembre 2003, Vol. VI, No. 21Breve historia de la Ingeniería Mecánica. Parte III. / Oscar Mauricio Barajas Pinzón

para conseguir protección suficiente frente al

calentamiento y enfriamiento excesivos, y como

medida de precaución ante la posibilidad de que un

meteorito atravesara la pared exterior de la

aeronave. Por otra parte, Tsiolkovski aconsejó

aprovechar el oxígeno líquido de los depósitos de

combustible para suministrar oxígeno gaseoso a

la cabina presurizada, y también predijo que un

hombre protegido por un traje espacial y sujeto por

una especie de cadena podría salir al exterior de la

nave y permanecer en el vacío.

El precursor ruso consideró asimismo que podría

aprovecharse el efecto giroscópico para estabilizar

los cohetes en vuelo, y recomendó la utilización de

cohetes de varias etapas o múltiples (que llamó

“trenes de cohetes”), de modo que cada etapa se

desprendiera del conjunto a medida que su combus-

tible se agotara, como único medio para alcanzar la

velocidad necesaria para el vuelo espacial.

Tsiolkovski anticipó el desarrollo de estaciones

espaciales y describió el traslado al espacio de

componentes plegados para su posterior despliegue

y montaje; asimismo predijo que llegaría el momento

en que se contruirían estaciones espaciales en las

cuales el oxígeno y la alimentación necesaria para

los seres humanos se obtendría de la vegetación

cultivada en las propias estaciones. En su escrito “El

avión cohete” (1930) Tsiolkovski analizaba las

ventajas e inconvenientes de los aviones cohete en

relación con los propulsados a hélice para el vuelo

de gran velocidad en la alta atmósfera.

En 1909 el norteamericano Dr. Robert H.

Goddard acometió una amplia investigación teórica

sobre la dinámica de cohetes. Tres años después

midió el empuje de un

cohete de combustible

sólido encendido en el in-

terior de una cámara de

vacío, con lo que probó la

posibilidad de que los

cohetes funcionaran en el

espacio exterior. De este

modo se abandonó

definitivamente

la

creencia, hasta entonces

muy arraigada, de que los Goddard en el lanzamien-

cohetes únicamente to de su primer cohete.

Ingenierías, Octubre-Diciembre 2003, Vol. VI, No. 21

podían funcionar en la atmósfera. Los trabajos

posteriores del Dr. Goddard se orientaron al diseño

de un cohete sonda práctico que permitiera obtener

datos de las capas superiores de la atmósfera fuera

del alcance de los aviones y globos sonda. Como

Tsiolkovski, reconoció además las enormes

posibilidades de los cohetes de combustible líquido.

Su determinación le valdría un lugar imperecedero

en la historia: el 16 de marzo de 1926 consiguió lanzar,

en Auburn (Massachussets), el primer cohete de

combustible líquido del mundo.

Esta proeza fue

superada, por un escaso

margen, por el alemán

Johannes Winkler, que el

21 de febrero de 1931

lanzó un cohete cerca de

Dessau;

estaba

propulsado por metano y

oxígeno líquidos. Aunque

en esa ocasión apenas

superó los 3 m de altura,

tres semanas después

alcanzó una altura de 90

Johannes Winkler.

m, tras ser equipado con

estabilizadores.

El inventor alemán Max Valier, tras experimentar

cohetes de combustible sólido en automóviles, trineos

y vehículos en carriles, interesó en sus investigaciones

al Dr. Paul Heylandt, dueño de una fábrica de gases

industriales, que fabricaba oxígeno líquido. Aunque

Valier no recibía un salario, fue autorizado a emplear

un máximo de 6000 marcos en la construcción y

experimentación de

cohetes en dicha

fábrica; no obstante, por

razones de seguridad los

ensayos únicamente

tenían lugar de noche y

en los fines de semana.

Con la ayuda de Walter

Riedel, uno de los

ingenieros de la firma,

Valier construyó y

ensayó un pequeño mo-

tor con envoltura de

Max Valier

acero.

57Breve historia de la Ingeniería Mecánica. Parte III. / Oscar Mauricio Barajas Pinzón

Valier creía que el camino hacia los viajes

espaciales pasaría por una evolución gradual del

automóvil cohete al avión cohete y luego a la nave

espacial. Ello explica que Valier no se convirtiera en

el primer europeo en lanzar un cohete de combus-

tible líquido en vuelo libre. Se había propuesto ensayar

sus cohetes en vehículos tripulados.

Hermann Oberth , el inspirador de los trabajos

alemanes sobre cohetes, era profesor de física y

matemáticas. Nació en 1894 en Transilvania,

actualmente integrada en Rumania. En 1923 publicó

un reducido volumen titulado “Die Ratete zu den

Planetraumen” (“ El cohete en el espacio

interplanetario”), en el que

además de sentar las

bases del funcionamiento

de los cohetes en el vacío

afirmaba que, si se

dispusiera de empuje

suficiente,

podrían

fabricarse

cohetes

capaces de dar la vuelta a

la

Tierra.

Oberth

experimentó diversas

combinaciones

de

propulsores. Quizá más

Hermann Oberth

significativo sea el hecho

de que describiera con cierto detalle la forma de un

cohete (el modelo B) que creía capaz de explorar las

capas altas de la atmósfera. Aunque nunca se

construyó, el modelo B excitó la imaginación de otros

adelantados, y en 1927 se formó un grupo de

entusiastas conocido como “Verein Fur

Raumschiffahert e. V.” Sociedad para la Navegación

Espacial. La primera reunión tuvo lugar en una

cervecería de Breslau y conduciría al desarrollo

...

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