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Historia.


Enviado por   •  13 de Febrero de 2014  •  Síntesis  •  3.864 Palabras (16 Páginas)  •  244 Visitas

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98 - Evangelistas en la cárcel Mientras la Iglesia Católica reimplanta la misa en latín y entra en guerra con el gobierno por la despenalización del aborto, los evangelistas realizan tareas pastorales en las cárceles, una extensión de lo que hacen en villas y barrios humildes. Cuentan con más de 4 millones de fieles y dicen que el índice de reincidencia de los convictos que los siguen es del 5%, mientras que el general es del 60%. ¿Cómo predican, qué ofrecen?

ASISTENCIA ESPIRITUA...

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EVANGELISTAS en la CÁRCEL

... PERDONA NUESTROS PECADOS ...

Escribe: JOAQUÍN CASTELLANOS - Fotos: HÉCTOR RÍOS

Realizan tareas pastorales en las cárceles al punto de transformar profundamente la vida intramuros y sostienen que han reducido notablemente el índice de reincidencia. Tienen presencia entre los internos de las comisarías de toda la ciudad y su proliferación generó en los penales de Coronda, Piñero, Santa Fe y Rosario, la creación de pabellones evangélicos en donde casi no existen medidas de seguridad y rigen pautas diferentes.

De las pesadas puertas de hierro que se suceden desde la entrada por calle Zeballos hasta el último rincón del pabellón A, ninguna se hubiera abierto sin la presencia del pastor evangélico que marcha delante. La familiaridad con que da y recibe saludos de los uniformados que abren y cierran los voluminosos pasadores, delata que ésta no es su primera visita a los reclusos de la Unidad Penitenciaria Nº III de Rosario .

Desde hace casi dos años la Iglesia "Redil de Cristo" consiguió que las autoridades del penal reconozcan a este sector de la penitenciaría como pabellón evangélico. Una muestra de lo que hoy es un innegable fenómeno: el de la presencia en las cárceles de los credos protestantes ( especialmente los conocidos como neopentecostales o evangelistas ), que desde hace unos diez años han cambiado de raíz la convivencia en los penales a partir de pautas - a diferencia de las reglas que imperan entre las rejas -. Ni la presencia de cigarrillos, alcohol y drogas ni la práctica homosexual. Una rotunda reforma de la vida en las cárceles que, entre críticas y elogios, ha ganado terreno y continúa expandiéndose entre los presos ...

Del lado de adentro de la puerta principal del pabellón A de la ex Cárcel de Encausados de Rosario, está escrita en letra prolija una leyenda: "CONOCERÉIS LA VERDAD Y LA VERDAD OS HARÁ LIBRES. Juan: 8.32".

...Después de atravesar la última reja, el pastor Oscar Jesús Sensini va al encuentro de los internos que están en el fondo del corredor común a las celdas, entre espátulas y tachos de pintura. "Están refaccionando", informa Carlos Ahubán, el otro religioso que guía a ROSARIO EXPRESS dentro del pabellón evangélico ...

Inmediatamente advierten la visita, los detenidos se acercan en tropel y actúan de manera impensada. Todos y cada uno de los convictos esperan su turno para estrechar la mano de los recién llegados o abrazarse con los pastores en medio de las bendiciones.

Es como entrar en otro mundo. Se trata de la convivencia en paz de unas 60 personas condenadas a prisión que, a contramano de lo habitual, han convertido las celdas en habitaciones y a cada rincón en un lugar confortable, en la medida de lo posible.

"Viven un cambio en la verdad de DIOS y entonces pasan acá, donde ellos entienden que la convivencia tiene que ser distinta - había explicado uno de los religiosos antes del ingreso-. Aquí hay otras normas: la diferencia es que ellos creen en la Palabra y la Palabra es la que los está guiando a una relación totalmente distinta de valores. Un ejemplo: mirarlo al otro como superior a sí mismo. Una convivencia distinta con los principios de Dios".

Pero la realidad supera en este caso a todo lo imaginable. Mientras la bienvenida se consume con la efusividad de un preso grandote que agradece llorando la presencia de los "siervos del Señor", algunos vuelven a los trabajos de reacondicionamiento del lugar y otros se disponen a mostrar en detalle cómo viven en este pabellón que de a poco se fue convirtiendo en una iglesia dentro de la cárcel ...

"Vivir acá es tomar la decisión de vivir bien, como realmente un hijo de DIOS tiene que vivir", cuenta Luis (23) oriundo de Venado Tuerto que cayo preso por robo reiterado en 2.002 y para fin de año estaría recuperando su libertad y asegura que va a "perseverar en el camino del Señor". Y muchos dan cuenta de la intención de abrazarse a la misión de transmitir su experiencia a quienes hoy pasan por oscuras situaciones que ellos ya atravesaron.

"Yo digo que este pabellón es un verdadero monasterio, porque acá se forman en la fe y después alrededor de un 70 % continúa activamente en la Iglesia, inclusive como líderes de su propia comunidad", explica Carlos Ahubán, pastor evangélico de la Iglesia "Discípulos de Nuestro Señor Jesucristo", cuyo templo se ubicada en Arévalo nº 6.230, próximo al asentamiento irregular Tupac Amarú y que también coordina la "CONFRATERNIDAD DE LÍDERES CRISTIANOS" y la

"RED de Iglesias Evangélicas en Acción Social".

Pero más allá de las críticas en la que reparan algunos sectores respecto de la alienación o el fanatismo que genera este cambio rotundo, en la vida de los internos que habitan este tipo de pabellones, asoma un indiscutible logro en la reinserción social de los condenados, en relación al trabajo ...

Enmarcadas por la ventana que da al patio interno como si fuera una foto de lo que hoy vive esta particular comunidad de condenados, se ven las paredes rasqueteadas que pronto serán pintadas. Pero no todo en el lugar goza de refacción. En el fondo del corredor central al que dan todas las puertas y ventanas, hay una celda sin pintar, con las paredes llenas de humedad, en penumbras, con las camas de cemento desnudas de colchón y apenas un agujero que es todo lo que representa el baño. Cuentan que ahí nació la iglesia en que hoy se transformó este sitio y así deshabitado lo dejaron a modo testimonial. De lo que eran antes sus vidas. Un símbolo de lo que consiguieron para sí mismos pero también un fuerte llamado de atención para lo que debería garantizar el Estado.

Esto ha convertido a los organismos evangélicos o neopentecostales no sólo en actores fundamentales de lo que significan hoy las cárceles, sino

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