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Hotel Arcos Del Parque


Enviado por   •  16 de Octubre de 2013  •  355 Palabras (2 Páginas)  •  346 Visitas

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Hotel Arcos del Parque

Los primeros dioses. Los antiguos mexicanos creían en la existencia de un dios Tonacatecuhtli quien junto con su esposa Tonacacihuatl tuvieron 4 hijos, Tlantlauhqui, Tezcatlipoca, Quetzalcóatl y Huitzilopochtli.

Sus cuatro hijos se convirtieron en los cuatro dioses que crearon la tierra después de 600 años de haber nacido, primero crearon al sol y después a la tierra, también crearon al primer hombre y primera mujer para que le dieran forma a la recién creada tierra., cada uno llevando diferentes tareas.

Del primer hombre y la primera mujer nacieron los maceguales, los cuales se encargaron de poblar la tierra, después los dioses se encargaron de crear los días, los cuales estarían agrupados en años, después d esto crearon el infierno y el cielo. Por último los dioses crearon al dios y a la diosa del agua, para que enviaran lluvias para regar las tierras, y para que pudiera existir la vida.

El Conejo de la Luna

Quetzalcóatl, el dios grande y bueno, se fue a viajar una vez por el mundo en figura de hombre. Como había caminado todo un día, a la caída de la tarde se sintió fatigado y con hambre. Pero todavía siguió caminando, caminando, hasta que las estrellas comenzaron a brillar y la luna se asomó a la ventana de los cielos. Entonces se sentó a la orilla del camino, y estaba allí descansando, cuando vio a un conejito que había salido a cenar.

-¿Qué estás comiendo?, - le preguntó.

-Estoy comiendo zacate. ¿Quieres un poco?

-Gracias, pero yo no como zacate.

-¿Qué vas a hacer entonces?

-Morirme tal vez de hambre y de sed.

El conejito se acercó a Quetzalcóatl y le dijo;

-Mira, yo no soy más que un conejito, pero si tienes hambre, cómeme, estoy aquí.

Entonces el dios acarició al conejito y le dijo:

-Tú no serás más que un conejito, pero todo el mundo, para siempre, se ha de acordar de ti.

Y lo levantó alto, muy alto, hasta la luna, donde quedó estampada la figura del conejo. Después el dios lo bajó a la tierra y le dijo:

-Ahí tienes tu retrato en luz, para todos los hombres y para todos los tiempos.

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