IMPLICACIONES ÉTICAS DE LA REVOLUCIÓN CIENTÍFICA.

IMPLICACIONES ÉTICAS DE LA REVOLUCION CIENTÍFICA

Desde la segunda mitad del siglo XX, con la revolución científico-ética la ciencia penetró en nuestra vida diaria de manera muy acelerada. La intensidad y ampliación de numerosos resultados científicos ha hecho que reconsideremos el lugar que ocupa la ciencia en nuestro sistema de valores y a partir de estas transformaciones fue que surgió una diversidad de cuestionamientos éticos reflexivos. 

Dentro de este desarrollo científico uno de los factores urgentes que más controversia ha ocasionado es precisamente el impacto de en el campo de la salud junto a otros grandes descubrimientos que han alertado a todo el planeta como son la clonación y la transgénesis. En el campo de la salud son innumerables los ejemplos relacionados con el desarrollo de la ciencia y la técnica y sus implicaciones éticas, tal es el caso de los nuevos conceptos de muerte en especial el de la muerte encefálica y el estado vegetativo persistente, por ejemplo.

Otro tema que también es muy significativo es la manipulación de genes humanos y todas las aplicaciones que puede tener ya que tiene muchísimas implicaciones (sociales, políticas, económicas y culturales) que van mucho más allá de lo que tradicionalmente ha preocupado a la ciencia.

Los avances de la genética molecular, han causado un gran interés en todo el mundo y una gran expectativa sobre todas las contribuciones posibles como mejorar la salud humana, alargar la vida, (inmortalidad) tener hijos por encargo, etc. Sin embargo, estos avances nos han tomado desprevenidos en el aspecto ético y nos están enfrentando a una cruda serie de preguntas sobre qué debe ser permitido, dentro de qué limites y hasta qué consecuencias. Lo cierto es que las respuestas no siempre (o casi nunca) corresponden con el desarrollo que ha alcanzado la ciencia.

La clonación en mamíferos, particularmente la de una oveja adulta permitió valorar las perspectivas que abrían estos resultados y así también considerar las posibilidades de extensión de esta tecnología al ser humanoya que en esos momentos el proyecto del genoma humano empezaba a brotar. El impacto de estos resultados dio origen a respuestas inmediatas, planteadas en la Declaración Universal sobre el Genoma Humanos y los Derechos Humanos, aprobada en la Conferencia General de la UNESCO en 1997

Por ejemplo” la clonación humana vista como un proceso de procreación de naturaleza asexual, se puede considerar una inevitable desaparión de la especie humana, una condena, no solo porque colocaría al hombre en una posición de indefensión frente al ataque de agentes patógenos o situaciones ambientales hostiles, sino también porque en estos procedimientos se adopta la lógica de la producción industrial, pues se analiza y favorece la búsqueda de mercados, perfeccionar la experimentación y producir siempre modelos nuevos no sólo más efectivos técnicamente, sino también más rentables en el aspecto económico. Se convierte a la mujer en instrumento, al reducirla a algunas de sus funciones puramente biológicas (proveedora de óvulos y de útero), a la vez que se experimenta en la creación de úteros artificiales, último paso para la producción en el laboratorio del ser humano.

En el proceso de clonación se pervierten las relaciones fundamentales de la persona humana. Una mujer puede ser hermana gemela de su madre, carecer de padre biológico y ser hija de su abuelo. Con la clonación se llega a la ruptura total de estos vínculos familiares que son un poderoso sustento de la sociedad.”1

Otro elemento peligroso de estos métodos es que se apoya la idea de que algunos hombres pueden tener un dominio total sobre la existencia de los demás, hasta el punto de programar su identidad biológica. Esto violaría  los preceptos éticos conocidos hasta el momento en el desarrollo de la humanidad.

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