INFORME DELORS A LA UNESCO

INFORME DELORS A LA UNESCO

El Informe nos habla de la educación para el siglo XXI, en el cuál la enseñanza debe sostenerse en cuatro pilares de conocimiento básicos: en primer lugar el aprender a conocer, que consiste en tener una cultura general lo más amplia posible para poder luego especializarte en unas pocas materias motivadoras para la persona, en segundo lugar el aprender a hacer, para poder adquirir una serie de competencias en las que sea capaz de poder trabajar en equipo y cooperar para resolver situaciones en la vida cotidiana, en tercer lugar está el aprender a vivir juntos, desarrollando la empatía y la comprensión de las personas, aprendiendo a resolver conflictos y mediar entre individuos, y por último, el pilar básico de aprender a ser, en el cual se tiene que tener en cuenta la autonomía y personalidad de las personas para trabajar con ellas individualmente porque cada persona es diferente. Estos cuatro pilares del saber convergen en uno solo porque existen múltiples puntos de contacto y la educación se debe entender como un todo.

En el siglo XXI la educación tiene que ser permanente durante toda la vida, el mundo actual cambia muy rápido y el individuo necesita adaptarse a esos cambios aprendiendo día a día, yendo mucho más allá de la formación estrictamente vinculada a la exigencia del mundo laboral. La educación del siglo XXI debe que tener en cuenta y aprovechar todas las posibilidades que ofrece la sociedad.

El texto nos hace replantear todas las formas de enseñanza-aprendizaje actuales, basadas en clases magistrales, enseñanza directa, memorización, repetición etc, cambiando la forma de plantearse las clases y adoptando un trabajo por proyectos en el que los alumnos puedan elegir el proyecto a desarrollar y después en base a ese tema, trabajar de forma cooperativa y buscar información vinculada a todas las áreas del currículo escolar. Al final “el objetivo de la educación del siglo XXI es que todo infante, independientemente de su contexto y condiciones, pueda disfrutar de experiencias de aprendizaje relevantes que le permitan desarrollar su proyecto de vida con dignidad, sentido y bienestar”^[1].

Las TIC (tecnologías de la información y comunicación) y TAC (tecnologías del aprendizaje y conocimiento) juegan un papel muy importante en el concepto de la nueva educación, haciendo que el aprendizaje de los alumnos sea más significativo y motivador, y más vinculado a la realidad social en la que viven, ya que las tecnologías en general forman parte de su día a día. Teniendo en cuenta que el audiovisual convive con los alumnos desde que nacen, estando inmersos en el mundo digital a través de la televisión, tabletas, ordenadores, videoconsolas, etc, es mucho más fácil llamar su atención e interés usando estas herramientas. El verdadero problema es la adaptación de los docentes a la nueva era digital.

Como profesor de Educación Física en secundaria veo muy necesario éste cambio hacia una nueva forma de enseñanza-aprendizaje, ya que las sesiones se vuelven más dinámicas y los alumnos se muestran más motivados y comprometidos con su aprendizaje.

En Cataluña se está implementando ya un modelo de escuela llamada “Escola Nova 21^[2]” (Escuela Nueva 21) en la que se trabaja por proyectos y por rincones de experimentación/aprendizaje des del primer curso de educación infantil (P3) hasta por ahora, segundo de la ESO. Es importante desarrollar este tipo de educación desde P3 ya que si se implanta más adelante los alumnos no están acostumbrados a trabajar con autonomía, tomando sus propias decisiones y en grupos de cooperación y se sienten desubicados. Al final de todo éste proceso los alumnos deben dominar una serie de competencias que les sirva para desenvolverse con éxito en el nuevo mundo globalizado y cambiante al que tendrán que enfrentar-se en la vida adulta, que incluyen desde la adquisición de idiomas, al dominio digital, para poder hacer frente con garantías a su futura vida laboral y personal.

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