Informe Delors

INFORME DELORS: LA EDUCACIÓN ESCONDE UN TESORO

El informe “Delors” es un documento, cuyo principio se basa en la educación, como “instrumento indispensable para que la humanidad pueda progresar hacia los ideales de paz, libertad y justicia social”. Este enfoque se lleva a cabo mediante análisis, reflexiones y propuestas de carácter utópico, que distan de poder alcanzar los objetivos esperanzadores para un mundo mejor.

La Comisión Internacional sobre la educación para el siglo XXI, presidida por Jacques Delors, considera las políticas educativas como un proceso permanente de enriquecimiento de los conocimientos, de la capacidad técnica, pero también, y quizás sobre todo, como una estructuración privilegiada de la persona y de las relaciones entre individuos, entre grupos y entre naciones. Obviamente, esto hace pensar que la educación va ligada a la política, la cual es cambiante a lo largo del tiempo y va estar condicionada, por no decir corrompida, por los intereses de quienes gobiernen en un momento dado.

Tal y como afirma este informe, “existe una tensión entre el largo y el corto plazo, alimentada actualmente por el predominio de lo efímero y de la instantaneidad que conduce a una concentración de los problemas inmediatos”. Siendo este el caso de las políticas educativas. Así mismo, Delors hace realmente hincapié en un enfoque a largo plazo, pero si tenemos en cuenta, que las políticas educativas sólo se limitan a resolver problemas inmediatos, y no prestan atención a llevar a cabo las pertinentes reformas que tan indispensables son y requieren de un asentamiento en el tiempo a largo plazo, es más que evidente, que la implantación de las reformas, va a estar destinada inevitablemente al fracaso.

Otro punto que cabe destacar, es la importancia de la participación de los docentes en el sistema educativo. Ellos son la herramienta, sin la cual, no se podría llevar a cabo ningún proceso de reforma. Están infravalorados, y cae sobre sus espaldas, el peso de la educación de las futuras generaciones. Es lógico pensar que es necesario, y no es de exagerar que hasta imprescindible, prestar especial atención a la situación social, cultural y material de los educadores; sin embargo, a efectos prácticos, la financiación destinada a la educación está bien distante de los objetivos que se pretenden; si además de ser susceptible de que su gestión no sea la adecuada, añadimos el hándicap de la crisis, no se hace viable la premisa de “tener contentos” a nuestros profesores, a los cuales se les exige lo imposible.

La igualdad de oportunidades, hace pensar en los valores que todos queremos inculcar y los cuales tomamos como eje para la base de nuestro sistema educativo. El planteamiento propuesto del “crédito-tiempo”, no aboga a este principio tan valioso, sino todo lo contrario, favorece la desigualdad de oportunidades. Así mismo, ocurre con la progresiva privatización de la enseñanza, que deja sin ninguna posibilidad de realización a los más desfavorecidos.

Los análisis y reflexiones expuestos a lo largo del informe desvelan la gran utopía que esconde el documento. Los argumentos dados, lejos de cumplir los objetivos planteados, podrían ser la solución para llegar alcanzar los ideales de paz libertad y justicia social. Sin embargo, queda demostrado, que en los tiempos que corren, no existen las herramientas para que deje de ser una utopía y se convierta en una realidad. La solución para el cambio y que las reformas educativas lleguen a buen puerto, ¿está en manos de todos? ¿O por el contrario estamos destinados a dejarnos llevar por lo que ocurre a nuestro alrededor, y que forma parte de nuestro pan de cada día? Quizás podamos pensar que no podemos hacer nada para luchar contra el sistema que nos gobierna, gestionado en su mayor parte por corruptos y manipuladores de “un lado” y “de otro”; pero a nivel de personas y como futuros docentes, a pesar de estar condicionados, infravalorados y desprestigiados por “los de arriba”, tenemos que creer en nuestros principios y educar en valores a pesar de ir contracorriente. No podemos olvidar que “el niño es el futuro del hombre”.

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