Imaginemos por un pequeño instante...

Imaginemos por un pequeño instante…

¿Qué sería de ti si fueras un celular y al año de vida (aproximadamente) te tiraran a la basura? ¿Una libreta que no durará más de seis meses?

Bien, todos sabemos que existe el consumismo, blablabla… no compres, nos moriremos bajo basura, blablabla, muerte, calentamiento global, más blablabla’s

No me malinterpreten, la intención no es burlarme de estos términos. Soy el primero en reclamar cuando alguien se burla de ellos; lo que sucede es que ya fue suficiente de tantos términos, de tantas pláticas, reuniones y compromisos. Lo que se debe hacer es generar respuestas. Generar “eso” que realmente haga algo por nosotros y aún más importante, por nuestro medio ambiente.

Quizá no todos sepamos de las cumbre, que mi humilde opinión dice, sirvieron para darle una apertura mundial a la ecología; quizá tampoco sepamos de la Carta a la Tierra (cuyo link les dejo aquí mismo); quizá, realmente, quizá muchos de nosotros creamos que la reforma energética y sus leyes secundarias van a servir al medio ambiente. En cuyo caso, les invito a que conozcan dichas leyes. Cabe recalcar, que lo rescatable de este link no es la información sobre los mitos o del por qué sí es buena la reforma. Si no las propuestas de ley que fueron enviadas y aprobadas. Y lo digo, porque aunque soy ferviente de Greenpeace y de la mayoría de sus iniciativas, hoy en día ya no se trata de creerle al gobierno o a esta asociación, a juancho o a pancha. Se trata de ser realistas, de conocer este tipo de propuestas de ley e investigar de todo lo que se habla. Como en la propuesta de hidrocarburos (si es que mi memoria no me falla), donde se habla del tan conocido fracking o fracturación hidráulica. Que bien se ha podio leer, ésta es una forma “excelente” en cuanto a la reducción del uso combustible fósil, siendo esta técnica una forma de mejoría y alternativa en apoyo al medio ambiente. Falso por cientos de razones, entre las principales tenemos: la contaminación de mantos acuíferos (aún seguimos soñando que tenemos agua para cientos de años), contaminación del aire por el gas natural que se fuga (claro que existe fuga en esta “nueva” y “amigable” tecnología), generando también crecimiento de ozono (no, aunque exista una capa de ozono alrededor del planeta, ésta es dañina para nosotros), lluvia ácida, etc.; ignorando por completo esto, también tenemos que las fracturas pueden tener repercusiones grandes en el futuro con sismos o que incluso, éstas sin necesidad de ellos, ocasionen “hoyos” en la tierra (¿hoyos de la nada? pero si eso jamás se ha visto).

Voy a hacer una pequeña comparación con el hidrógeno como combustible. También debo hacer hincapié en que esta nueva tecnología, no daña gravemente al medio ambiente como lo es el fracking.

Hace un año en la feria del CONACYT celebrada en el zócalo capitalino, pude entrar a un prototipo, si es que me permiten llamarle así, de casa sustentable, donde se habla principalmente de tres energías verdes: Eólica, solar e hidrógeno. Con la eólica y la solar, estamos bien. Hasta ahí, no vi problema alguno. Lo que llamó mi atención fue el hidrógeno, que es un proceso caro (por las celdas que se usan para separar las moléculas de agua en hidrógeno y oxígeno) y que aparte, sólo se había experimentado con agua destilada (antes agua potable). Dejando de lado lo caro de dichos materiales, digo que me llamó la atención lo del agua destilada que se usa porque… sencillo. No nos queda mucha agua y “gastarla” en un proceso como éste, para mí no es factible. Ya que para combustibles amigables, podemos encontrar otros biocombustibles que tengan menos repercusión en el futuro. Digo y sí, me atrevo a decir que, el hidrógeno como combustible (o al menos este tipo de obtención), no es bueno.

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