Infierno Prologo No lograba comprenderlo

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Infierno

Prologo

No lograba comprenderlo.

Toda mi vida había estado segura de dos cosas: quien era y que era lo que quería.

Sin embargo, desde el primer instante en el que hizo acto de presencia en mi vida, todo aquello de lo cual estaba completamente segura pareció carecer de sentido; mis respuestas a ciertas incógnitas habían cambiado, a lo que ayer decía que si, hoy le decía que no y lo que soñaba ya no se basaba en un título universitario colgado en una pared blanca ni mucho menos en la absurda idea de formar una familia hermosa.

Todo con lo que me limitaba a soñar era con él.

Pero éramos completamente opuestos, en todo el amplio sentido de la palabra.

Si decía blanco él decía negro, si decía que prefería el invierno el no dudaba en argumentar porque el verano era por mucho mil veces mejor, si me disponía a hablar sobre arte el no dudaba en interrumpirme y comenzar a relatar el partido de la noche anterior. Hacia lo imposible para irritarme, y si algo debía destacar de él, era lo mucho que admiraba la rapidez con la cual lo lograba sin siquiera hacer el menor esfuerzo.

Detestaba como un hecho tan insignificante como lo era su llegada a mi vida, hubiese provocado un movimiento brusco e inevitable en todas y cada una de mis estructuras, como había tenido el descaro de desordenar todo aquello que hace tiempo tenía su lugar asignado. Todo se había vuelto un completo desastre, mis sentimientos, mi persona, mi forma de ser, mi incapacidad de decisión sobre mis propias acciones y él; pero no podía comprender en qué momento se volvió dueño absoluto de mi vida, de mi corazón que ahora solo se limitaba a bombear sangre por su simple existencia, e incluso dueño de mi cuerpo y mente. Me veía invadida por una profunda desesperación, tan solo por ser consciente de que todo lo que en su momento había sido de mi propiedad, ahora le pertenecía y no sabía con exactitud como sentirme al respecto.

No encontraba manera de volver a tomar el control de mi persona nuevamente, y para ser sincera no estaba segura de querer que fuese así nuevamente. No estaba segura de que forma minimizar tan solo un poco el poder que ahora ejercía sobre mí, porque ahora era su esclava, su fiel servidora, su prisionera y en ese momento supe que la libertad era una meta inalcanzable, aun mas cuando e se encargaba de poner una serie interminable de obstáculos en mi camino.

Le pertenecía por completo.

Por momentos era odioso, deseaba que de una vez por todas regresara al maldito lugar del que había venido, solo quería verlo sufrir tanto como yo lo hacía. Pero por otra parte, el saber que era suya y que así sería por toda la eternidad me resultaba realmente excitante; era una aventura la cual llegada a su fin  se convertiría en una historia que contaría una y mil veces más.

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