Información y conocimiento para el bienestar de los humanos y el equilibrio ecológico o para la destrucción de los humanos y el medio ambiente

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¿Información y conocimiento para el bienestar de los humanos y el equilibrio ecológico o para la destrucción de los humanos y el medio?

En cuanto al replanteamiento de los fundamentos éticos de la investigación científica sugerido por Muela (2005), la investigación científica, como un acto humano que es, debe regirse por los mismos principios éticos que rigen para cualquier acto humano. Por lo tanto, al valorar la ética de la investigación científica se debe considerar, como en cualquier acto humano, los medios que se utilizan, los fines que se persiguen y la repercusión social que dichas investigaciones puedan tener, es decir, habrá que realizar una evaluación ética global de esa actividad investigadora (Aznar, 2012).

Poco éticas son las investigaciones militares realizadas supuestamente en aras de la paz mundial, o el desarrollo social y la modernidad; en las que ni sus creadores o descubridores, ni los gobiernos o financiadores hayan reparado a pensar en las consecuencias catastróficas que traerían a la humanidad y/o al equilibrio ecológico. Casos como el de la bomba atómica y el ántrax son producto de investigaciones científicas militares que poco o nada han aportado a la paz, por el contrario, han sido causa de incontables pérdidas de vidas humanas y daño a la biodiversidad, arrasando poblaciones enteras; más bien han respondido a la implacable sed de dominio económico y/o territorial de algunos cuantos.

Entre 1996 y 1999, el gobierno español quintuplicó el gasto destinado a investigación con fines militares. En el  año 2000, la revista científica Nature hizo énfasis en las protestas de la comunidad científica española al descubrirse que el gobierno maquillaba el gasto de investigación con fines militares, al desviar recursos de otros programas de investigación. Ese año, España fue el segundo país que más porcentaje de su PIB destinó a investigación militar, sólo por detrás de los EEUU. Desde entonces, el gasto en investigación con fines militares ha dejado de crecer, pero no ha disminuido.

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La ciencia y la tecnología deben servir a la vida, no a la muerte, pero evidentemente la investigación científica se encuentra en una paradoja entre seguir los principios de la ética o responder al interés de los gobiernos y las corporaciones, que es el de generar recur$o$ a cualquier co$to, aún sobre la vida misma.

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En el libro de Jennifer Washburn (2005) University, Inc.: The corporate corruption of higher education se describen las tendencias generales que muestran las consecuencias de lo que denomina "El modelo de mercado de la universidad". Las corporaciones invierten más en investigación académica a cambio de conseguir lo que quieren.

La integridad y objetividad científica puede estar comprometida por los intereses en conflicto en muchas áreas de investigación, como en la biomedicina, donde "casi la mitad de los profesores que prestan servicio en las Juntas o Comisiones de Bioética, órgano encargado de proteger las diversas manifestaciones de vida, también sirven como consultores para la industria farmacéutica", y "apenas la cuarta parte de las invenciones patentadas en biotecnología agrícola. . . tienen su origen en instituciones del sector público, pero ahora están atados bajo restrictivos acuerdos comerciales ", un resultado que limita la investigación libre y abierta y la innovación científica.

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