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Ingenieria

steban_marie10 de Marzo de 2013

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INTRODUCCIÓN

El abuso sexual infantil, es una problemática social frecuente en nuestro país, es un delito que se da en todos los sectores de la sociedad, en las familias reconocidas por su estatus social, en la clase media, en los sectores pobres, en los marginados, en las iglesias, en las escuelas, en la calle, pero principalmente en el núcleo de la sociedad: la familia, el incesto es el más frecuente de los abusos sexuales denunciados, así como el abusador, es casi siempre alguien conocido o cercano al niño.

El abuso sexual infantil en la familia y los conocidos puede comenzar desde la pre-niñez y puede darse a lo largo de todo el ciclo vital, desde la infancia, hasta la vejez, debido a que el abusador, ejerce poder psicológico y físico sobre la persona.

Muchos padres suponen que sus niños les dirán a ellos o a otro adulto de confianza si alguien le está abusando sexualmente. Los abusadores frecuentemente intimidan o convencen al niño para que no diga nada. El niño puede creer que el abuso sexual es su culpa y que le castigarán si alguien descubre lo que está pasando.

El problema radica en que la mayoría de las personas desconoce la manera de abordar el tema con los niños, y creen que eso en su familia no va a pasar, la falta de información sexual, el tabú que la sexualidad representa influyen también de manera importante porque el niño considera el sexo como algo malo y sus genitales como algo prohibido, creen en las amenazas que el abusador hace y no lo dicen, lo que causa que muchos casos de abuso sexual infantil no sean denunciados, y generan consecuencias de por vida en la persona que sufrió el abuso, es por eso que este trabajo trata de abordar la problemática, desde la perspectiva del trabajo social, para poder prevenirlo, y para que en caso de haber sucedido, las consecuencias y efectos no repercutan la vida adulta del niño.

CAPITULO I

EL PROBLEMA DE ABUSO SEXUAL INFANTIL

1.1. ESTADO DE LA CUESTIÓN

La Violencia Familiar, como un grave problema social, se presenta bajo diferentes tipos y diversas modalidades. Una de ellas es el maltrato infantil, y dentro de este último, el Abuso sexual infantil (A.S.I.) es una de las formas más severas y acarrea graves consecuencias en las victimas.

Esta problemática, principalmente el Abuso sexual infantil intrafamiliar, es un tema que irradia negación, genera rechazos y temores. Resulta horroroso pensar que un padre pueda abusar sexualmente de su hija, ya que “en el imaginario colectivo los abusadores de niños son enfermos mentales, pobres, incultos y desconocidos.

La casuística, sin embargo indica que en el 90 % de los casos los perpetradores de abuso sexual sobre niños, son conocidos de la familia y entre ellos con un margen que oscila entre el 65 y el 80 % los agresores son los propios padres. Los abusadores no padecen psicopatologías específicas que los distingan del resto de las personas ni pertenecen a un nivel socio-cultural determinado, la distinción recae en el deseo sexual que sienten por los niños y en la concreción de estos” .

Esto pareciera, se constituye en un problema ligado específicamente al género, ya que “se considera que en el 98% de los casos contabilizados de violencia conyugal el autor es un hombre. Así mismo y en cuanto al Abuso Sexual infantil el 96% de los casos son generados también por hombres

En consecuencia, las niñas sufren porcentualmente más abuso que los varones; y las niñas criadas por padrastros tienen un 5% más de posibilidades de sufrir abuso” (Podesta y Rovea 2.003).

A partir de esto, es necesario considerar que “lo privado” dentro de la familia, deja de serlo cuando se atenta contra los más débiles de la violencia doméstica.

Con los datos estadísticos mencionados se evidencia la urgencia e importancia de intervenir profesionalmente este fenómeno, el cual, por su complejidad, requiere de un abordaje interdisciplinario, que permita trabajar esta grave problemática desde lo social, legal, lo psicológico, médico y lo contextual para prevenir o en su defecto, asistir a las pequeñas victimas y a la vez, sancionar a los perpetradores cuando atentan contra la integridad y vulneran los derechos de niños/as.

1.2. CONJETURA

El abuso sexual en la infancia es la forma paradigmática de una catástrofe privada que acontece en la intimidad, y que niños, niñas y adolescentes sufren en la más absoluta soledad e inermidad. Este problema se caracteriza por ser delicado y complejo, se configura como un delito que requiere de actuaciones profesionales correctas, para así evitar la revictimización.

1.3. OBJETIVOS GENERALES

• Conocer cuáles son las actuaciones del trabajador psicológico en los casos de Abuso Sexual en el marco del Departamento de Prevención y Protección contra la Violencia Familiar y el Maltrato Infantil

• Dar cuenta sobre la necesidad del abordaje Interdisciplinario para brindar una intervención integral sobre esta problemática.

1.4. OBJETIVOS ESPECIFICOS:

• Averiguar cuáles son los dispositivos, estrategias y herramientas que utiliza el psicólogo para intervenir en los casos de Abuso Sexual Infantil, teniendo en cuenta la particularidad que asume cada caso.

• Mediante la evaluación de casos concretos poder dar cuenta porqué son importantes las acciones que desarrolla en los casos de Abuso Sexual.

CAPITULO II

MARCO TEORICO

2.1. ANTECEDENTES

Muchas culturas en todo el mundo antiguo no consideraban – y aún existen algunas culturas en esa línea - el contacto sexual de adultos con menores de edad como algo problemático, el concepto de «abuso infantil» nace con el desarrollo de las ciencias sociales, los derechos humanos y las sociedades industrializadas. El niño como sujeto de derechos a ser protegidos por la sociedad y el estado tiene un largo y difícil proceso de desarrollo y aún no está terminado. La asunción para muchos hasta incluso el siglo XX de que el niño es inferior al adulto tuvo como consecuencia la objetivación del niño. Sin embargo, muchas otras culturas antiguas, basadas en muchos casos por principios religiosos, castigaban y castigan este comportamiento (el Israel bíblico, por ejemplo). Si bien el abuso infantil no incestuoso fue en general más tolerado, el incesto fue ampliamente rechazado.

En la Antigua Grecia del Siglo V AC, el término pederastia era solamente la expresión de un género amoroso y no tenía un sentido criticado por la moral y menos por los cánones ético -morales. El sustantivo pedofilia y pederastia no figura en los antiguos escritos griegos, pero en cambio era usado muchas veces el término "paidophiles", que significaría tendencia hacia los niños. De todos modos, es menester recordar que para los griegos estas situaciones se referían siempre a los jóvenes púberes que andaban en el entorno de los 12 o 13 años; las relaciones sexuales con niños eran fuertemente penadas.

La pedofilia representaba, entre otras cosas el más importante medio de educación para los jóvenes varones, en cuanto el ideal de la belleza coincidía con el ideal juvenil. Sucesivamente, en las diversas épocas no se ha llegado a una concepción única dado que, como ya se ha indicado el fenómeno era considerado bajo varios aspectos. La mejor educación en la Grecia clásica estaba destinada a los varones generalmente de las clases acomodadas, y el vínculo del adolescente con el maestro era muy íntimo en todos los sentidos.

Avanzando unos pocos siglos en la historia de Occidente, en el Imperio Romano, los hijos de los esclavos podían estar destinados al uso pederástico, y recibían nombres tales como "pueri meritorii, ephebi, concubini o "fellatores" de acuerdo con una especialización concreta en una determinada práctica. La larga lista de emperadores romanos a los que las fuentes atribuyen vicios alejados de las reglas de la “actual moral” que convirtió a Roma en un Imperio es muy extensa.

En el imperio, la pederastia había perdido las limitaciones que tenía en su estatus como educación ritual desde hacía mucho tiempo; en cambio se convirtió en una forma de satisfacción del deseo sexual y su práctica se generalizó compitiendo con el deseo por las mujeres. No obstante, los conservadores lo condenaban junto con otras formas de obtención de placer.

En el Medioevo, el abuso infantil no se remitió a lo sexual, sino a todos los ámbitos de la vida de los niños. Es necesario recordar que la explotación infantil durante la bárbara etapa del feudalismo aumentó de forma considerable, sobre todo en cuanto a ejercicio físico se refiere. El trabajo en el campo desde edades tempranas, realizando labores propias de hombres y mujeres se convirtió en una constante prolongada a lo largo del tiempo para los infantes. Además, la condición servil de buena parte de la Europa Medieval se tradujo en abusos constantes y numerosos maltratos físicos, fuera cual fuese la edad de la víctima.

Para abordar el tema de los antecedentes históricos del delito de la violación, se debe recordar que en la época del Derecho Romano fue castigado con severidad por la Lex Julia de vi pública, con la pena de muerte o pena capital, denominándolo stuprum violentum, asimismo el Derecho Romano no estableció una categoría que diferenciara la violación, sancionándola como una especie de los delitos de coacción y a veces de injuria.

En el caso del Derecho Canónico, se tiene el antecedente de que éste contemplaba como delito la desfloración de una mujer, fuera con su consentimiento o no y a los responsables se les imponía la pena

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