Inseguridad.

Inseguridad es un término que refiere a la inestabilidad o desequilibrio emocional que se genera en un individuo o en una sociedad. Generalmente es causada por situaciones que no garantizan un estado de tranquilidad en la vida cotidiana de las personas.

Algunos términos específicos que generan inseguridad en un país son: el hampa común, la violencia armada o no, la inestabilidad emocional y la económica, por lo que cualquiera de los tres nos llevan a definir una misma situación social; en este caso, nos referiremos principalmente a las primeras dos.

Muchos países del mundo, atraviesan niveles de inseguridad altos o bajos, según su contexto (situaciones económicas, culturales, políticas, etc.) América Latina, por ejemplo, fue considerada por la ONU en el 2008 como la segunda región más violenta del mundo, después de África (información obtenida del centro de noticias de la página de la ONU). Y según el diario El Nacional (10/4/2014) “basado en las últimas cifras oficiales disponibles hasta 2012” (…) “De acuerdo al estudio anual sobre el homicidio en el mundo, elaborado por la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, a nivel de continentes, América ocupa el primer lugar en cuanto a muertes por homicidios”

Actualmente es un poco difícil encontrar cifras oficiales de la delincuencia en Venezuela, pero no es muy difícil hacer un estudio comparativo con otros países y determinar que el nuestro es uno de los que lleva los índices más altos de homicidios en la región. En los últimos cincuenta años de historia, Venezuela atraviesa en este momento, la época con mayor delincuencia, tanto en términos de inseguridad social, como en delincuencia de cuello blanco –por decirlo de alguna manera-, pero en esta ocasión lo que más nos atañe es el primero.

Cabe destacar que la violencia no es una problemática aislada de muchos países desarrollados, pero ciertamente es una característica un tanto llamativa de los países subdesarrollados, condición general y casi total de nuestro continente. Pero, para no alejarnos demasiado de nuestro entorno, sólo debemos analizar nuestra vida diaria como venezolanos, dentro de Venezuela. País donde se ha hecho muy común escuchar que asesinaron a esta o a aquella persona, que robaron al hijo de la vecina, al compañero del colegio y hasta a nuestros propios familiares o a nosotros mismos. Salir cada día a la calle se ha vuelto un deporte extremo de vida o muerte literal. No quiero decir que en épocas anteriores no haya existido la delincuencia, evidentemente existió y siempre hemos tenido condiciones de subdesarrollo. Pero la inestabilidad emocional en la que vive el venezolano hoy en día es similar a la de estar viviendo en una guerra y sin aviso. Y lo peor de todo, es que no es exageración; la mayoría de las personas (en Venezuela) ha perdido a un familiar, un amigo o a un conocido, y realmente no es exageración.

Por lo menos en los últimos diez años, el ascenso de las cifras de homicidios ha sido inminente y aun cuando algunas fuentes logran difundir cierta información sobre el tema, creo fervientemente que por otro lado, también se logra “evitar” algunas cantidades.

¿Qué sucede? Existen los problemas de fondo en los que no se profundizará por el momento, pero que inevitablemente deben ser identificados: como preámbulo, la sobrepoblación que al Estado se le hace incontrolable y que probablemente ni siquiera sea un tema de conversación

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