Inteligencia Emosional
jared943925 de Septiembre de 2013
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ENSAYO LA INTELIGENIA EMOCIONAL (DE DANIEL GOLEMAN).
En este libro, Daniel Goleman explica que el éxito de una persona no depende del intelecto o de nuestros estudios académicos , si no de nuestra inteligencia emocional, que según el autor es la capacidad de reconocer los sentimientos propios y los de los demás, para así manejar bien nuestras emociones y tener relaciones más productivas con quienes nos rodean, y haciendo hincapié que no nacemos con inteligencia emocional si no que nosotros mismos la podemos crear, alimentar y fortalecer a través de nuestros conocimientos. Y la podemos apreciar en nuestra capacidad de hacer las cosas, nuestras habilidades, y (o) talentos de cada uno de nosotros.
A medida que el tiempo avanza la evolución ha dado paso a una nueva visión de la concepción humana, una visión más integral, abarcando de una manera holística todos los componentes de la naturaleza humana, reivindicando el papel que juegan las emociones en el desarrollo del potencial de todo ser humano.
En este trabajo se pretende demostrar que la “inteligencia” no abarca solo una forma específica, como se establece en el paradigma tradicional, coeficiente intelectual (CI), sino que abarca todo un abanico de posibilidades en las cuales el hombre puede apoyarse para poder desarrollar sus capacidades, lo cual explica que personas con un elevado CI, no logren alcanzar la posibles metas que se plantean o en el ámbito laboral, a modo de ejemplo, que las personas con un CI mayor estén a cargo de personas con CI menor.
La inteligencia emocional plantea la nueva visión de ver y enfrentar el mundo, o mejor dicho, los altos y bajos que la vida nos depara, tomando en cuenta los sentimientos, desarrollando capacidades como el autocontrol, la motivación, la autoconciencia, entre otras más que se mencionarán.
La complejidad del mundo actual, en donde, el ser humano es actor fundamental del desarrollo hace que la inteligencia emocional sea una herramienta indispensable para el buen curso de la vida, desde una relación de parejas hasta decisiones importantes dentro de una organización.
En este trabajo se pretende ahondar en los aspectos más fundamentales de la inteligencia emocional, explicando las reacciones fisiológicas de nuestro cuerpo ante una emoción determinada o cómo influyen estas en el curso de nuestra vida.
Desarrollo
Inteligencia Emocional
La Inteligencia Emocional, un término acuñado por dos psicólogos de la Universidad de Yale (Peter Salovey y John Mayer) y difundida mundialmente por el psicólogo, filósofo y periodista Daniel Goleman, es la capacidad de:
1) Sentir
2) Entender
3) Controlar y
4) Modificar estados anímicos
a) Propios
b) Ajenos.
Antes de empezar a desarrollar el tema planteamos las siguientes preguntas, con el fin de facilitar la comprensión del mismo.
¿Es bueno controlar las emociones?
Si por controlar se entiende la capacidad de adecuar la expresión emocional al contexto (situación y persona/s implicadas), la respuesta es afirmativa. Si por controlar se entiende reprimir continuamente el sentimiento y/o manifestación de una o varias emociones que „no nos gustan‟, esto puede conducir a desarreglos de la personalidad que no pueden ser considerados positivos.
¿Es bueno, en alguna circunstancia, reprimir las emociones?
Si por reprimir se entiende ahogar toda manifestación de un sentimiento o emoción, la respuesta es que, a juzgar por las evidencias somáticas y psicológicas, no es bueno reprimir las emoción es, salvo en casos extremos en donde sea imperioso hacerlo, pero en estos casos se trataría de reprimir la manifestación exterior de la emoción, y no su llegada a la conciencia.
Inteligencia Interpersonal e Intrapersonal
La inteligencia interpersonal consiste en la capacidad de comprender a los demás: cuales son las cosas que más les motivan, como trabajan y la mejor forma de cooperar con ellos. Los vendedores, los políticos, los maestros, los médicos y los dirigentes religiosos de éxito tienden a ser individuos con un alto grado de inteligencia interpersonal. La inteligencia intrapersonal por su parte, constituye una habilidad correlativa vuelta hacia el interior que nos permite configurar una imagen exacta y verdadera de nosotros mismos y que nos hace capaces de utilizar esa imagen para actuar en la vida de un modo más eficaz.
La inteligencia emocional está basada en 5 aptitudes:
1. El conocimiento de las propias emociones.
El conocimiento de uno mismo, es decir, la capacidad de reconocer un sentimiento en el mismo momento en que aparece, constituye la piedra angular de la inteligencia emocional. La capacidad de seguir momento a momento nuestros sentimientos resulta crucial para la introvisión psicológica y para la comprensión de uno mismo. Por otro lado, la incapacidad de percibir nuestros verdaderos sentimientos nos deja completamente a su merced. Las personas que tienen una mayor certeza de sus emociones suelen dirigir mejor sus vidas, ya que tienen un conocimiento seguro de cuáles son sus sentimientos reales, por ejemplo, a la hora de decidir con quién casarse o que profesión elegir.
2. La capacidad de controlar las emociones
La conciencia de uno mismo es una habilidad básica que nos permite controlar nuestros sentimientos y adecuarlos al momento como lo son la capacidad de tranquilizarse a uno mismo, de desembarazarse de la ansiedad, de la tristeza, de la irritabilidad exagerada y de las consecuencias que acarrea su ausencia. Las personas que carecen de esta habilidad tienen que batallar constantemente con las tensiones desagradables mientras que, por el contrario, quienes destacan en el ejercicio de esta capacidad se recuperan mucho más rápidamente de los reveses y contratiempos de la vida.
3. La capacidad de motivarse a uno mismo
El control de la vida emocional y su subordinación a un objetivo resulta esencial para espolear y mantener la atención, la motivación y la creatividad. El autocontrol emocional la capacidad de demorar la gratificación y sofocar la impulsividad constituye un imponderable que subyace a todo logro. Y si somos capaces de sumergirnos en el estado de “flujo” estaremos más capacitados para lograr resultados sobresalientes en cualquier área de la vida. Las personas que tienen esta habilidad suelen ser más productivas y eficaces en todas las empresas que acometen.
4. El reconocimiento de las emociones ajenas
La empatía, otra capacidad que se asienta en la conciencia emocional de uno mismo, constituye la habilidad popular fundamental. Las raíces de la empatía, el costo social de la falta de armonía emocional y las razones por las cuales la empatía puede prender la llama del altruismo. Las personas empáticas suelen sintonizar con las señales sociales sutiles que indican que necesitan o que quieren los demás y esta capacidad las hace más aptas para el desempeño de vocaciones tales como las profesiones sanitarias, la docencia, las ventas y la dirección de empresas.
5. El control de las relaciones.
El arte de las relaciones se basa, en buena medida, en la habilidad para relacionarnos adecuadamente con las emociones ajenas. La competencia o la incompetencia social y las habilidades concretas involucradas en esta facultad. Estas son las habilidades que subyacen a la popularidad, el liderazgo y la eficacia interpersonal. Las personas que sobresalen en este tipo de habilidades suelen ser auténticas estrellas que tienen éxito en todas las actividades vinculadas a la relación interpersonal.
El Sistema Límbico o Cerebro Emocional (bases científicas)
El sistema límbico, también llamado cerebro medio, es la porción del cerebro situada inmediatamente debajo de la corteza cerebral, y que comprende centros importantes como el tálamo, hipotálamo, el hipocampo, la amígdala cerebral (no debemos confundirlas con las de la garganta).
Estos centros ya funcionan en los mamíferos, siendo el asiento de movimientos emocionales como el temor o la agresión.
En el ser humano, estos son los centros de la afectividad, es aquí donde se procesan las distintas emociones y el hombre experimenta penas, angustias y alegrías intensas
El papel de la amígdala como centro de procesamiento de las emociones es hoy incuestionable. Pacientes con la amígdala lesionada ya no son capaces de reconocer la expresión de un rostro o si una persona está contenta o triste. Los monos a las que fue extirpada la amígdala manifestaron un comportamiento social en extremo alterado: perdieron la sensibilidad para las complejas reglas de comportamiento social en su manada. El comportamiento maternal y las reacciones afectivas frente a los otros animales se vieron claramente perjudicados.
Los investigadores J. F. Fulton y D. F. Jacobson, de la Universidad de Yale, aportaron además pruebas de que la capacidad de aprendizaje y la memoria requieren de una amígdala intacta: pusieron a unos chimpancés delante de dos cuencos de comida. En uno de ellos había un apetitoso bocado, el otro estaba vacío. Luego taparon los cuencos. Al cabo de unos segundos se permitió a los animales tomar uno de los recipientes cerrados. Los animales sanos tomaron sin dudarlo el cuenco que contenía el apetitoso bocado, mientras que los chimpancés con la amígdala lesionada eligieron al azar; el bocado apetitoso no había despertado en ellos ninguna excitación de la amígdala y por eso tampoco lo recordaban.
El sistema límbico está en constante
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