Izquierda Latinoamericana

LA IZQUIERDA LATINOAMERICANA A COMIENZO DEL SIGLO XXI: NUEVAS REALIDADES Y URGENTES DESAFIOS

La izquierda política oscila entre un mayor o menor autoritarismo, donde los partidos de izquierda se caracterizan por ser un movimiento político con antecedentes históricos en partidos socialistas o comunistas, movimientos sociales de bases, organizaciones populistas u otras fuerzas políticas, los cuales se enfrenten contra las fuerzas tradicionales, en busca de objetivos revolucionarios o de transformación. Para varios autores, la presencia de la izquierda en América Latina resulta un fenómeno complejo, constitutivo, de la originalidad de la región.

Para Ramos (2001), desde su nacimiento, los partidos de izquierda oficiales se han caracterizado a lo largo de la historia por la defensa de los intereses de las clases excluidas bajo el orden oligárquico. Es así, como adquieren relevancia los movimientos de la clase obrera, los obreros agrícolas o campesinos, sectores de las clases medias y los artesanos. Para algunos autores en los años treinta (30) La izquierda latinoamericana se refería a dos partidos principales: los comunistas y los socialistas. Particularmente, en ese momento histórico, prevalecía la idea de la transformación de la realidad latinoamericana y del logro de profundos cambios sociopolíticos, con la posibilidad no lejana del cambio de una sociedad capitalista a una sociedad socialista (Toer y Martínez, 2006).

A continuación haremos énfasis en la vieja y nueva izquierda latinoamericana, cuando nos referimos a la vieja izquierda latinoamericana, se hace referencia a los hechos que transcurrieron en la región antes de la caída del bloque socialista en la unión soviética. En donde gracias a la revolución cuba este acontecimiento constituyo el primer y principal hito histórico para la izquierda latinoamericana. Es así que la revolución cubana fue considerada como un proceso político que no pretendía sólo derrocar a un dictador, sino además, seguir una línea revolucionaria de transformación de la sociedad en beneficio de las grandes mayorías, para liberarlas de todas sus trabas económicas.

Sin embargo, el impulso y desarrollo de estas primeras experiencias revolucionarias latinoamericanas se ve debilitado con el pasar del tiempo. Para Harnecker (1999), este proceso se vio fuertemente afectado por el debilitamiento de la Unión Soviética y a partir de 1985 -cuando inicia la Perestroika liderada por Mijail Gorbachov- se inicia un proceso de reestructuración del socialismo que derivó rápidamente hacia su desintegración. Es por tal razón que se visualiza el fin de la izquierda latinoamericana, o mejor dicho, el final de la “vieja” izquierda latinoamericana (Castañeda, 1994).

Sin embargo, la izquierda latinoamericana no muere, por el contrario, resurge con importante peso en la vida política social de varios países; gracias a esto,

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