LA CIENCIA COMO PRODUCTO DEL CONOCIMIENTO LOGICO

LA CIENCIA COMO PRODUCTO DEL CONOCIMIENTO LÓGICO

La ciencia es producto de la investigación humana, preocupada por comprender los fenómenos que se presentan en su vivir cotidiano. De este afán por superar el desconocimiento, se origina la costumbre de observar los fenómenos y apuntar los resultados, lo cual va cambiando gradualmente la forma en que se observa y perfeccionando el resultado de la observación.

Al tecnificar la observación se da el primer paso hacia la revolución científica, pues la comprensión de los fenómenos naturales y sociales se da por la evolución en los métodos investigativos y viceversa, creando una interdependencia imposible de disolver.

Empero, la observación por sí misma no permite al investigador concluir con precisión, ni es posible observar un fenómeno sólo en su singularidad, sin tener en cuenta lo que ocurre a su alrededor. Para lograr una relación entre el estudio y su resultado, es necesario que el investigador haga uso de su conocimiento lógico, del cual se vale desde el momento en que se plantea la primera cuestión.

Para efectos de la investigación, el conocimiento lógico es la primera herramienta con que se cuenta y a la vez, es la herramienta final, que permitirá correlacionar la pregunta planteada con los resultados obtenidos de la realidad, que a propósito, es la fuente de todo conocimiento.

En este sentido, es muy importante aclarar que la realidad, como fuente de todo conocimiento, debe tenerse como un elemento de existencia clara y medible, independiente del estudio científico, pues no existe ni dejará de hacerlo por cuenta de éste, ni del estudioso. Una vez establecido lo anterior, es importante decir también que la realidad es una conformación de fenómenos estructurados entre sí y de su interacción se desprende el acontecer diario.

De acuerdo con lo expresado, se tiene de un lado al observador listo y del otro, a una serie de fenómenos contenidos en un todo inmenso que se llama realidad: el elemento cohesionador de ambos es el conocimiento lógico, que da la capacidad de singularizar el fenómeno que se desea estudiar y entenderlo como parte de una estructura compleja.

Dicha estructura no se mantiene quieta en el tiempo, pues el acontecer histórico va creando nuevas nociones de realidad en cada tanto. De la misma forma, no se puede concebir que tenga la misma forma permanentemente, pues los fenómenos que la conforman pierden vigencia pero con el correr del tiempo vuelven a ganarla.

Y es aquí, justamente, cuando el saber científico se enriquece, puesto que de la interacción del hombre con su mundo circundante y de su afán por conocer, empieza a articular el conocimiento empírico que obtiene, con la comprensión de un entorno cada vez más grande que exige más en la medida en que se conoce: la necesidad de esta tecnificación en la adquisición del conocimiento se traduce en mejoras en la calidad de vida y esto es lo que se conoce como ciencia.

De esta forma, la investigación científica no es algo que se aplique únicamente en las ciencias exactas, también es necesaria en el campo de las ciencias sociales y de hecho, allí es donde se evalúa directamente el alcance de sus resultados. Por ello, es indispensable que el investigador visualice su campo de acción como un espacio que da cabida a todo lo real y posible, en el cual se debe puntualizar el estadio exacto que desea estudiar y trazar un plan exacto de trabajo que le permita seguir el camino indicado.

Para concluir, el conocimiento lógico es el puente que tiende el investigador entre sus propios cuestionamientos y lo que encuentra en la realidad. De lo que percibe a través de sus sentidos y cómo lo dimensione de acuerdo a su realidad concreta, depende el resultado de su estudio científico.

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