“LA EDUCACION PARA LA CIUDADANIA GLOBAL”

“educación en la era digital”

La educación es la clave del futuro. La clave del destino del hombre y de su posibilidad de actuar en un mundo mejor.

      Autor: Robert F. Kennedy

Por: Arturo Pérez Flores.

Hoy en día la actividad cotidiana del quehacer académico de los alumnos se remiten a  la interactividad con las redes y el convivir (comunicación) social, familiar cada día se pierde a medida que crece el desarrollo tecnológico, es común ver en las aulas, en la sala de la casa, el comedor,  los pasillo, en todas partes a nuestros alumnos, a nuestros hijos perdidos en el espacio, quiero decir que no tienen comunicación, “convivencia” con todo su exterior, están encerrados en cajas sólidas, llamadas lap tops, pc,s, 1pod, celulares, etc., situación contradictoria a lo que hoy en día se piensa de que la brecha digital acorta distancias, permite conectarnos con cualquier persona del mundo al instante, pero que triste realidad, día con día están más solos, se alargan las distancias;  esa es la realidad, cada día existe menos comunicación entre padres e hijos, entre parejas aunque se encuentren en el mismo hogar, o probablemente es necesario entrar a la moda y comunicarnos desde la cocina al cuarto de estudio, sala, o comedor,  a través de la red (WhatsApp, Messenger, e mail, face book etc.) para manifestar cualquier inquietud, ejemplo: “ya hiciste la tarea”, “como te fue en la escuela”, te amo”, “a comer!!!”, etc.   Tal parece que no se dan cuenta de la problemática mundial, del hambre, falta de agua, calentamiento global, del sistema económico, de la perdida de valores, costumbres, tradiciones, sueños, ilusiones.

Tarea titánica la de nosotros como docentes, hacer que sean críticos, participativos, democráticos,  reflexivos, soñadores, concienciar que las tecnologías en información y comunicación son solamente un medio para lograr nuestros objetivos de mejor manera y en menos tiempo y no como una forma de vida. Despertarlos y hacerlos participativos de las tareas humanas globales, quererse a sí mismos y a los demás, sembrar un árbol, cuidar el agua, saludar, despertar cada día con un nuevo reto por ser mejor y hacer el bien.

Tenemos que hacer algo por el cuidado de “todo”, nos estamos matando poco a poco, mejor dicho “rápidamente” y   una realidad que cada día se aproxima más, el fin de una era.

 Debemos tomar en cuenta los que estamos en medio de la batalla educativa, que las escuelas, las aulas deben ser adaptadas para poder enfrentar a un mundo sin fronteras y con miles de problemas, económicos, políticos, sociales, culturales, ambientales y que la única forma de ganar las batallas es trabajando hombro con hombro, mano con mano, ojos con ojos, pensamiento con pensamiento, sudor con sudor, dolor con dolor y no solamente como una fotografía donde aparecen imágenes que te tienes que memorizar en forma mecánica, 2*2=4, pupitres, ladrillos, pizarrón, borrador, etc. Sino que existen más cosas  importantes y que pueden dar eco hasta la colina mas lejana, me refiero a los valores, a los sentimientos, a las ganar de ser alguien en la vida, de la preocupación por los demás y de lo que sucede a tu alrededor, por que no buscar y ayudar a ser héroe, líder, empresario, medico sin fronteras, no necesitamos un modelo educativo tecnocrático, sino uno más proposicional  para la ciudadanía global  que debe regirse por tres pilares complementarios  e indisociables:

• una educación global de la personalidad
• una visión global de la ciudadanía
• una perspectiva global de la justicia y de la solidaridad

Siempre e entendido que vivimos en un mundo altamente mercantilista y que no podemos evitarlo y que puede ser un mal necesario, pero también se que siendo pensadores, idealistas, revolucionarios, críticos, analistas y desde cualquier perspectiva de las mencionadas u otras, pero trascendentales llega el pan y no solo de sal también de dulce. Para que esto suceda lógicamente no es gratis debemos trabajar y muy duro, ser tenaces y nunca darnos por vencidos y sembrar cada día, cada instante en nuestros hijos, en nuestros estudiantes el deseo de cambiar  el mundo por uno mejor.

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