LA ETICA EN EL AMBITO EDUCATIVO

Por: Profesor Alejandro Lostte

LA ETICA EN EL AMBITO EDUCATIVO

las investigaciones en todos los campos, avanzan a un ritmo vertiginoso y abrumador, dando la sensación de que todo cambia y nada permanece y por lo tanto nos preguntamos: ¿y los valores?, ¿y la escuela?, ¿y la docencia? Cómo evolucionan ante este cambio? Sin duda alguna el proceso educativo permanecerá por siempre y este debe enfocarse en el desarrollo social, cognitivo y afectivo de los estudiantes y esto sin duda alguna está en manos de los docentes, pues la sociedad en su conjunto delega esta función en ellos. Sin embargo ¿está el docente consciente de que su comportamiento está íntimamente relacionado con el futuro de la profesión docente, que su compromiso ético y moral debe ir de la mano con dicha responsabilidad?

El docente está obligado a firmar un «contrato moral» con el mundo de la educación y con la sociedad en general; más que el cumplimiento de un código de ética, éste debe aceptar desde su interior que no solo debe ser una obligación cumplirlo, sino que debe formar parte de su actividad diaria de forma que su comportamiento sea ético y moral en el aula de clase, en la calle, en el hogar,  porque frente a los estudiantes siempre será “MI PROFESOR - MI MAESTRO”

Es una constante oír entre los docentes las condiciones o la situación en la que se encuentra la profesión, exclamando o exponiendo las siguientes frases, quejas, sentencias o clamores que tratan de justificar en alguna manera su comportamiento inadecuado, esto especificado y descrito a continuación…  

“CÓDIGO DE ANTIÉTICA DEL DOCENTE”:

1. La más común y repetidas de todas: “El salario no alcanza”, por lo tanto trabaje como le dé la gana
2. Los estudiantes son cada vez menos competentes por lo tanto hágaselo saber y no intente nivelarlos o remediar esta situación, porque el punto 1 le da la razón para actuar así.
3. Los representantes no se preocupan por el desempeño ni el desarrollo de sus hijos o representados, entonces porque debe hacerlo el docente ¿Acaso el docente es el padre o madre de ellos?
4. La Directiva del plantel no sirve, “no tiene ni idea de cómo se debe hacer el trabajo”, “es corrupta”, entonces dedíquese a difamar a sus miembros y conspire contra ellos, incluyendo en estas acciones a sus estudiantes y otros colegas, condiciónelos, hasta que pueda alienarlos con ideas malévolas, aprovéchese de la investidura como docente, y el respeto que la profesión aún mantiene, porque lo consideran un líder “Bueno” incapaz de hacerle daño a nadie.
5. El ministerio “no le da insumos ni material” entonces “no trabaje”
6. Los estudiantes que le asignaron este año vienen mal preparados “gracias al colega del año anterior, que cumplió cabalmente los puntos del 1 al 5 de ente anti-código”, ¿tiene el docente la obligación de asumir esta responsabilidad? sino es su culpa. Además asegúrese de hablar mal de este colega frente a sus estudiantes, para que todos estén bien claros que el sistema educativo está en decadencia y falto de ética profesional.
7. El ministerio quiere, que con esa vagabundería de “remedial”, “revisión” “Articulo 102”, la famosa “Batalla de Waterloo”, se apruebe a los estudiantes. Entonces no se complique, colóqueles el 10 y listo, así cumplirá y se librará de todo ese trabajo que implica planificar, diseñar pruebas, evaluar y corregir, así  podrá dedicarse a otra cosa.
8. El gobierno no sirve y el ministerio tampoco por eso “hable mal del ministro, del presidente, del gobierno y proceda a envenenar la mente de los estudiantes, aplicando el párrafo 4 de este código antiético.
9. Todos los puntos anteriores del 1 al 8 deben desmotivarlo, generarle odio y desconsuelo por lo tanto:

1. “Llegue tarde al trabajo”, y ponga por excusa “el transporte tienen retraso”
2. Meta un reposo falso que le haga la prima de la tía del cuñado que es médico, sino hágalo usted mismo, fabríquese un sello y listo, “reposo falso”. No olvide ofrecerlo a otro colega y cóbrele por el servicio.
3. Enférmese repentinamente o auto-súbase la tensión arterial, llame por celular y diga que se siente mal y no va poder ir hoy a la institución
4. Enferme a su hijo/a por enésima vez en el año y llévelo al médico ficticio.
5. Le van a dar la bolsa de alimentos,  por eso tómese todo el día,
6. El metro esta retrasado, llame por celular y devuélvase a su casa.
7. Escápese del plantel antes de la hora de culminar el horario
8. Si es profesor de educación física o profesor de taller (en ambos casos solo se atiende medio grupo y el otro grupo es atendido por otro colega), póngase de acuerdo con él/ella y una semana atienda al grupo completo y él/ella no viene a trabajar y la semana siguiente cambien y ahora es el otro docente el que se libra de trabajar.

1. Todo lo no previsto en este código antiético, se resuelve esperando con ansias la jubilación o recurriendo a gremiales (donde hay otro practicante del código antiético que lo apoyará), eso sí, no se le olvide advertirle a la directiva del plantel, que “no se les ocurra fastidiarlo mucho”, porque “les puede meter un reposo” y así “no le van a ver más la cara”.

Aunque la sociedad en general considera a los docentes como los pilares de la patria, guardianes de la infancia, seres orientados por la vocación y el amor a los niños, todos estos epítetos y alabanzas, se quedan solo en retórica o en palabras huecas repetidas una y otra vez. Así lo demuestra por ejemplo, el hecho puntual cuando el estudiante reprueba, esto no “es culpa del menor ni de los padres”, es de aquel que le enseña. Basta con que esto ocurra para que los padres salten con improperios e insultos y se les olvide lo que el docente hace día a día. La solución está aún más lejos de lo que se espera; las nuevas generaciones de recién graduados en docencia presentan muy bajo nivel de preparación y por ende un inadecuado desempeño en áreas fundamentales para su labor ¿Qué pasaría si su hijo le dijera que quiere ser profesor? En Venezuela no es de orgullo tener un hijo maestro, más bien se considera una mala decisión, contrario a lo que ocurre en  países como Alemania, Japón, entre otros. La escasa valoración de la profesión docente tiene como una de las razones, el discurso desfavorable frente al maestro, como el responsable directo del fracaso de la educación. El resultado es que aquellos considerados “talentosos” eligen otras carreras en las que la remuneración es mejor.

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