“LA IMAGINACIÓN Y EL ARTE EN LA INFANCIA”

 “LA IMAGINACIÓN Y EL ARTE EN LA INFANCIA”

Lev. S. VIGOTSKII (ensayo psicológico)

Capítulo I: ARTE E IMAGINACIÓN (p. 7)

“Llamamos actividad creadora a toda realización humana creadora de algo nuevo, ya se trate de reflejos de algún objeto del mundo exterior, ya de determinadas construcciones del cerebro o del sentimiento que viven y se manifiestan sólo en el propio ser humano”.

En la conducta del hombre se distinguen dos tipos básicos de impulsos:

-          El reproductor o reproductivo: estrechamente vinculado con nuestra memoria, repetimos conductas ya creadas (cuando dibujamos del natural o reproducimos huellas de impresiones vividas… en la infancia, en viajes…). No creamos nada nuevo, pero ayudamos a que perviva nuestra experiencia anterior, lo que nos ayuda a conocer el mundo que nos rodea.

-          El combinador o creador: estrechamente vinculado con nuestra imaginación, nos permite modificar el presente y proyectarnos hacia el futuro. Todo el mundo de la cultura, en contraposición al mundo de la naturaleza, ha sido creado por el hombre, producto de su imaginación.

La plasticidad de nuestra sustancia nerviosa requiere de dos propiedades actuando en conjunto:

-          Capacidad de conservar las huellas de los cambios: así es nuestro cerebro, como una hoja de papel que al doblarla por la mitad conserva una raya fruto del cambio realizado, que propicia la reiteración posterior de ese mismo cambio. Nuestro cerebro constituye el órgano que conserva experiencias vividas y facilita su reiteración. Esto nos permite ajustarnos a las condiciones establecidas.

-          Capacidad de adaptación: combina y crea, imaginamos, nos formamos una idea, una imagen. Esto nos permite adaptarnos a los cambios.

La cera conserva las huellas de los cambios mejor que el agua y se adapta a los cambios mejor que el hierro.

Los procesos creadores se advierten desde la más tierna infancia, cuando un niño juega cabalgando sobre un palo y se imagina que es un caballo, no se limita a reproducir lo que ha visto sino que reelabora la experiencia vivida y crea nuevas realidades acordes a sus aficiones y necesidades.

Capítulo II: IMAGINACIÓN Y REALIDAD (P.15)

“La actividad creadora no aparece repentinamente, sino con lentitud y gradualmente, ascendiendo de formas elementales y simples a otras más complicadas, en cada escalón  de su crecimiento adquiere su propia expresión, a cada período infantil corresponde su propia forma de creación”.

Vínculo entre fantasía y realidad en la conducta humana (la lógica interna del arte):

-          La fantasía siempre construye con materiales tomados del mundo real. Cuánto más rica sea la experiencia humana, tanto mayor será el material del que dispone esa imaginación. Por eso, la imaginación del niño es más pobre que la del adulto, por ser menor su experiencia. Después de la acumulación de experiencia viene un período de maduración, decantación o incubación (a veces, lleva años). La fantasía se apoya en la experiencia.

-          La experiencia ajena o social guía nuestra imaginación: no solo podemos combinar elementos de la propia experiencia, sino que podemos nutrirnos de la imaginación y de la experiencia ajena. Así, podemos asimilar relatos, descripciones de otros porque nuestra fantasía ayuda a nuestra experiencia. La experiencia se apoya en la fantasía.

-          La emoción vincula imaginación y realidad de dos maneras: toda emoción tiende a manifestarse en determinadas imágenes concordantes con ella, como si la emoción pudiese elegir impresiones, ideas, imágenes congruentes con el estado de ánimo que nos dominase en aquel instante (una manifestación externa, corpórea y otra interna, en forma de pensamientos, imágenes e impresiones). Las imágenes de la fantasía sirven de expresión interna para nuestros sentimientos (Ley del signo emocional común: combinación de imágenes basada en un signo emocional aglutinante de los elementos heterogéneos que se vinculan, distinto de las asociaciones por similitud o por coincidencia). La imaginación influye en los sentimientos (Ley de la representación emocional de la realidad: veo una sombra de una chaqueta, pienso que hay un ladrón, el ladrón es imaginario, pero mi miedo es real).

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