LA ORATORIA
ivettlili11 de Agosto de 2013
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“AÑO DE LA INVERSIÓN PARA EL DESARROLLO RURAL Y LA SEGURIDAD ALIMENTARIA”
UNIVERSIDAD PRIVADA TELESUP
ADMINISTRACIÓN DE NEGOCIOS GLOBALES
LA ORATORIA Y LAS CUALIDADES DE UN ORADOR
CURSO : COMUNICACIÓN II
CICLO : SEGUNDO
PROFESOR : LUQUE CORIMAYHUA OSCAR
INTEGRANTES : FAUSTINO BABILONIA, DAN TERRY
PACHECO HUARACA, CARMEN ROSA
ÑOPO RICO, ESGAR ROLANDO
NARCISO ANAYA, CRISTINA MARLENE
RAMOS GUTIERREZ, ELIZABETH
2013
ÍNDICE GENERAL
DEDICATORIA 3
IINTRODUCCION..……………………………………………………………………......4
CAPÍTULO I : LA ORATORIA 5
CONCEPTOS GENERALES SOBRE ORATORIA 5
BREVE RESEÑA HISTÓRICA DE LA ORATORIA 6
EL FUTURO DE LA ORATORIA 9
CLASIFICACIÓN DE LA ORATORIA 9
CAPITULO II : IMPORTANCIA Y FINES DE LA ORATORIA 13
IMPORTANCIA DE LA ORATORIA 13
LOS FINES DE LA ORATORIA 14
CAPITULO III : LA CONFIANZA Y SEGURIDAD PERSONAL EN EL ORADOR 16
LA PERSONALIDAD DEL ORADOR 16
ANOMALÍAS DE LA PERSONALIDAD 16
PERSONALIDAD Y ACTITUD MENTAL 17
EL MIEDO ORATORIO 18
LOS MECANISMOS DEL MIEDO. 19
TIPOS DE MIEDO EN LA ORATORIA 20
COMO VENCER AL MIEDO DE HABLAR EN PÚBLICO 22
LA AUTOSUGESTION POSITIVA 24
CAPITULO IV : CUALIDADES DE UN BUEN ORADOR 26
LA VOZ HUMANA 26
EL ORADOR Y LAS CUALIDADES PARA UNA BUENA VOZ 27
LA RESPIRACIÓN 28
LA ARTICULACION Y LA FONACION 29
EL SONIDO ARTICULADO: 29
LA IMPOSTACIÓN DE LA VOZ. 30
LA VELOCIDAD 31
LAS PAUSAS Y SILENCIOS 32
RECOMENDACIONES IMPORTANTES 32
CUALIDADES DEL ORADOR FRENTE AL PÚBLICO 33
CONCLUSIONES 37
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS 38
ANEXO 39
DEDICATORIA
Este trabajo de investigación esta dedicado en agradecimiento a nuestros padres y catedráticos, los cuales nos apoyan durante la etapa de formación profesional.
INTRODUCCIÓN
Si hay algo a lo que más temen las personas, exceptuando la muerte, es el miedo a hablar en público. Parece sorprendente pero encuestas científicas, realizadas por instituciones de prestigio, demuestran que un gran porcentaje de personas de todo nivel socio-económico experimentan un acusado miedo, algunas veces patológico, ante la acción de exponer sus ideas y pensamientos a través de un simple discurso en público. Muchos prefieren declararse “enfermos”, “indispuestos” o “de viaje” antes que enfrentar esta situación peliaguda.
Siempre se precisa que la oratoria no es “el arte de sentarse en público” sino más bien “el arte de hablar en público”. Aprender oratoria es como aprender a nadar, nadie aprende a hablar en público sino lo hace frente a sus semejantes.
El arte de la elocuencia es una actividad que se considera, debe ser enseñada desde los niveles inferiores de la educación escolar. A nuestros hijos se les enseña a escribir, a leer y algunas veces a pensar. Pero nunca, o casi nunca, se les enseña a hablar con claridad y facilidad, de ahí que cuando éstos llegan a adultos se sienten acomplejados o aterrados ante la idea de exponer sus pensamientos, conocimientos y sentimientos ante un público numeroso y desconocido.
Es objetivo de la presente monografía inculcar un conjunto de principios, técnicas y procedimientos que permitan conocer, dominar y aplicar en forma objetiva el arte de hablar en público, de tal forma que podamos sobresalir como
excelentes oradores en todas las esferas donde desenvolvemos nuestra vida física, social, afectiva y laboral. La oratoria no es un curso más para el hombre, es el mejor curso para la vida.
CAPÍTULO I
LA ORATORIA
CONCEPTOS GENERALES SOBRE ORATORIA
La oratoria ha sido utilizada por el hombre desde tiempos inmemoriales; en su condición natural de ser social y gregario, siempre ha necesitado de un medio efectivo para transmitir sus impresiones y vivencias –la oratoria constituye un medio oral que por miles de años ha demostrado su efectividad- de ahí que, aún, en nuestra moderna sociedad; computarizada e informatizada, su uso continúe vigente y sea motivo de esmerado estudio para lograr su dominio y correcta utilización.
Para efectos de enseñanza de la oratoria, se plantea la siguiente definición:
"CONJUNTO DE PRINCIPIOS Y TÉCNICAS QUE PERMITEN EXPRESARNOS, PRINCIPALMENTE DE MANERA ORAL, CON CLARIDAD, FACILIDAD Y SIN TEMORES, ANTE UN PÚBLICO NUMEROSO Y VARIADO, CON LA INTENCIÓN DE TRANSMITIR UN DETERMINADO MENSAJE".
Es importante precisar, también, que la Real Academia de la Lengua Española define a la oratoria como el “arte de hablar con elocuencia; de deleitar, persuadir y conmover por medio de la palabra.” Un concepto que se complementa armoniosamente con la definición que consignáramos en líneas anteriores.
Por otro lado, la palabra oratoria tiene dos sinónimos de uso frecuente; retórica y elocuencia. El primero, del griego “rhétor” (orador), “arte del bien decir, de embellecer la expresión de los conceptos, de dar al lenguaje escrito o hablado la eficacia adecuada para deleitar, persuadir o conmover” y el segundo, “facultad de hablar o escribir de modo eficaz para deleitar, conmover y persuadir.
Junto a estos términos suelen aparecer otros que parecieran estar relacionados con oratoria y que bien podríamos tomar por sinónimos, pero no. Sus significados –como bien lo hacen notar otros autores- presentan marcadas diferencias e incluso los hacen ajenos a la práctica oratoria. Estos términos son; verborrea, facundia, labia, parlotería, charloteo, prosopeya y monserga. Todos éstos tienen el común denominador de “hablar mucho y no decir nada”. No confundir al verdadero orador con un charlatán verbielocuente.
Finalmente, recordemos que la oratoria está enmarcada en el ámbito de las ciencias sociales, ella estudia al hombre en su relación con el medio social en el que se desenvuelve. Un medio que no siempre resulta agradable para quienes viven incomunicados con sus semejantes; pero, felizmente, la oratoria nos enseña a expresarnos con propiedad y elegancia, a conocer y a utilizar correctamente nuestro idioma y a transmitir nuestros discursos de manera eficaz. Como toda actividad humana, su dominio exitoso requiere de constante práctica.
BREVE RESEÑA HISTÓRICA DE LA ORATORIA
Numerosos tratados sobre oratoria y/o retórica que datan de los tiempos alboréales de los griegos cobran actual vigencia en nuestra globalizada sociedad; lógicamente, a ellos se suman las contribuciones de los romanos –continuadores del esplendor cultural de los helenos- de aquellos tiempos nos han llegado importantes tratados sobre oratoria: los de Aristóteles; “Arte retórica”, los de Cicerón; “De la invención”, “Del Orador” y “De la Perfección Oratoria”, y el de Quintiliano; “Instituciones oratorias”.
Pero, al margen de la grandeza oratoria de estas dos civilizaciones clásicas –griega y latina- podemos decir también, que nuestro país tiene un rico pasado en lo que a la práctica oratoria se refiere. Desde épocas preincaicas, según cronistas e historiadores, se hizo uso activo de la expresión oral en el territorio de nuestro actual país. No sólo para transmitir ideas o pensamientos, sino para
preservar la propia “historia” de los pueblos del Tahuantinsuyo; en algunos casos, a través de los amautas y en otros, por medio de los quipucamayocs.
La expresión oral en una sociedad ágrafa –sin escritura- se convertía más que un arte en una imperiosa necesidad para preservar el pasado, la cultura, los conocimientos y la tecnología. A través de la transmisión oral, de generación en generación, se comunicaban infaliblemente mitos, leyendas y tradiciones para su perpetuación y difusión. Sino, no nos explicamos como un pueblo sin escritura pudo conquistar gran parte del territorio americano y enseñorearse culturalmente sobre él. Indudablemente la oratoria de aquellos tiempos era completamente diferente a la usada hoy.
En la época de la “Conquista” la retórica hispánica se orientó principalmente a insuflar valor a las huestes invasoras para que pudieran enfrentar con valor al más colosal de los ejércitos americanos. Las palabras de Pizarro, exhortando a sus hombres en la Isla del Gallo -para que no lo abandonaran- constituyen quizás, uno de los discursos más antiguos pronunciados por estas latitudes. Asimismo, los discursos de los funcionarios de la Corona exhortando a los antiguos peruanos –quechuahablantes- a someterse al Rey de España, constituían discursos formales que prologaban, muchas veces, cruentas incursiones genocidas.
En la época de la Colonia, luego de la “Conquista”, surge lo que bien podríamos llamar “primeros oradores profesionales”. Su labor más característica era la de componer extravagantes y rimbombantes discursos para saludar la llegada de un nuevo virrey. El pueblo entero, con los oradores a la cabeza, partía hacía el Callao para escuchar la disertación que, por turnos, hacían estos señores. Eran piezas de retórica
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