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LOS PECADOS DE MI PADRE


Enviado por   •  21 de Noviembre de 2012  •  2.294 Palabras (10 Páginas)  •  605 Visitas

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Sebastián Marroquín, un nombre aparentemente común entre muchos, pero que hoy es el objeto de nuestro ensayo, principalmente por haber tomado en el 2009 la iniciativa de ser precursor en el camino de la paz, no obstante las ofensas y pecados no residiesen en él sino en las acciones de su padre Pablo Escobar Gaviria. Uno de los narcotraficantes más buscado por las fuerzas de seguridad a nivel mundial. Juan Pablo Escobar, asumió la difícil tarea de buscar el perdón en los descendientes de Rodrigo Lara Bonilla y Luis Carlos Galán; dos figuras públicas asesinadas por ordenes de Pablo Escobar simplemente por representar obstáculos para sus negocios turbios en el que la droga y el tráfico con el poder, tenían cardinal importancia y a su vez colmaron de terror y violencia al pueblo colombiano que lo padeció por más de una década hasta que un diciembre de 1993, sucumbiera abatido por las fuerzas de seguridad del vecino país.

Además del hecho en sí que hemos mencionado, el film destaca el fenómeno que representó Pablo Escobar en el imaginario del pueblo de Medellín. Una raro proceso de inversión de valores, permitió que un hombre de actividades delictivas y una gran capacidad financiera, actuara al estilo Robin Hood, haciendo obras benéficas, financiando salud, construcción de escuelas, canchas de futbol, etc. para hacerlo tan popular que casi gana un escaño en el senado; sin que el colectivo valorara el hecho que la procedencia de ese capital estaba manchado. Que la vida, la sangre y la voluntad de muchos alimentaban este devorador capital que ahora se revestía de filantropía para lavar las culpas.

La difícil experiencia de ser el hijo de un narco.-

Sebastián Marroquín es el nombre que escoge el adolescente Juan Pablo Escobar cuando debe huir de Colombia ante la amenaza de haberse quebrado el ejército particular que dirigía su padre Pablo Escobar y quedar prácticamente a merced de los competidores y enemigos de su padre. No sabemos que motivó después de 16 años a pedir perdón a los deudos de Galán y Lara Bonilla, lo cierto es que se constituye en un importante paso para que desde el punto de vista de las Constelaciones Familiares, el espíritu familiar alcance la paz. La madurez y visión pragmática del mundo que demuestran los jóvenes: Rodrigo Lara, hoy senador de la república de Colombia como el primer enlace, y posteriormente Carlos y Juan Manuel Galán quienes también hacen vida política en la vecina ciudad, hace del encuentro un hecho trascendental.

Especialmente para Rodrigo Lara fue un difícil tránsito ya que con tan solo 8 años, debió vivir la experiencia de ver a su padre gravemente baleado, tener que acompañarle a una clínica hacia la que condujo y de la que nunca salió con vida por la gravedad de sus heridas. Sin embargo, en la gallardía de estos jóvenes queda evidenciada como un ejemplo, la actitud necesaria para vencer los odios. Ver el presente como una oportunidad de enterrar los odios y cambiar la perspectiva para obtener la paz, fue la génesis del encuentro como lo frasea Rodrigo: “El pasado es duro. Pero lo importante es que usted es un hombre bueno, un hombre de paz. Yo soy un hombre bueno, un hombre de paz. Eso es, pa'lante hermano”.

Rodrigo Lara, Carlos y Juan Manuel Galán tuvieron la bendición de contar con padres que funcionaban dentro de un esquema de valores, lo que se tradujo en un buen aval para llevar adelante una carrera exitosa incluso a seguir los pasos de sus padres al estar insertos también en la política nacional. Juan Pablo en cambio, deberá cargar por el resto de su vida con la pesada historia que le significó su padre Pablo Escobar y pesa tanto, tanto que después de más de diez años le mantiene detenido en el exilio junto a su madre y hermana. Dos historias vinculadas por el avatar del destino que los enlazó de manera ininteligible y que exige de ellos sus mejores talentos para, a pesar de la adversidad, salir adelante bien librados de la cadena de los odios.

También es interesante dar una breve mirada al fenómeno social que representó Pablo Escobar en el contexto socio-cultural de Medellín y los efectos que pueda haber legado en la juventud de esta nación. Todo como una referencia contemporánea al problema social que experimentamos en nuestro país y como los modelos de antivalores, tienen un importante peso en la concepción del bien y el mal en nuestras sociedades.

Un breve repaso histórico.-

Tomas Hobbes en su obra Leviatán, nos explica como y porque el hombre pasa de <estado de naturaleza> al <contrato social>. Los individuos viven en constante pugna por los intereses particulares, para poder vivir en sociedad. El hombre cede algunos derechos tal como parte de su libertad, la que cede al Estado para que garantice su protección. Se instrumenta de ésta manera la violencia, como medio regulatorio del estado de bienestar y se otorga la legitimidad al gendarme que ha de ejercer el poder judicial mediante legislación y quien a su vez obedece a la jerarquía del ejecutivo o al monarca. La violencia queda regulada por los órganos competentes, más no se extingue la tensión entre los individuos.

Este esbozo de idea primera de Estado, nos sirve como mapa mental para sustentar los rasgos que manifiesta la sociedad moderna en cuanto a la relación poder y violencia. Hobbes expresa la idea que “el hombre es lobo para el hombre” , para denotar que su instinto egoísta en estado de naturaleza, por su propia preservación, hará que “desconozca al otro” como igual, y deprede incluso a su propia especie. Esto es analizado por algunos intérpretes de la obra de Hobbes como prólogo a la justificación de un estado fuerte, laico pero con altísima vocación religiosa.

Algunos años más adelante, Marx en el ámbito de las relaciones de producción también ve la violencia como un fenómeno que surge cuando ocurren desequilibrios entre las fuerzas productivas y los modos de producción, cuando se extrema la acumulación y surgen las revoluciones consecuentemente, ve en los hechos la violencia como justificada para equilibrar el sistema. No obstante, no es sólo en el aspecto de organización social el génesis de la violencia pues, durante la historia de la humanidad, los conflictos entre naciones por la expansión y colonización de los imperios dominantes, fue el más cruento de los brotes de la violencia entre los hombres.

Max Weber va a un análisis más profundo del tema de la violencia revisándolo desde el punto de vista de la acción: “la acción se orienta por el propósito de imponer la propia voluntad contra la resistencia de la otra u otras partes” (Weber, 1969: 31). Weber es un autor posterior a los anteriormente citados y reconoce el contexto legítimo del contrato social como un elemento que contempla la violencia como un instrumento de regulación. “La justicia moderna condena hoy a muerte al delincuente no por vía personal o sed de venganza, sino de un modo totalmente impersonal y a causa de normas y fines objetivos, en virtud de su propia legalidad racional inmanente...”. (Ibid; P.469)

Entonces, los pueblos requerían un orden que se correspondiese con el deseo natural de todos sus miembros (de cada uno) en cuanto a su escala socio-productiva para que la violencia no fuese necesaria para imponer el orden. Hasta ahora, a pesar de las revoluciones, francesa, americana e hispano-americana, las cosas tienen cierto orden que es legítimo para el individuo de la época. Particularmente me atrevo a proponer como elementos favorables, aparte de la cercana influencia de la recién separada era de más de diez siglos de fe, como el gran elemento cohesionador de pueblos y reinos (edad media), el agotamiento causado por las luchas imperiales que requerían un reposo para la humanidad reconstituirse.

Ahora bien, a la estructura moderna de Estado con sus distintas formas de organización política, vamos a trasladarla vertiginosamente a nuestra edad actual. Las metrópolis abigarradas de gentes, el tráfico colapsado por un descontrolado crecimiento del parque automotor, empleo precario o desempleo, crisis económica, un modelo de vida cada vez más exigente que se exhibe desde los medios como algo altamente placentero, deseable y atractivo a una comunidad cada vez más imposibilitada de alcanzar los estándares de vida que se requieren para estar en la cresta de la ola. Sumémosle a esto, una constante propaganda proveniente de los líderes políticos, en contra del estatus quo al que culpa de todos los males a las clases pudientes, a los oligarcas que obtuvieron sus bienes de manera dudosa. Pues, todo indica que estamos ante la inminencia de lo que en términos marítimos se conoce como la <tormenta perfecta>. ¿Qué elementos vinculan éste sucinto viaje por la historia de la violencia con el introductorio de nuestro ensayo?

Coincidencias desafortunadas.-

La sociedad venezolana, está inmersa en el mismo marco que acabamos de describir, con otros aditivos adjetivos. Por ejemplo, el mensaje de la lucha de clases está prácticamente extinto del mundo político moderno pero aquí encuentra una re-edición. Vale citar que la tesis de Marx no presentaba estratos sociales inamovibles, cristalizados; los individuos podían salir de un estrato social y pasar a otro de manera bidireccional. Citaba Marx por ejemplo, los casos en los que personas perdían sus fortunas de manera fortuita y pasaban a ser proletarios de la noche a la mañana. Sin embargo, en nuestro país está vigente como parte medular del discurso oficial un discurso recalcitrante, separatista y que incita a odios entre clases sociales. El sujeto de este discurso es una masa desprovista de una educación fundada en valores, proveniente en su mayoría de hogares desintegrados, inmersos en una marginalidad extrema y que siempre permanecieron al margen de la sociedad política y económica dominante, altamente consumista y opulenta que centró su estrategia en la dádiva como mecanismo de control. Esta masa heterogénea creció de una manera exponencial hasta superar el punto eje de equilibrio; y debido a un aspecto que en este escenario es desventajoso, como es la libre elección de sus representantes y dirigentes, hace que la balanza hoy se incline hacia donde estas mayorías decidan que se deba inclinar. Por otro lado, el éxito que ha alcanzado el gobierno colombiano en el combate a las mafias del narcotráfico, ha impulsado a éstas últimas a mirar y explorar otros terrenos fértiles y con menores estructuras de control así como nuestro caso.

La historia de nuestro vecino país difiere de manera importante en cuanto a la idiosincrasia de su gente, en ellos han permanecido importantes rezagos de las costumbres y valores mantuanos y esto se ha hecho extensivo a una gran extensión de la población. Indudablemente hay excluidos del sistema, pero nunca en la magnitud que nos ocupa a los venezolanos, especialmente en lo que toca a valores y educación familiar. Se puede afirmar sin lugar a dudas que el pueblo colombiano ha resistido la violencia durante más de cuarenta años y hay importantes signos que evidencian que cada día se fortalece el sistema de gobierno, el pacto social. No siendo el objeto central de este breve ensayo, remito a los trabajos de Daniel Pecault que se citan en la bibliografía y de las que he tomado estas anotaciones, así como también la obra de Eduardo Pizarro.

En cuanto a la sociedad venezolana, la obra “Y salimos a matar gente” del padre Alejandro Moreno, retrata de manera cruda pero fidedigna la sociología del delincuente y su germen en la sociedad misma que proporciona todos los elementos necesarios para que se multiplique el modelo. No es necesario que detallemos en mayor escala lo que todos vivimos a diario en nuestro quehacer, evidentemente enfrentamos un problema de difícil solución. Como citamos en los párrafos anteriores, la violencia es potestad del Estado para preservar el estado de derecho cuando ve amenazada su estabilidad, sin embargo, en el caso de la Venezuela actual, la violencia se ha conformado en un estilo de hacer el discurso. En la base estratégica de sustentar el poder por el poder. En la práctica, se ha consentido que la delincuencia ejerza su acción con altos grados de impunidad en desmedro del principal objeto del contrato social, como es la protección de los suscritores, o ciudadanos.

Sebastián Marroquín es una prueba inequívoca del peso de los valores familiares. Un niño que vivió bajo la sombra de uno de los más relevantes mafiosos de la droga y que luego de ser librado por la providencia de ésta nefasta influencia, afloren valores suficientes para moverlo a pedir perdón por pecados no cometidos.

Valores de familia, la llave que puede salvar a la sociedad venezolana que marcha a paso firme hacia la violencia que vivieron y están abandonando nuestros hermanos colombianos pero que tantos lutos continúa dejando en su lento proceso de pacificación.

El trabajo que nos espera es arduo y tenemos que dotarnos de las mejores y más novedosas herramientas para enfrentar eficazmente el problema. Además contar con el auxilio de la divina providencia para enderezar el rumbo antes de que sea demasiado tarde. No estamos siendo apocalípticos en nuestra visión, sin embargo no es posible ignorar la conjunción de síntomas que predicen momentos difíciles para nuestra sociedad, en especial para los que hemos tomado la decisión de contribuir activamente.

Bibliografía:

• Pecaut, Daniel (1976). Reflexiones sobre el fenómeno de la violencia. En revista Ideología y Sociedad. No.19. Bogotá.

• Pecaut, Daniel (1986).De las violencias a la violencia. En Pasado y Presente de la Violencia en Colombia. Sanchez y Peñaranda Ed. Cerec - Bogotá.

• Pecaut, Daniel (1987). Orden y Violencia: Colombia, 1930-1954. Vol. I y II. Siglo XXICerec. Bogotá.

• Pizarro, Eduardo (1986). La guerrilla revolucionaria en Colombia. En Pasado y Presente de la violencia en Colombia. Sánchez y Peñaranda Ed. Cerec - Bogotá.

• Weber, Max. (1969). Economía y Sociedad. Fondo de Cultura Económica. México.

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