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La 5 Diciplina


Enviado por   •  3 de Febrero de 2015  •  5.486 Palabras (22 Páginas)  •  134 Visitas

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LA QUINTA DISCIPLINA

Los hermanos Wright volaron en Kitty Hawk en 1903, pero sólo durante 12

segundos y a 40 metros de altitud. Entre 1903 y 1935, cuando se introdujo el DC-

3, hubo muchos intentos para construir aviones comerciales, pero ninguno logró

inaugurar una industria significativa del transporte aéreo. No obstante,

desempeñaron un importante papel en la solución del vuelo comercial. Los

prototipos son esenciales para descubrir y resolver los problemas que se

interponen entre una idea y su plena implementación. La innovación significativa

no se logra hablando de nuevas ideas : hay que construir y probar prototipos.

PROLOGO A LA SEGUNDA EDICION EN CASTELLANO

No fue fácil llegar al punto al que hoy nos acerca Peter Senge. Durante muchos

años las ideas de aprendizaje organizacional fueron un ámbito complejo, vedado

a la curiosidad del hombre de acción. Los trabajos pioneros de Simon, March,

Olsen, Argyris o Schon sobre el tema, rara vez fueron siquiera traducidos a

nuestro idioma. ¿Cómo explicar entonces el furor que La Quinta Disciplina ha

desatado en todo el mundo? ¿Cómo explicar esta obra que ha cautivado a la vez

eruditos y managers?

Es simplemente que la realidad, una vez más, ha convertido en buena práctica lo

que hasta ayer eran buenas teorías. No hace mucho tiempo, el mundo era un

lugar más predecible de lo que es hoy en día. Todavía se podía aspirar a que una

organización fuese competitiva sobre la base de una división horizontal del

trabajo y vertical de las decisiones. Alcanzaba con un Watson, un Sloan o un

Edison en la punta de la pirámide para que pensara. Al resto, se le pagaba para

hacer, no para pensar.

No hace tanto, pero parece que hubiera pasado un siglo.

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Las organizaciones hoy en día tienden a ser organizaciones del conocimiento.

Cada puesto es ocupado por alguien que conoce su tarea, que no actúa tanto por

delegación como por pericia. Los mercados globales son cada vez más

exigentes. Ya nadie soñaría con fabricar “coches de cualquier color, siempre que

sea negro” como alguna vez decidió, autoritario e inapelable, Henry Ford.

Una organización que aspire a sobrevivir en el contexto actual es un diálogo con

su público. Capaz de interpretar las demandas que recibe y de responder a ellas.

Pero para poder dialogar con el mercado, una organización debe ser capaz de

mantener su propio diálogo interno.

Quienes normalmente están más cerca del cliente son quienes están más lejos

del poder. ¿Cómo podría dialogar con el cliente una organización que no dialoga

con sus propios empleados? ¿Cómo podría responder a las demandas de su

público una institución que no es capaz de convertir la experiencia individual de

sus miembros en acción de conjunto?

La idea de la organización capaz de aprender es una revolución mental. Nos

exige abandonar los viejos paradigmas de liderazgo y de poder para acercarnos a

un pensamiento capaz de manejarse con sistemas complejos. A nadie se le

ocurriría enseñar a escribir a un niño entrenando solamente su mano. Sin

embargo seguimos creyendo que para que una empresa venda, alcanza con un

buen equipo de vendedores y mucha publicidad.

En un contexto turbulento como el actual nadie puede sentirse fuerte por lo que

es. La única fortaleza posible es la que proviene de ser capaz de responder, de

poder dejar de ser lo que se es para ser lo que sea necesario. Tal el sentido

último de la clarísima advertencia de Arie de Geus: “la capacidad de aprender

puede llegar a ser nuestra única ventaja competitiva”.

ERNESTO GORE

Profesor de las universidades de Buenos Aires y de San Andrés

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CAPITULO 1

“Dadme una palanca y moveré el mundo”

Desde muy temprana edad nos enseñan a analizar los problemas, a fragmentar el

mundo. Al parecer esto facilita las tareas complejas, pero sin saberlo pagamos

un precio enorme. Ya no vemos las consecuencias de nuestros actos; perdemos

nuestra sensación intrínseca de conexión con una totalidad más vasta. Cuando

intentamos ver la “imagen general”, tratamos de ensamblar nuevamente los

fragmentos, enumerar y organizar todas las piezas. Pero, como dice el físico

David Bohm, esta tarea es fútil: es como ensamblar los fragmentos de un espejo

roto para ver un reflejo fiel. Al cabo de un tiempo desistimos de tratar de ver la

totalidad.

Las herramientas e ideas presentadas en este libro están destinadas a destruir la

ilusión de que el mundo está compuesto por fuerzas separadas y desconectadas.

Cuando

...

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