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La Chia


Enviado por   •  20 de Noviembre de 2013  •  Ensayos  •  1.800 Palabras (8 Páginas)  •  234 Visitas

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La Chia

La Chía (Salvia hispánica L.) es una planta de la familia de las labiatae (Lamiaceae). Es una herbácea anual, que puede alcanzar hasta dos metros de altura. Las hojas miden de 4 a 8 cm. de largo y de 3 a 5 cm. de ancho. Las flores son hermafroditas, de color violeta. Florece entre julio y agosto y se cultiva, sobre todo, en México, Guatemala y Bolivia. La planta de Chía requiere un clima tropical o sub-tropical. Al cabo del verano, las flores dan lugar a un fruto en forma de "aqueno indehiscente".

La semilla es rica en mucílago, fécula y aceite; tiene unos 2 mm. de largo por 1,5 mm. de ancho. Es ovalada y lustrosa, de color pardogrisáceo a marrón oscuro.

Historia

En la época precolombina, la Chía era uno de los cuatro alimentos básicos de las civilizaciones de América Central (Aztecas y Mayas), junto con el maíz, el amaranto y los porotos. Sus semillas se utilizaron para elaborar medicinas y eran la base de su alimentación y también de la de sus animales.

Los Mayas hacían ofrendas de estas semillas a los dioses, en agradecimiento por las cosechas. El uso y el cultivo de la Chía en el valle de Méjico, se remonta a unos 3.500 años a.C. En dialecto "nahuatl", la palabra "chiactic" significa aceitoso o grasoso y el nombre Chiapas, actual estado al sur de Méjico, significa “agua de Chía”.

Los Aztecas usaban la Chía en distintos preparados nutricionales y medicinales, así como también en la elaboración de ungüentos cosméticos. Era fuente de energía para travesías prolongadas y alimento para los guerreros, por eso es conocida como el alimento de las caminatas. Una comida típica "tzoalli" la preparaban con semillas de amaranto y Chía tostadas, miel de maguey y harina de maíz.

La harina de Chía tostada se utilizaba en la preparación de una popular bebida refrescante y nutritiva, costumbre que, con variantes, persiste hoy en Centroamérica y se denomina “Agua Fresca de Chía”. Su composición es agua, limón, azúcar y Chía.

Los ceramistas y pintores utilizaban el aceite de Chía para la preparación de barnices y pinturas, que se destacaban por su brillo y resistencia al envejecimiento. La harina de Chía podía ser almacenada mucho tiempo debido a los antioxidantes que posee, podía transportarse fácilmente en viajes largos y se utilizaba como moneda de pago para tributos y transacciones.

La conquista reprimió a los nativos, eliminó sus tradiciones y destruyó la mayoría de la producción agrícola intensiva, así como el sistema de comercialización existente. Muchos cultivos que mantuvieron una posición importante en las dietas de la América precolombina fueron eliminados por su estrecha asociación con la religión y tal vez por su incapacidad de adaptarse a las condiciones climáticas europeas, siendo reemplazados por otras especies foráneas de gran demanda.

La ciencia moderna ha llegado a la conclusión de que las dietas precolombinas eran superiores a las que actualmente se consumen en la misma región, y la Chía, que sobrevivió sólo en pequeñas parcelas en áreas montañosas escarpadas del sur de México, Guatemala y Nicaragua, vuelve, quinientos años más tarde, a recobrar su papel protagonista en la nutrición humana.

Propiedades de la chía

La semilla de chía ostenta una composición nutricional de gran interés para todo aquel que cuida su salud y alimentación: 20% de proteína de origen vegetal, 25% de fibra soluble y 40% de aceite, entre otros nutrientes. En el caso específico del aceite, el 64% del mismo está formado por ácidos grasos esenciales omega 3 y omega 6, ambos encargados en ayudar a mejorar nuestro metabolismo, a la par que mantienen a raya nuestro colesterol y triglicéridos en sangre, y otorgan un efecto cardio-protector. También, la semilla de chía es abundante en vitaminas del grupo B, fósforo, calcio, potasio, cobre, manganeso y zinc, y contiene muy poco sodio.

Además de tener un alto valor proteínico, la chía, tras ser consumida, es de fácil digestión y asimilación, lo que asegura que es fácilmente absorbida por el organismo, aprovechando sus proteínas y demás nutrientes en los diferentes tejidos y células de nuestro cuerpo. Por otra parte, el agua y metanol que también contiene le otorgan propiedades antioxidantes, de gran utilidad para evitar la oxidación celular y prevenir diversas enfermedades gracias a su efecto antiinflamatorio.

La chía es una fuente generosa de ácidos grasos omega 3 y omega 6, de hecho, es la fuente de origen vegetal con mayor concentración de los mismos. Gracias a su alto contenido en fibra soluble, consumir semillas de chía facilita el tránsito intestinal actuando como laxante natural, lo que le confiere ciertas propiedades como protector de enfermedades como la diverticulosis, el estreñimiento y, en última instancia, el cáncer de colon. Por si fuera poco, la chía no tiene gluten, por lo que se trata de un alimento apto para celíacos.

A diferencia de otros alimentos ricos en omega 3 y 6, la semilla de chía puede ser almacenada en nuestra despensa durante largo tiempo sin que esta circunstancia afecte a su aroma, sabor o valía nutricional.

Según Plasencia, "la Chía es considerada un 'suplemento dietético' por la FDA (Food and Drug Administration, USA), ya que tiene 100% más potasio que el plátano, 100% más fibra que cualquier cereal en hojuelas, 200% más hierro que la espinaca, 700% más Omega 3 que el salmón del atlántico, 800% más fósforo que la leche completa, 500% más calcio asimilable que la leche y 1400% más magnesio que el brócoli, entre otros beneficios".

Ventajas de las Semillas de Chía

• La Chía es la mayor fuente vegetal

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