La Civilización Del Espectáculo

La civilización del espectáculo

Mario Vargas Llosa, en su texto “La civilización del espectáculo”, se muestra desapacible respecto a la cultura contemporánea ya que la toma como una cultura decadente de valores, que sólo se dedica al espectáculo.

Comienza considerando el controvertido pronunciamiento de T. S. Eliot, en el cual plantea la idea de que “cada clase tiene la cultura que produce y le conviene, y aunque, naturalmente, hay coexistencia entre ellas, también hay marcadas diferencias que tienen que ver con la condición económica de cada cual” (Vargas, 2012:15). Esto me hace pensar que las personas que no cuentan con recursos para fomentar su educación tienden a poseer una cultura escasa, sin embargo, existen individuos que aun teniendo vastos recursos económicos, detentan una cultura inmunda, más cuando se trata de alternar con el prójimo. Un claro ejemplo es cuando Paulina Peña Pretelini, hija del presidente E. P. N., llamó prole al pueblo mexicano. Sin duda, su cultura deja mucho que pensar.

La cultura-mundo es una mera descripción de la manera en la que se vive hoy día, pues las modas, la publicidad y los estereotipos, sin duda, distorsionan el criterio propio de un individuo, haciendo de él un ser corto en pensamiento, incapaz de crear resoluciones por sí mismo, un sujeto que carece de viveza e independencia. Es increíble ver cómo las personas acuden a un establecimiento en busca de una Coca-Cola que lleve su nombre, sin duda, este es un acontecimiento ridículo que aqueja nuestros días. En esta ocasión, el punto es para Coca-Cola porque gracias a su excelente estrategia, contribuyó a atrofiar aún más las cándidas y aborregadas mentes de una nación. Y sólo por mencionar un ejemplo, ya que la lista es extensa.

El sociólogo Frédéric Martel muestra a la Cultura Mainstream como lo que era considerado por los sectores cultos un simple pasatiempo popular, en donde los acontecimientos actuales no pretenden tener trascendencia, sino ser instantáneos. Por ejemplo, cada vez son más los cantantes que incursionan en el medio del espectáculo teniendo un éxito rotundo con su primera canción, pero después de ésta, ya no producen más o no es el mismo éxito que con la primera.

Vargas Llosa concibe a la civilización del espectáculo como “un mundo en donde el primer lugar en la tabla de valores vigente lo ocupa el entretenimiento, y donde divertirse, escapar del aburrimiento, es la pasión universal” (Vargas, 2012:33). En este sentido, estimo que el objetivo del autor no se basa sólo en juzgar la cultura contemporánea, sino que tiene la intención de alarmar y al mismo tiempo convocar a los individuos a tomar medidas sobre el asunto. Es por esto que el escritor le designa a la civilización del espectáculo las características de frivolidad y vulgaridad.

De igual manera, el autor asiente que la religión es

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