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La Comunicación Alternativa Como Contrapoder Informativo: El Caso Curuguaty

RodriRot8 de Julio de 2013

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La comunicación alternativa como contrapoder informativo: el caso Curuguaty

Ensayo elaborado por

Rodrigo Rotela

Módulo 1. Teorías de la Comunicación

Maestría en Ciencias de la Comunicación

Universidad Nacional de Asunción

Asunción, junio de 2013

Introducción y contexto

La matanza de 17 personas, campesinos y policías, ocurrida en el lugar denominado Marina Kue, en Curuguaty -distrito de Canindeyú, noreste del Paraguay, en la frontera con el Brasil-, el 15 de junio de 2012, es uno de los episodios más oscuros, controversiales y determinantes de nuestra historia reciente como nación y como estado.

Aquella mañana de viernes de junio, una comitiva judicial-policial debía allanar (o desalojar) un terreno ocupado por grupos de campesinos organizados que reclamaban dichas tierras ante la presunta carencia de títulos de propiedad de quienes se adjudicaban la tenencia y explotación de las mismas, la familia del ex senador e influyente político colorado Blás N. Riquelme.

El desastroso resultado del operativo, que terminó con el asesinato de 6 policías y 11 campesinos, motivó la destitución vía juicio político del entonces presidente de la República, Fernando Lugo, por iniciativa de los 2 grandes partidos políticos tradicionales del país -la ANR o Partido Colorado y el PLRA o Partido Liberal-, y generó una enorme polarización de posturas en la sociedad paraguaya respecto no solo al procedimiento de impeachment al que fue sometido el mandatario, sino a la causa principal que lo motivó -el caso Curuguaty-.

El papel que cumplió la prensa hegemónica y los medios masivos de comunicación comerciales en la construcción de opinión pública es absolutamente central en todo este escenario de convulsión política, en especial en la semana transcurrida entre la matanza de Curuguaty y la destitución de Fernando Lugo. Este rol protagónico es analizado en este ensayo, como parte del análisis del escenario comunicativo que se sucedió tras estos hechos luctuosos.

Por ello, y a raíz de la suerte de posicionamiento corporativo asumido por las empresas dueñas de los medios de comunicación masivos del país, y al discurso único generado por estos, surgen con particular fuerza y ocupan un espacio importante en la escena informativa una diversidad de medios alternativos, que configuran la vía utilizada para contrarrestar los discursos mediáticos hegemónicos.

Medios electrónicos, social media y radios comunitarias se convirtieron, en esta coyuntura, en una especie de contrapoder informativo centrado en darle entidad y humanidad a los protagonistas locales de esta tragedia, en difundir información que no tenía cabida en los mass media de Asunción, y conformaron y vehiculizaron de alguna manera la resistencia de militantes pro-campesinos, de derechos humanos y de sectores políticos de izquierda -entre otros-, que se extiende aún hasta hoy, a casi un año de aquellos sucesos.

En este trabajo no se discutirán ni las causas ni los escenarios políticos que propiciaron esta sucesión de hechos, ni siquiera se analizarán -en profundidad- los contenidos de los diversos discursos; nos centraremos en determinar cuán importante puede ser el rol que asumen los medios y contenidos comunicacionales alternativos en coyunturas tan críticas, principalmente en asegurar la existencia de diferentes voces, la difusión de los diversos discursos sociales respecto a un tema, aún cuando algunos sigan siendo hegemónicos y más masivos que los demás.

A modo de organización y con fines prácticos, el presente trabajo divide los análisis en él realizados en dos partes (quizás no en extremo diferentes ni independientes): una primera, en que se analiza el contexto en el caso Curuguaty, y que empuja a diversos actores a optar por canales y formas alternativas -y alterativas- de comunicación, que está influenciado por textos de teóricos de la Escuela de Frankfurt como Max Horkheimer y Theodor Adorno con su Dialéctica del Iluminismo, Herbert Marcuse y su Hombre Unidimensional, la Teoría de la Acción Comunicativa de Jürgen Habermas, o Espiral del Silencio de Elisabeth Noelle-Neumann. Claramente, este análisis no es central ni detallado, ya que el objeto del presente trabajo pone la mirada en los aspectos de la alternatividad y la contrainformación.

Por ello, gran parte del esfuerzo y el análisis que se pretende realizar en este trabajo está enmarcado en las nociones de comunicación alternativa esbozados por varios teóricos y entusiastas de la denominada Escuela Latinoamericana de Comunicación, con representantes como Jorge Merino Utreras, Jesús Martín Barbero, Juan Díaz Bordenave, Luis Ramiro Beltrán, entre otros, en el cual se intentará mostrar las diversas maneras en que se conceptúa la comunicación alternativa y sus alcances, así como las interacciones permanentes y más o menos sistemáticas que se dan -en la práctica- con otras corrientes estudiadas dentro de la misma escuela: la comunicación popular, la comunicación educativa, la comunicación comunitaria, comunicación horizontal, entre otras, con elementos comunes basados -principalmente-, en los aspectos dialógicos y participativos de estas formas de comunicación -sean éstas mediáticas o no-.

Encuadre teórico

La necesidad de los pueblos de superar el colonialismo informativo1, de romper con el esquema tradicional de la comunicación mediática (emisor activo-mensaje-medio-receptor pasivo), “por su carácter mecanicista y linear, por privilegiar la fuente y colocar al receptor en un papel posesivo y secundario”2, y de encontrar y generar espacios para que sus voces sean escuchadas, otras voces diferentes a las de los grupos de poder, es parte del contexto en el cual se empieza a hablar de comunicación alternativa.

América Latina incubó, desde la década de los 50', innumerables ejemplos de prácticas alternativas de comunicación mediática, “que van desde las radios mineras bolivianas al cine de Raymundo Gleyzer, pasando por miles y miles de experiencias gráficas”3. Todas estas prácticas tenían como denominadores comunes a procesos más o menos participativos y dialógicos de la comunicación, impulsados desde sectores populares, y con mayor o menor incidencia de la militancia política de estos actores.

Sin embargo, hasta hoy persiste en los ámbitos académicos una especie de controversia que impide arribar a una única definición consensuada acerca de qué es, qué hace y cómo, esto que llamamos comunicación alternativa. Algunas aproximaciones teóricas se leen a continuación:

La comunicación alternativa busca transformar el proceso de comunicación, la forma dominante de la comunicación, para que sean las clases populares y los grupos dominados los que tomen la palabra. (Merino Utreras, Jorge. Comunicación popular, alternativa y participatoria. Manuales didácticos CIESPAL N° 12. 1988).

La comunicación alternativa es un instrumento de la lucha popular contra el poder, de ahí que una de las diferencias fundamentales entre la teoría de la comunicación alternativa y la teoría de la comunicación dominante deba encontrarse en el área de la teoría del emisor y en las condiciones de producción del significado. (Moragas Spà, Miquel, en Vidal Beneyto, 1979, p.78).

Aunque dicho de muchas maneras y con alcances muy diversos, desde los utópicos hasta los ceñidos a posibilidades de intervención inmediatas, un propósito fundamental parece definir lo alternativo en materia de comunicación en Latinoamérica: transformar el proceso, la forma dominante y normal, de la comunicación social, para que sean las clases y los grupos dominados los que tomen la palabra. Y en ese sentido la comunicación alternativa no es aquí nada nuevo ya que desde las experiencias pioneras de Paulo Freire, proyectados después a multitud de grupos en todos los países del continente, la comunicación ha estado ligada más a la liberación del habla, de la actividad y la creatividad popular que a la potencia o el tipo de medios utilizados. Esto es importante precisamente para salirle al paso a la moda que nos llega reduciendo lo alternativo en comunicación a lo que se realiza en el ámbito de los medios masivos. No estoy afirmando que las alternativas de comunicación popular deban ser únicamente marginales a los grandes medios, que no puedan existir alternativas que involucren a los medios masivos, estoy alertando contra la ya vieja y peligrosa ilusión -mcluhiana- de que lo alternativo pueda venir del medio en sí mismo. (Martín Barbero, Jesús. Retos a la investigación de comunicación en América Latina. 1980)

Como puede notarse, existen similitudes importantes en estos esfuerzos por conceptualizar teóricamente el abordaje de la comunicación alternativa y sus alcances, y quizás también para establecer las diferencias con otras prácticas comunicativas similares. Todos los autores cuyos aportes han sido transcriptos aquí coinciden en algunos elementos que componen la lógica de esta alternatividad comunicativa: se identifican como procesos comunicacionales y culturales que tienden a alterar el orden social establecido, dándole voz y entidad a las clases dominadas, fortaleciendo su posición y visión política; se centran en procesos participativos de comunicación, alentando el diálogo y la interacción, más allá de la mera entrega de información; y le dan un papel central en estos procesos a los mensajes y el contexto comunicativo, más allá de la naturaleza de los medios utilizados para dinamizarlos y difundirlos.

La nueva concepción del proceso distingue claramente

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