La Comunicación Y El Poder

La comunicación y el poder.

Actualmente somos espectadores de un debate mediático respecto a la Ley de Radiodifusión y el proyecto presentado por el gobierno para su promulgación. Realmente el contenido del proyecto, si bien se ha publicado en los diarios más importantes del país, poco se ha divulgado. Más bien, estamos presenciando una trama de conflictos y relaciones de poder que distan bastante de interesarse por la democratización de los medios.

Foucault plantea el poder como relaciones de fuerzas y la existencia continua en la trama vincular de una resistencia frente al ejercicio del poder. La comunicación puede ser utilizada para los objetivos del poder a los efectos de influir en las personas para lograr los intereses del grupo que lo detenta.

En el caso considerado, existen luchas de poder entre el gobierno, deseoso de sancionar ésta ley y los multimedios, específicamente el grupo Clarín, los cuales presentan clara resistencia al mismo. El gobierno desea ganar más poder, consciente de la influencia que ejercen los medios de comunicación en la sociedad. Y en esto podemos explicar un determinado proceso de cognición que resulta de ésta dinámica. El proceso de cognición es aquel que captura algo, le asigna sentido y le otorga una escala de valor. ¿Cuál es el mecanismo que se está utilizando en este caso? Se intenta generar un estímulo a partir del siguiente argumento: “necesitamos democratizar los medios de comunicación ya que la ley de medios ha quedado caduca y se ha promulgado en el momento más negro de la historia”. Ese operador lógico a través de este estímulo intenta lograr la adhesión a la modificación de la ley, promulgando la libertad de expresión y la democratización mediática, generando una apariencia de bienestar común. Pero si uno analiza otros componentes del contexto de la situación, tales como la pérdida de legitimidad del gobierno de Cristina Kirchner, la pérdida de bancas para la renovación en el Congreso y básicamente, los deseos de los políticos de acumular poder, podría inferir que existe otra lógica, en la cual su intención es controlar los medios a partir de ésta nueva ley y manejar la opinión pública. Por otro lado, los medios más grandes argumentan que, con ésta ley, se pierde la libertad de expresión y numerosos puestos de trabajo que han generado a través del crecimiento de sus empresas. Esto también sirve de operador lógico para atraer la atención de la opinión pública y asignar significados en pos de sus propios intereses. ¿Existe verdadera libertad de expresión cuando un grupo de empresas concentran los principales medios de comunicación? Cuesta creer que esto así sea, más pensando que en el gobierno de Kirchner la postura del Grupo Clarín era favorable a dicho gobierno. ¿Por qué se produjo el cambio? En el gobierno de Kirchner, el Grupo Clarín llevó adelante la fusión de Cablevisión y Multicanal, un claro caso de monopolio que atenta contra los ciudadanos en dos aspectos: por un lado, el aspecto económico porque no hay opciones y la empresa estipula un precio del servicio sin posibilidad de elección para el usuario y, por el otro, la concentración de información en un grupo económico le otorga demasiado poder sobre la elección de los ciudadanos a estar informados. Es decir, no hay variedad informativa, no hay alternativas ya que son todos del mismo dueño. Llegada la presidencia de Cristina Fernàndez de Kirchner y ante los continuos choques entre Clarín y Néstor, se empezó a recrudecer la relación y se iniciaron éstas luchas por la apropiación de significados.

La idea de desregular las comunicaciones para beneficiar al consumidor, quitándole predominio a las empresas existentes, para dar lugar a nuevas inversiones, aparece también en el discurso oficial. Y si lo analizáramos literalmente, podríamos considerar que contribuye al libre mercado y a la competencia. Pero, quiénes son los que podrán invertir en los medios si pensamos que las licencias serán otorgadas por la Presidencia de la Nación???

Por tal motivo, es importante reflexionar que el lenguaje no es transparente y sin intencionalidad. Por el contrario, la comunicación siempre tiene un objetivo y sumado a esto, la comunicación mediática tiene relación directa con las tramas de poder que se producen en una sociedad. De hecho, en algunos momentos legitiman las relaciones de poder existentes, como explicamos anteriormente, y en otros, funcionan como resistencias a ese poder ya que, a partir de su discurso, pueden construir la realidad de una forma que permitan mostrar los intereses del poder.

Lo más preocupante de ésta situación es qué hacemos como sociedad. Porque realmente estamos frente a un movimiento de lucha contra la libertad de expresión y hacia la creación de significados orientados a manipular el pensamiento ciudadano y ocultar las verdaderas intencionalidades de éstas luchas. Tal vez los resabios de la cultura autoritaria que ha impregnado la historia política argentina funcionen como barreras de percepción, las cuales no nos permiten accionar en pos de un cambio desde la democracia, repudiando los actos de corrupción y de exacerbación en la búsqueda del poder. Por lo cual, me atrevo a afirmar que la intencionalidad de la comunicación del gobierno de imponernos ésta nueva ley esté logrando sus objetivos.

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