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La Democracia Y Sus Críticos De Robert Dahl, Capítulos I Y II


Enviado por   •  16 de Marzo de 2015  •  1.789 Palabras (8 Páginas)  •  572 Visitas

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Ensayo numero 1, sobre la lectura de DAHL ROBERT, titulada “la Democracias y sus críticos”, capítulos I y II

Pese al desarrollo intelectual, económico y tecnológico de las diferentes civilizaciones, en mi criterio y de acuerdo a la lectura, gran parte de los cambios en los modelos gubernamentales dependen en su gran mayoría, al natural y normal incremento de la población humana, la cual como es de todos conocido se realiza de forma geométrica con el paso del tiempo. Entre mas somos en un país, mas difícil es garantizar la participación y el espacio político, pues mayor son los intereses particulares que confluyen, uno por cada ciudadano.

Ideales de democracia como la expuesta por el pueblo griego, donde todos los ciudadanos participaban de los asuntos públicos es algo en la actualidad imposible de conseguir. Sin embargo, su experiencia y su legado puede ser aplicado hoy día en ciertas decisiones que solo afectan a los pequeños poblados u organizaciones. Las ciudades estado griegas y entre ellas Atenas, tan solo llegaban a cincuenta mil habitantes, aclarando que solo quienes tenían la calidad de “ciudadanos” podían participar en los asuntos públicos y poseían igualdad de derechos. Hablamos de participación para referirnos al poder de debatir y decidir en las cuestiones de Estado y de participar en el ejercicio de los cargos públicos. Por su parte el principio de igualdad se expresaba en la posibilidad de participar en la asamblea y en un trato igualitario ante la Ley.

Excluidos los metecos (extranjeros), mujeres y esclavos de cualquier participación en el proceso de toma de decisiones, los ciudadanos que participaban deberían ser una población minoritaria de la ciudad, razón por la cual la homogeneidad de intereses era bastante alta, o por lo menos no tan dispar. Pues ser ciudadano en las ciudades estado, equivalía a estar en la elite de la población. Como todo, los intereses privados, las ambiciones y la desigualdad natural de los hombres, debió marcar o determinar en aquellas asambleas, sectores de poder mas o menos influyentes en la toma de decisiones. Como lo menciona Balzac la “ Igualdad es un derecho, pero jamás será un hecho”. Esta desigualdad natural de los hombres hace que unos obtengan mayores provechos económicos o beneficios que otros, o que para algunos la vida sea tan solo contemplación y diversión, y no afugia o competencia por el dinero.

Algo para retomar de los griegos, es que para ellos la política era una actividad inmanente al ciudadano. Es decir que aparte de ser medico o artesano o cualquier profesión o rol que se ocupara en la sociedad, la actividad de lo publico debía conocerse y ser una labor inherente al ser humano, en su condición de ser social. Esta preocupación por participar en lo publico y por vivir informado de lo publico, se ha perdido en nuestros días, donde en la mayoría de los casos se mira con desdén, desprecio y desprestigio la actividad política. Esa preocupación connatural al ser humano, permitía y concebía que solo de manera directa se participara en lo publico. Para ellos cualquier representación o delegación del proceso de toma de decisiones, era calificado como no democrático o prácticamente inexistente.

Complicado debería ser, tenerse que desplazar con gran periodicidad para atender los asuntos públicos y concurrir a cada una de las diferentes asambleas. Puede pensarse, que el régimen esclavista que imperaba en las ciudades estado y las cortas distancias de sus moradores, permitían que los hombres en parte desatendieran sus efectos privados y dedicaran parte de su tiempo o la gran mayoría, al interés común o de lo publico. Otro aspecto que facilitaba esta pura y simple forma de democracia se debía a la autosuficiencia de las ciudades estado, su comunidad de ideales ( lengua, religión, artes, educación ), donde las alianzas o confederaciones se utilizaban tan solo para la protección común del agresor o invasor.

El modelo de democracia directa de las antiguas ciudades estado griega, es imposible de aplicación para una nación o país moderno, pues se evidenció que ante la pluralidad de miembros e intereses, lo mas viable lógico y adecuado es el fenómeno de la representación. Hoy día, donde las decisiones internas de un país se encuentran condicionadas por infinidad de tratados, por la economía mundial o por imposiciones de los organismos internacionales, es casi imposible que las decisiones se adopten teniendo en cuenta el “Bien común”. Concepto este etéreo, que por cierto ante tantos ciudadanos e intereses, es muy difícil y casi imposible de precisar y determinar. El concepto de beneficio, utilidad o bien común, se encuentra en nuestra actualidad condicionado a cientos de variables, que en la mayoría de los casos no coinciden con el bienestar general de los ciudadanos, ni con un desarrollo económico próspero que favorezca a la mayoría.

Todas estas razones de índole social y lógico que hacen imposible el establecimiento de una democracia directa como la griega en nuestro sistema, puede ser aprovechada en el marco de pequeñas comunidades. Pues nada obsta que en los pequeños poblados de nuestro país sus moradores participen directamente en la toma de algunas decisiones. Herencia de esos conceptos griegos, pueden ser el mecanismo del cabildo abierto, donde la ciudadanía puede concurrir al concejo municipal de su localidad para debatir

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