La democracia-Robert Dahl
Elena León-SoteloTesis8 de Enero de 2017
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ÍNDICE
INTRODUCCIÓN
¿NECESITAMOS REALMENTE UNA GUÍA?
1. EL COMIENZO
2. DEMOCRACIA IDEAL
3. DEMOCRACIA REAL
4. CONDICIONES FAVORABLES Y DESFAVORABLES
CONCLUSIÓN
BIBLIOGRAFÍA
INTRODUCCIÓN
Robert Alan Dahl (1915-2014) fue profesor de ciencia política en la Universidad de Yale, presidente de la Asociación Americana de Ciencia Política y uno de los científicos políticos norteamericanos que más ha influido en el desarrollo de las ciencias sociales posteriores a la Segunda Guerra Mundial. Entre sus creaciones más destacadas se encuentran Who Governs?, considerada como uno de los 100 libros más influyentes del siglo XX, y On Democracy, una obra que traza los principales elementos que configuran una democracia, las instituciones imprescindibles que la sustentan, las condiciones económicas y sociales que favorecen su desarrollo y los criterios necesarios para evaluarla.
Para comprender el alcance y la importancia de cualquier obra, es necesario realizar una breve descripción del contexto sociocultural del momento en el que se publicó.
La fecha original de publicación de On Democracy es 1998. La última mitad del siglo XX fue la era del triunfo de la democracia sobre los regímenes antidemocráticos.
La desaparición del comunismo, el fascismo y el nazismo habían sido fundamentales para el establecimiento de democracias. Además, el fracaso de las dictaduras militares en América Latina derivó en la adopción de un nuevo régimen pseudodemocrático. Pero estas nuevas democracias necesitaban asentarse con unas bases claras. El problema fue saber cuáles eran las bases necesarias para conseguir una democracia robusta.
A este desconocimiento general sobre qué era realmente una democracia, Robert Dahl intentó darle respuesta en esta obra. Dahl pone a nuestra disposición las respuestas a muchas de las cuestiones que aún nos planteamos sobre los diferentes modelos democráticos existentes en nuestro tiempo.
El objetivo de este ensayo es exponer las ideas más interesantes y controvertidas de esta obra, realizando una comparativa con la actualidad y con el avance de la democracia. Analizaré la obra por sus secciones, extrayendo los cometidos más interesantes, siempre bajo mi punto de vista, de cada apartado.
¿NECESITAMOS REALMENTE UNA GUÍA?
En este primer apartado Robert Dahl nos expone en el primer capítulo de su libro si necesitamos una guía para entender cómo se ha extendido la democracia en el mundo a lo largo de la historia.
Muchos creemos que vivimos en democracia pero no conocemos realmente los
medios para medir si un país vive en democracia. Esta serie de cuestiones son las que Dahl nos intenta resolver a lo largo de su obra.
Si analizamos nuestro país encontramos una serie de defectos como la inexistencia de una plena separación de poderes, ya que parte del complejo judicial está elegido por el poder legislativo; la falta de democracia en los partidos por las listas cerradas y bloqueadas de los partidos; o incluso el desconocimiento de la población de la mayoría de las actuaciones del Gobierno.
Dahl analizará estos defectos creando a lo largo de su obra lo que sería una democracia perfecta, que ya adelanto, que no existen precedentes del establecimiento de tal democracia en ningún país, hoy por hoy.
EL COMIENZO
La primera sección de ella comienza con un breve apunte histórico sobre la democracia, sus orígenes y su desarrollo teórico-práctico. Esta sección nos proporciona una serie de definiciones básicas para el concepto "democracia" y los conceptos relacionados con ésta. En esta primera parte el libro comienza con diferentes historias de la democracia, ya que no fue un proceso unilineal, sino que surgió en diferentes partes del mundo a su manera.
Comienza en la región del Mediterráneo con la Grecia clásica, pasando por la República Romana y las ciudades-estados italianas después del año 1100. Además, el libro considera otras posibilidades de asentamientos locales de los Vikingos en lugares como Noruega, Dinamarca y Suecia.
Finalmente, también menciona la conformación y evolución desde las Asambleas al Parlamento en Inglaterra, que para Dahl fue la clave del comienzo de la verdadera democratización.
En este apartado del libro encontramos algunas ideas, a mi parecer, realmente interesantes:
Sería un error presuponer que la democracia fue inventada de una vez por todas, como ocurrió, por ejemplo, con la máquina de vapor.
Desde el primer momento, Dahl nos expone que no podemos considerar la democracia como algo absoluto e inmóvil. Expone que no es un invento, ya que está en constante evolución. Deja abierta la puerta a que la democracia puede evolucionar y, por consiguiente, cambiar.
Además, el autor nos explica que la democracia logró surgir gracias a unas condiciones favorables. No podemos asumir la democracia como un invento de la Grecia y Roma clásica. La democracia tuvo sus pequeños logros en un tiempo anterior. Basta con que hubiesen aparecido las condiciones favorables. Por lo tanto, la democracia puede inventarse y reinventarse tantas veces se requiera cuando existan las condiciones perfectas para ello.
Partamos de que esta idea es muy contraria a la que nos exponen diariamente. Hoy en día, se considera la democracia como una institución inamovible, lo que considero un gran error. Bajo mi punto de vista, la democracia cambia. Debe enfrentarse a evoluciones sociales. Por ejemplo, la democracia, hoy en día, debe tener en cuenta el fenómeno de las nuevas comunicaciones. La participación manifiesta de la ciudadanía se convierte en una expresión de conducta cívica. Sin embargo, en el mundo moderno cada vez resulta más difícil establecer fronteras y no siempre está claro dónde terina la participación en actividades sociales y culturales, incluyendo el consumo, y dónde empieza la sociedad civil y la política. (Dahlgren, 2012) Queramos o no, Internet ya no es el futuro, es el presente. ¿Sería un error introducir las mejoras de estas nuevas tecnologías y reinventar el concepto de democracia?
Por lo tanto, la pregunta a la que debemos buscar respuesta es ¿por qué la democracia debe ser algo asentado e inamovible cuando la sociedad día a día se transforma y deja atrás lo que no evolucione con ella?
Sin embargo, a medida que avanza el libro, curiosamente, Robert Dahl nos habla de la democracia como algo estable, como un modelo institucional prefabricado. Dahl expone unos criterios que toda democracia debe tener, pero esta afirmación chocaría con las declaraciones expuestas al inicio del libro. Entiendo que estos criterios son los que Dahl asume hoy en día como los imprescindibles para establecer una democracia verdadera pero, el problema de estas disposiciones teóricas es que cierra una gran puerta los cambios contextuales futuros en la sociedad. Dahl está cerrando la puerta a futuras reinvenciones del propio concepto de democracia.
Si continuamos a lo largo del capítulo, el autor nos habla sobre lo que no se consiguió, en lo que avances democráticos se refiere.
La lógica de la igualdad se estrellaba contra el obstinado hecho de la desigualdad.
Dahl nos explica previamente qué es la lógica de la igualdad. La lógica de la igualdad surge en los primeros grupos de personas que lograron cohabitar. Aparece cuando las personas comienzan a pensar que ellos mismos están cualificados para poder tomar decisiones y formar parte del gobierno del grupo. Esta lógica de la igualdad animaba a participar a cualquiera en las decisiones que debían tomar como grupo.
En principio, esto sería lo ideal. Pero, como anuncie previamente, la democracia y, por consiguiente, todas las formas de gobierno, se reinventan. La aparición de regímenes desiguales como la monarquía o la aristocracia derrotaron esta idea de igualdad y participación popular. Las fuertes desigualdades oponían enormes obstáculos a la democracia, las diferencias entre derechos, deberes, influencia, y poder entre diferentes escalafones de la sociedad fomentaban las desigualdades ya existentes por naturaleza.
"Para Dahl, son claves una serie de principios en pos de la igualdad. En esta columna vertebral democrática, no puede faltar el principio de igualdad intrínseca. Supone la asunción de que los seres humanos son esencialmente iguales en lo fundamental. Siguiendo aquí al Rawls de la Teoría de la Justicia, Dahl asumirá el postulado de que la igualdad intrínseca consiste en que cada individuo posea la capacidad de concebir su propia idea de bien y adquirir, además, un sentido propio de la Justicia. De esta suerte el principio de igualdad intrínseca se convierte en el principio categórico de la igualdad: todos y cada uno de los ciudadanos están calificados para autogobernarse". [1]
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