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La Epopeya De Gilgamesh


Enviado por   •  25 de Marzo de 2013  •  8.187 Palabras (33 Páginas)  •  607 Visitas

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La Epopeya de Gilgamesh

(Los números entre paréntesis indican el orden de líneas en las tablillas)

Tablilla I

(I) Aquel que vio todo hasta los confines de la tierra, Que todas las cosas experimentó, consideró todo. [...] juntamente [...], [...] de sabiduría, que todas las cosas.[..]. (5) Lo oculto vio, desveló lo velado. Informó antes del Diluvio, Llevó a cabo un largo viaje, cansado y derrengado. Todo su afán grabó en

una estela de piedra. De la terraplenada Uruk el muro construyó, Del reverenciado Eannal, el santuario puro. ¡Contempla su muralla exterior, cuya cornisa es como el cobre! ¡Mira la

muralla interior, que nada iguala! ¡Advierte su umbral, que de antiguo viene! Acércate a Eanna, la morada de Istar, Que ni un rey futuro, ni un hombre,

puede igualar. Levántate y anda por los muros de Uruk, Inspecciona la terraza de la base, examina sus ladrillos: ¿No es obra de ladrillo quemado? ¿No echaron sus cimientos los Siete

Sabios?

Falta el resto de la columna. Un fragmento hitita corresponde en parte a la porción inicial deteriorada de la columna 1l y, por ende, parece contener algo del material del final de la I columna. De ese fragmento se desprende que varios dioses intervienen en la formación de Gilgamesh, al que dotaron de talla sobrehumana. Finalmente, Gilgamesh llega a Uruk.

(II) Dos tercios de él son dios, [un tercio de él es humano]. La forma de su cuerpo[...] (3-7) (líneas mutiladas o ausentes) (8) [...] como un buey salvaje altivo [...]; El empuje de sus armas no tiene par. Mediante el tambor se

reúnen sus compañeros. Los nobles de Uruk están sombríos en sus cámaras: «Gilgamesh no deja el hijo a su padre; Día y noche es desenfrenada su

arrogancia. ¿Es éste Gilgamesh, el pastor de la amurallada Uruk? ¿Es éste nuestro pastor, osado, majestuoso, sabio? Gilgamesh no deja la doncella a su madre, ¡La hija de guerrero, la esposa del

noble! Los dioses escucharon sus quejas. Los dioses del cielo del señor de Uruk ellos... : «¿No parió Aruru este fuerte buey salvaje? El empuje de sus armas en

verdad no tiene par. Mediante el tambor se reúnen sus compañeros.Gilgamesh no deja el hijo a su padre; Día y noche es desenfrenada suarrogancia.

¿Es éste el pastor de la amurallada Uruk? ¿Es éste su [...] pastor, Osado,

majestuoso (y) sabio?...Gilgamesh no deja la doncella a su madre, ¡La hija del guerrero, la esposa del noble!»

Cuando Anu hubo escuchado sus quejas, A la gran Aruru llamaron: «Tú,Aruru, creaste el hombre; Crea ahora su doble; Con su corazón tempestuoso haz que compita. ¡Luchen entre sí, para que Uruk conozca la paz!»

Cuando Aruru oyó esto, Un doble de Anu en su interior concibió. Aruru selavó las manos, Cogió arcilla y la arrojó a la estepa. En la estepa creó alvaliente Enkidu, Vástago de..., esencia de Ninurta. Hirsuto de pelo es todo su cuerpo, Posee cabello de cabeza como una mujer. Los rizos de su pelo brotan como Nisabal.

No conoce gentes ni tierra: Vestido va como Sumuqan. Con las gacelas pastaen las hierbas, Con las bestias salvajes se apretuja en las aguadas, Con las criaturas pululantes su corazón se deleita en el agua.

(Ahora bien) un cazador, un trampero, Se le encaró en el abrevadero Un día,un segundo y un tercero Se le encaró en el abrevadero Cuando el cazador levio, su faz se inmovilizó.

El y sus animales entraron en su casa, Transido de miedo, quieto, sin un sonido, (Mientras) su corazón se turbaba, nublado su rostro. Pues el pesarhabía penetrado en su vientre; Su cara era como la de un viajero llegado de lejos.

(III) El cazador abrió su boca para hablar, Diciendo a su padre:«Padre mío, hay un hombre que ha venido de las colinas, Es el más

poderoso de la tierra; vigor tiene. ¡Como la esencia de Anu, tan tremendo essu vigor! Siempre recorre las colinas, Siempre con las bestias se nutre de hierba. Siempre planta los pies en la aguada. ¡Tan espantado estoy, que no oso acercarme a él! Cegó las hoyas que yo había excavado, Destrozó mis trampas que yo había puesto, Las bestias y las criaturas del llano Hizo escapar de mis manos. ¡No permite que me dedique a la caza!»

Su padre abrió la boca para hablar, Diciendo al cazador:«Hijo mío, en Uruk vive Gilgamesh. Nadie hay más fuerte que él. ¡Como laesencia de Anu, tan tremendo es su vigor! Ve, pues; hacia Uruk dirige tu faz,Refiérele el poder del hombre. Haz que te entregue una ramera. Llévala contigo; (20) Prevalecerá sobre él a causa de un mayor poder. Cuando abreve los animales en la aguada, Se quitará el vestido, mostrando desnuda

su madurez. En cuanto vea a ella, a ella se acercará. ¡Le rechazarán las bestias que crecieron en su estepa!» Oyendo el consejo de su padre, El cazador avanzó hacia Gilgamesh.

Emprendió el camino, en Uruk puso el pie: «[... ] Gilgamesh... , Hay un hombre que ha venido de las colinas, (30) El más poder[oso de la tierra; vigor tiene. Como la esencia de Anu, tan tremendo es su vigor. Siempre recorre las colinas, Siempre con las bestias se nutre de hierba. Siempre planta los pies en la aguada. ¡Tan espantado estoy que no oso acercarme a él! Cegó las hoyas que yo había excavado, Destrozó mis trampas que yo había puesto, Las bestias y las criaturas del llano hizo escapar de mis manos. ¡No permite que me dedique a la caza!»

(40) Gilgamesh le dijo, al cazador: «Ve, cazador mío; lleva contigo una ramera. Cuando abreve los animales en la aguada, Se quitará el vestido, mostrando desnuda su madurez. En cuanto

la vea, a ella se acercará. ¡Le rechazarán las bestias que crecieron en su estepa!»

Fuese el cazador, llevando con él una ramera. Emprendieron el camino, yendo rectos en su dirección. Al tercer día al sitio indicado llegaron. El cazador y la ramera se sentaron en sus lugares.

(50) Un día, un segundo día, estuvieron sentados, junto a la aguada. Las bestias salvajes llegaron a la aguada a beber.

(IV) Las criaturas pululantes llegaron, deleitándose su corazón en el agua. En cuanto a él, Enkidu, nacido en las colinas -Con las gacelas pasta en las hierbas, Con las bestias salvajes se abreva en la aguada, Con las criaturas pululantes su corazón se deleita en el agua

La moza le contempló, al salvaje, Al hombre bárbaro de las profundidades del

llano:«¡Ahí está, oh moza! ¡Desciñe tus pechos, Desnuda tu seno para que posea tu sazón! ¡No seas esquiva! ¡Acoge

...

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