La Escultura Del Cinquecentto: Miguel Ángel

La escultura del cinquecentto: Miguel Ángel

La escultura renacentista está dominada en la primera mitad del S.XVI por Miguel Ángel. Aunque él se siente escultor también levó a cabo obras maestras en arquitectura y pintura.

Su carácter apasionado queda de manifiesto en los sentimientos que transmiten sus esculturas. Hay un gran estudio anatómico, reflejado no solo en la fuerza física, sino también fuerza espiritual (terribilitá) en unos cuerpos con contraposto que emanan energía

Utiliza mármol blanco de Carrara, porque estima que es un noble material, el más adecuado para acercarse a la belleza.

Su concepción sobre la escultura es que la idea está dentro del bloque, lo que hay que hacer es quitar lo que sobra. Busca constantemente la perfección y la belleza esculpiendo en grandes bloques de mármol.

Varias obras han quedado inacabadas en un deliberado "non finito". Las razones de que se abandonen es que en ocasiones se le cancelaron los encargos pero sobre todo, su poderosa autocrítica pues aspiraba a conseguir la perfección y al no conseguirla, abandonaba la obra.

Su obra empieza en Florencia, lleva a cabo la Madonna de la escalera, con influencia de Donatello, donde busca el efecto de perspectiva superponiendo tres planos de diferente grosor, pero prácticamente no hay relieve.

Se traslada a Bolonia, donde conoce la obra de J.Della Quercia, en la que priman representaciones de cuerpos musculosos. Pasa un tiempo en Roma, donde toma contacto con esculturas clásicas. A ésta época permanece la Piedad del Vaticano, es una de las más clásicas, hecha en mármol blanco de Carrara. Miguel Ángel refuerza el sentido de belleza ideal, belleza enmarcada en el concepto neoplatónico. Es ésta la razón de que el rostro de la virgen sea más joven que el de su propio hijo, anacronía que su autor explica por la necesidad de "mostrarla eternamente virgen". Sujeta el cuerpo de Cristo que se desploma inerte sobre ella, advirtiéndose aquí un cierto desequilibrio del cuerpo a punto de resbalar por el manto. A pesar de ello, la composición es un equilibrado triángulo. El profundo clasicismo se completa con el tratamiento del manto, que cae elegantemente con grandes vacíos que provocan contrastes de luz y sombra. El trabajo de pulimentación del mármol y las actitudes serenas de los personajes dan a la obra armonía renacentista

En Florencia realiza el David, una obra encargada por la Señoría de Florencia para uno de los contrafuertes de la catedral a Agostino de Ducio, quien abandonó la obra y se hizo cargo Miguel Ángel, para el esto era un gran reto, tanto por las dimensiones, como por labrarse en un solo bloque de mármol. El existo fue tal, que el presiono para que el e diese otra ubicación, situándose de este modo ante la portada del Palacio Viejo. Fue considerado un símbolo del triunfo de la República sobre los Médicis. Posee toda la belleza del desnudo clásico,

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