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La Familia Uno Y Dos La Ciudad Antigua

stillnotaplayer24 de Septiembre de 2012

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Encontraremos en cada casa un altar, y en torno del altar a la familia congregada. Cada mañana se reúne para dirigir al hogar las primeras oraciones, cada noche para invocarlo una postrera vez. En el decurso del día también se reúne cerca de él para la comida que se comparte piadosamente luego de orar y hacer la libación. En todos sus actos religiosos canta en común los himnos que sus padres le han legado.

En la arte viviente y la parte muerta de la familia, sólo hay a distancia de algunos pasos que separa la casa de la tumba, en ciertos días les llevan comida fúnebre, a cambio de estas ofrendas solicitan su protección.

Habiendo muy justamente observado los historiadores del derecho romano que ni el nacimiento ni el afecto eran el fundamento de la familia romana, han creído que ese fundamento de la familia romana, han creído que ese fundamento debía encontrarse en el poder paternal o marital. La autoridad paternal o marital: no es, pues, el principio constitutivo de la familia.

Lo que une a los miembro s de la familia antigua es la religión del hogar y de los antepasados. La familia antigua es una asociación religiosa todavía más que una asociación natural. Sin duda que la religión no ha creado la familia, pero seguramente que ella le ha dado sus reglas. Una familia era un grupo de personas al que la religión permitía invocar al mismo hogar y ofrecer la comida fúnebre a los mismos antepasados.

La primera institución establecida por la religión es probablemente, el matrimonio. La mujer tenía su parte en el culto. Soltera, asistía a los actos religiosos de su padre; casada, a los de su marido.

En una casa hay una jovencita, desde la infancia toma parte en la religión de su padre. Si un joven de otra familia la pide en matrimonio, el asunto se trata de abandonar el hogar paterno, que no confíe en permanecer fiel al uno honrando al otro.

El matrimonio es , pues, un acto grave para la joven, y no menos grave para el esposo, pues con ella hará las ceremonias misteriosas de su culto, le revelará los ritos y las fórmulas que son patrimonio de su familia.

Pollux, dice que en los antiguos tiempos, al matrimonio se le designaba el nombre de “telos” que significa ceremonia sagradas, la ceremonia no se realizaba en el templo, sino en la casa, y la presidía el dios doméstico. La costumbre de dirigirse previamente a los templos y de ofrecer sacrificios a los dioses a lo que se daba el nombre de preludios del matrimonio. Pero la parte principal había de celebrarse siempre ante el hogar doméstico.

La ceremonia entre los griegos:

1.-en la casa paterna y en presencia del pretendiente, el padre, rodeado ordinariamente de su familia, ofrece un sacrificio. Terminado éste, pronuncia una fórmula sacramental declarando que entrega su hija al joven. Esta declaración es absolutamente necesaria en el matrimonio, pues la joven no podría ir, antes de esto, a adorar al hogar de su esposo si su padre no la hubiese desligado previamente del hogar paterno. Para que entre en la nueva religión debe estar exenta de todo lazo y de toda conexión con su religión primera.

2.-se transporta a la joven a casa del marido. En ocasiones es el marido mismo quien la conduce. En algunas ciudades, el cuidado de conducir a la joven corresponde uno de esos hombres que estaban revestidos entre los griegos de carácter sacerdotal y recibirían el nombre de heraldos. Ordinariamente se coloca a la joven en un carro, el rostro cubierto con un velo y en la cabeza una corona. Como frecuentemente tendremos ocasión de ver, la corona se usaba en todas las ceremonias del culto. Su traje era blanco. Blanco era el color de los trajes en todos los actos religiosos. Se la precede con una antorcha: es la antorcha nupcial. Durante todo el recorrido se canta en torno de ella un himno religioso, que tiene por estribillo: llamábase

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