La Gente De La Edad Media
catherin2313 de Octubre de 2014
3.513 Palabras (15 Páginas)273 Visitas
La gente de la Edad Media
Clérigos y laicos, señores y siervos,
burgueses, comerciantes y artesanos,
viajeros y peregrinos, pobres y enfermos
—Hasta ahora hemos hablado sobre todo de la
Edad Media «bonita», pero hay también cosas men os
bellas. Por ejemplo, cuando se dice «sociedad feudal»
siem pre se hace para condenar a la Edad Media...
—De acuerdo, pero, como todas las sociedades,
la de la Edad Media es compleja. ¿Por qué se la califica
de «feudal»? Sobre todo porque estaba dominada
por los «señores», que tenían súbditos llamados
«vasallos», a los que concedían («prestaban», si lo
preferís) tierras que les aportaban rentas y que se llamaban
«feudos», de donde viene «feudalismo». Esta
palabra designa un sistema social que los filósofos
del siglo xv m y los hombres de la Revolución detestaban
y denunciaban porque, en él, el pueblo, los campesinos
y la «gente humilde» eran oprimidos por los
poderosos y los ricos. Y esta imagen ha permanecido
unida a la Edad Media.
LOS CLÉRIGOS: « S E C U L A R E S » Y « R E G U L A R E S»
—¿Se p u ed e decir que era una sociedad en la que
p or definición reinaban las desigualdades, en la que los
señores oprimían a los siervos?
—Hablaremos de eso. Pero antes es necesario
tener en cuenta una división diferente, todavía más
importante para las gentes de aquella época. En la
Edad Media, se daba en primer lugar una gran separación
entre dos tipos de hombres: por un lado, los
que habían consagrado su vida a Dios y a la religión,
y que eran los «clérigos», y, por otro, los hombres
que, sin dejar de ser buenos cristianos que rendían
culto a Dios, tenían una familia, un oficio y eran más
independientes con respecto a la Iglesia: eran los
«laicos».
—¿Eran los clérigos exclusivamente hombres? ¿No
había mujeres entre ellos?
—Casi era así. Fueron fundamentalmente hombres:
obispos, sacerdotes y también los religiosos a
quienes se llamaba «monjes». Sin embargo, también
había mujeres religiosas que vivían en comunidad en
los monasterios (de ahí su nombre: «monjas»). Los
clérigos eran célibes, aunque durante los primeros
siglos de la Edad Media los obispos y los sacerdotes
convivían a veces con una mujer y, por tanto, tenían
hijos. A partir del siglo x i i , la Iglesia prohibió definitivamente las parejas, prohibición que enseguida sevolvió muy severa. Por la misma época, los monjes,
que habitaban en los monasterios y acogían a veces
comunidades de mujeres, se vieron obligados a partir
de entonces a excluirlas o a mantener separaciones
muy estrictas.
—¿Cómo se hacia uno clérigo?
—Quien tenía esa «vocación» solicitaba al obispo
su admisión como clérigo. A continuación, aprendía
la piedad, la devoción. Los futuros sacerdotes recibían
una serie de nombramientos, de «grados», cada
vez más elevados. El último era un sacramento, el sacerdocio
o sacramento de la ordenación: el sacerdote
se convertía entonces en un clérigo superior, facultado
para impartir los sacramentos (es decir, para bautizar,
confesar y celebrar misa) y para predicar. Por
encima del sacerdote se encontraba el obispo.
—¿Había muchos clérigos?
—Sí, ¡sobre todo si los comparáis con la actualidad!
Pero hay que distinguir entre dos tipos de personajes
religiosos en el clero medieval, una distinción
que, por lo demás, ha seguido siendo válida.
Por una parte, estaban los clérigos relacionados con
los fieles, encabezados por los sacerdotes, que se encargaban,
por lo general, de una «parroquia» dentro
del marco de una diócesis, que dirigía el obispo. Cons56
LA EDAD ME D IA E X P L I C A D A A LOS JÓ V E N E S
tituían lo que se denominaba el «clero secular» porque
vivían «en el siglo», es decir, en el mundo. Por
otra parte, estaba el clero que vivía en soledad y retirado
del mundo, aun cuando tuviera más contactos
con la vida pública de lo que se cree: eran los monjes,
los «regulares», los que vivían solos («monje» viene
de una palabra griega, monos, que significa «solo»)
y obedecían a una «regla». Mantuvieron este nombre
de «monjes» («solitarios») aun cuando, por lo demás,
la mayoría de ellos habitaba en comunidades bastante
aisladas del resto del mundo.
—Vero había varios tipos de monjes...
—Fueron muy numerosos a partir de los siglos v
y vi. Los monjes irlandeses, en concreto, se distinguieron
por la fundación de monasterios en los Vosgos
y los Alpes. En el siglo vi, un monje italiano, Benito
de Nursia, promulgó una regla moderada (es
decir, no demasiado severa), en la que los trabajos
manuales y los oficios religiosos estaban bien equilibrados.
A comienzos del siglo ix, el hijo de Carlomagno,
Luis el Piadoso, impuso esta regla para todo
el conjunto de los monjes: fueron los benedictinos.
Pero la cosa no paró ahí. A partir del siglo x, se
crearon numerosas órdenes religiosas, bajo la inspiración
de la regla de san Benito, que se iba adaptando a
las evoluciones de la sociedad. Una de estas órdenes,
fundada en Cluny, se difundió por toda Europa de
LA CÍENTE DE LA EDAD MEDIA 57
una forma extraordinaria, hasta el punto de que sus
monjes llegaron a alcanzar un poder enorme y su jefe,
el abad de Cluny, era considerado un personaje muy
influyente. De hecho, algunos papas de esta época
fueron antiguos monjes de Cluny. En el siglo x i i , se
produjo una nueva oleada de monjes reformados, es
decir, de monjes preocupados por la recuperación de
un modo de vida más austero, más cercano a la letra y
al espíritu de la regla de san Benito. Los más conocidos
fueron los cistercienses, nombre que se deriva de
su «casa materna», situada en Citeaux, en Borgoña.
El más célebre de todos ellos fue san Bernardo, que
vivió en la primera mitad del siglo xn.
—Los templarios, ¿no eran acaso también una orden
religiosa?
—A eso quería llegar precisamente. Las Cruzadas
contra los musulmanes (la primera Cruzada tuvo
lugar a finales del siglo xi [véanse, más adelante, las
págs. 90-93]) y el d eseo d e convertir p or la fuerza a los
paganos provocaron la fundación de órdenes militares;
las principales fueron, al sur y al oeste, los templarios
y los hospitalarios, y, al este, los Caballeros
teutónicos. También las hubo en España.
—¿Fue Francisco d e Asís un m on je?
—No, sin duda. A comienzos del siglo xm se fundaron
las llamadas órdenes «mendicantes»; los fran58
LA ED AD MEDIA E X P L I C A D A A L O S JÓ V E N E S
císcanos por Francisco de Asís y los dominicos por
santo Domingo. No eran monjes, sino hermanos. No
vivían en soledad, sino en conventos situados en las
ciudades. Se les llamó «mendicantes» porque vivían
de la caridad y las donaciones, y no gracias a la renta
de sus tierras y sus posesiones (¡ya se encargaban sus
«amigos» laicos de administrar esas tierras y posesiones!).
Los hermanos mendicantes tuvieron un éxito
fulgurante. Se ocupaban preferentemente de los individuos
y las familias en las ciudades, aunque algunos
laicos les reprocharon que se mezclaran demasiado
en sus asuntos, que fueran excesivamente
«invasores». A partir del siglo xiv, la cantidad y la
importancia de los monjes y los religiosos disminuyeron
considerablemente.
Los l a i c o s : s e ñ o r e s y s i e r v o s , h a b i t a n t e s
DE LAS CIUDADES Y BURGUESES
—¿Son laicos todos los que no son clérigos?
—Sí, pero hay que distinguir entre tres tipos de
laicos: los señores o nobles, los campesinos o siervos
y los habitantes de las ciudades o ciudadanos.
En primer lugar, están los que ocupaban la posición
más elevada y de los que ya hemos hablado: los
caballeros. Estos podían tener dos nombres o dos títulos:
podían llamarse «señores», porque las tierras
LA CÍENTE DE LA EDAD ME DIA 59
que poseían se llamaban «señoríos» y porque percibían
las rentas de la agricultura y los cánones (es decir,
sumas de dinero) de los campesinos, o incluso
recibir el título de «nobles», procedente de la Antigüedad,
lo que los situaba en un cuerpo social superior,
la nobleza. Esta dominaba a los que no formaban
parte de ella, los plebeyos.
Por debajo de los señores, se encuentra todo el
pueblo de los que no son nobles, y son por lo general
campesinos. Hasta el siglo x i i los campesinos no
eran verdaderamente libres, y se los designaba con el
nombre de «siervos», una palabra que viene del latín
servu s, «esclavo». Pero los siervos no se podían comparar
ciertamente con los esclavos de la
...