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La Iatrogenia ¿negligencia O Un Salvoconducto A La Desidia Medica?


Enviado por   •  14 de Mayo de 2014  •  3.029 Palabras (13 Páginas)  •  316 Visitas

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LA IATROGENIA ¿NEGLIGENCIA O UN SALVOCONDUCTO A LA DECIDIA MEDICA? (Parte 1- 2)

Autor: MSc. Pastor Enrique Vargas E.

E mail: raicesbarquisimeto@hotmail.com

La medicina desde tiempos remotos ha ido evolucionando y rompiendo paradigmas, en búsqueda del conocimiento científico y con objetivos muy precisos como lo son la calidad de vida y por ende la expectativa de vida en individuos de esta sociedad. En base a esta consideración, la Organización Mundial de la Salud (OMS) señala que, la calidad de vida es "la percepción que un individuo tiene de su lugar en la existencia, en el contexto de la cultura y del sistema de valores en los que vive, en relación con sus objetivos, sus expectativas, sus normas, sus inquietudes. Se trata de un concepto muy amplio que está influido de un modo complejo por la salud física del sujeto, su estado psicológico, su nivel de independencia, sus relaciones sociales, así como su relación con los elementos esenciales de su entorno", así mismo Rozze (2006) asume que la calidad de vida está relacionada entre la medicina y lo social. Asociando estas dos definiciones, antes señaladas, se puede evidenciar que existen elementos en común como son la salud física y el estado psicológico, con todos sus relacionantes, y que de una u otra forma influyen directamente en los actores sociales.

Las diferentes enfermedades que cada día padece la humanidad, amerita la intervención médica, así como, la evolución que se requiere en este campo, puesto que entre lo tradicional y lo moderno se debate un diagnóstico certero y eficaz de los profesionales de la medicina, en relación a esto, el diagnostico medico es vital para el tratamiento de la persona, el cual, debe acudir a un especialista para identificar mediante procedimientos propios de las patologías existentes una mejora significativa de las mismas, no obstante, todos no consiguen un correcto diagnóstico, creando incertidumbre en la persona, pero, ¿cuál puede ser la razón el cual conlleva a un mal diagnóstico, o a no dar con diagnóstico alguno?. Al respecto, José Asilis-Záiter, decano de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad Nacional Pedro Henríquez Ureña, Santo Domingo, República Dominicana, expresa que “Asumiendo que el médico esté debidamente preparado, la principal razón es no practicar adecuadamente una historia clínica y un examen físico adecuado”, de modo que un examen clínico bien fundamentado podría evitar una errónea decisión.

En este mismo orden de ideas, cabe mencionar lo señalado por el Phd. Dr. David Blumenthal, este expresa que “Si los pacientes no están recibiendo un tratamiento correcto, alguien en su proceso de diagnóstico y tratamiento está tomando decisiones incorrectas”. En patología donde se requiere abordar al paciente de manera integral, es necesario la intervención de varios especialistas para orientar bien el tratamiento y hacerlo más eficaz en beneficio de las personas. Sin embargo, no todos los médicos, realizan consultas científicas, estadísticas de riesgos, de fracasos, de éxito, o bien tomar en consideración la opinión de otros médicos, antes de asumir la mejor decisión, por lo que se requiere ser acucioso y tener un espíritu investigativo y observador, el cual, son pocos los que tienen estas cualidades.

Al respecto, el Dr. Philip A. Tumulty, del Johns Hopkins University School of Medicine de Baltimore, conocido como un especialista en diagnostico sin igual y un campeón del enfoque humanista de la medicina, señalaba que “Antes de lograr ser clínicos eficaces, los médicos deben desarrollar diversas habilidades. Deben ser científicos y conocer el curso natural de las enfermedades comunes y de las raras. Deben ser capaces de obtener evidencia clínica de todas las fuentes posibles, ser agudos analistas de todos los hechos obtenidos y, a través de la lógica, elaborar una conclusión razonable sobre su significado. Además, si estas capacidades han de tener un efecto práctico sobre los pacientes, los clínicos deberán tener facilidad para comunicarse con ellos y con los miembros de su familia” es evidente la visión, el profesionalismo y la calidad humana de este eminente médico, caso contrario lo que se percibe en estos momentos, en que muchos galenos el interés económico y la poca humildad están por encima de lo que debe ser la ética profesional.

En base a las consideraciones anteriores, el Dr. Samuel Ponce de león de la Faculta de Medicina de la Universidad Autónoma de México, hace ver que la ética médica se fundamenta en al menos los siguientes cuatro principios básicos: 1) Principio de no-maleficencia, que sigue siendo el primero y fundamental, descrito como primum non nocere (primero no dañar); 2) Principio de justicia, que se relaciona con la responsabilidad del médico sobre la asignación y utilización de los recursos de salud, tanto individual como colectivamente; 3) Principio de beneficencia, que implica que las decisiones y acciones buscarán siempre el mejor bienestar del paciente; y 4) Principio de autonomía, que reconoce el derecho del paciente a participar en la toma de decisiones que directamente le atañen, incluyendo el rechazo al tratamiento.

En base a estos señalamientos, es pertinente hacer la siguiente interrogante ¿están presentes los referidos principios en los médicos de hoy?, es aquí donde debe hacerse un análisis objetivo y a profundidad, basado en experiencias de un buen número de casos, haciendo conjeturas al mismo. Si se realiza un estudio a profundidad en cada uno de estos principios, todos están relacionados con el resultado de un sinfín de casos que pueden contrastar o relacionar con principios filosóficos y sociales que van más allá de la esencia científica humanista orientado al bienestar de la salud y el entorno social del sujeto.

Sin embargo, el principio “el primero no dañar”, parecería contraproducente hoy en día en muchos profesionales de la medicina, pudiendo especularse, como la preponderancia de lo económico por encima de los trabajos de investigación y actualización científica, en aras del bienestar del paciente, o sea, es un deber del médico, estar al día, sus estudios no deben terminar nunca, puesto que los adelantos técnicos y tecnológicos en la medicina son cada día más relevantes y significativos. Es por ello, que aún no nos cansamos de observar la continua prescripción de tratamientos médicos clásicos, anticuados, aunado a la toma de malas decisiones, de modo, que esto en conjunto podría traer como consecuencia perdidas incalculables desde lo económico, social, fisco y psicológico para

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