La Inflacion En Venezuela
pearljam5010 de Noviembre de 2013
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El
contenido
, que puede leerse
aquí
en forma completa, y en el que
abundan los datos y los gráficos
ilustrativos, cuenta con los capítulos
siguientes:
1. Vivir con inflación
2. Concepto de inflación
3. Causas de la inflación
4. Inflación y depreciación
5. Inflación y déficit fiscal
6. Los efectos de la inflación
7. Cura de la inflación
7.1. Objeciones a la dolarización
7.2. Implementación de la reforma
LA INFLACION
QUE ES Y COMO ELIMINARLA
Hugo J. Faría y Carlos Sabino
Presentación
La inflación, decía Hayek hace casi cuarenta años,
es siempre el resultado de la
debilidad o de la ignorancia de aquellos que tienen
a su cargo la política monetaria... Y,
destacando sus perniciosos efectos, señalaba que: h
ace cada vez más difícil que las
personas de ingresos moderados provean por sí misma
s a las necesidades de su vejez;
disuade el ahorro; induce a la gente a endeudarse,
y, al destruir la clase media, crea esa
dramática y preñada de amenazas desigualdad entre r
icos y pobres, tan típica de
todas aquellas sociedades que han sufrido inflacion
es prolongadas.
[Hayek, Friedrich,
Los
Fundamentos de la Libertad,
Madrid, 1991, pp. 364 y 412.]
Estas palabras, pronunciadas en un contexto y una é
poca tan diferentes, parecen sin
embargo una descripción de lo que sucede en la Vene
zuela de hoy. Hemos visto cómo,
durante sucesivos gobiernos, políticas monetarias p
oco responsables nos han llevado a
un largo período inflacionario que ha tenido consec
uencias sociales y políticas
sumamente graves. Se ha jugado alegremente con las
magnitudes económicas y se han
impuesto controles a la economía siempre con un cri
terio de corto plazo, que ha dejado
para más adelante una acción definitiva contra la i
nflación.
Para comprender mejor este fenómeno, alertando sobr
e los efectos que produce, y
para mostrar que sí existe una verdadera cura contr
a la inflación, el Centro de
Divulgación del Conocimiento Económico, CEDICE, ha
encargado a dos prestigiosos
colaboradores de la institución la redacción de est
a obra, destinada a explicar y difundir
entre los lectores qué es y cómo puede ser eliminad
a la inflación. Tanto Hugo Faría,
economista, como Carlos Sabino, sociólogo, nos mues
tran en estas páginas, con
claridad y sencillez, por qué Venezuela padece desd
e hace tanto tiempo este mal
económico y qué podemos hacer hoy para eliminarlo.
Esperamos que este texto contribuya a nuestro objet
ivo de acercarnos a una Venezuela
más próspera y más libre, constituida por ciudadano
s responsables, donde el esfuerzo de
cada uno pueda fructificar en un marco económico y
jurídico apropiado.
Rafael Alfonzo Hernández
Presidente de CEDICE
1. Vivir con inflación
Venezuela, durante mucho tiempo, tuvo una envid
iable estabilidad de precios. La
gente se acostumbró a que cada producto tuviese un
precio más o menos constante,
aun cuando éste no estuviera fjado por ninguna regu
lación oficial. Muchos lectores
todavía recordarán que, durante los años sesenta y
setenta, un kilo de carne de primera
valía once bolívares, que siete plátanos se comprab
an por dos bolívares, un café
pequeño costaba un "mediecito" y el dólar permanecí
a invariable a 4,30.
Primero lentamente y luego de un modo cada vez
más acelerado, las cosas
comenzaron a cambiar. Los precios empezaron a subir
desde mediados de los años
setenta de un modo que no se había visto antes en e
l país. Lo hacían, al comienzo, en
movimientos amplios que modificaban todos los valor
es conocidos pero que tendían a
estabilizarse poco después. Era como una ola de aum
entos que luego remitía, hasta que
llegaba -quizás algunos meses más tarde- un nuevo c
iclo de aumentos, generalmente
más intenso que la anterior. Con el correr del tiem
po este oleaje se hizo más recurrente,
más seguido, aunque no por ello más fácil de predec
ir: la distancia entre las crestas de
las olas se fue acercando hasta que, más o menos ha
cia 1986, se convirtió en un
movimiento casi continuo de ascenso en los precios.
Todos nos acostumbramos al
vendedor que nos decía: "Cómprelo ahora, porque me
han dicho que para el mes que
viene va a subir..."
Lo más grave, para el ciudadano corriente, es q
ue este aumento de precios no fue
acompañado de un aumento similar en sus ingresos. L
os sueldos subían, ciertamente, de
tanto en tanto, pero lo hacían siempre a un ritmo m
ucho menor que el del aumento de
los precios. Varios gobiernos, alarmados por el des
contento que esta situación traía,
encontraron que la solución más sencilla era impone
r controles en determinados
productos, en especial aquéllos que tienen una dema
nda más generalizada y se
consideraban de primera necesidad. También se decre
taban aumentos salariales
generales y obligatorios, con la esperanza de poder
restituir en parte el poder adquisitivo
de la población trabajadora, aunque los continuos a
umentos de precios hacían que el
efecto de estas medidas resultase pasajero, pues pr
onto los nuevos sueldos resultaban
inferiores, en realidad, a los anteriores. Los cont
roles de precios y los aumentos
compulsivos de salarios, después de un cierto tiemp
o, siempre fallaron y resultaron
inefectivos para controlar la constante marcha de l
o que llamamos inflación.
La
inflación
ocurre cuando todos o casi todos los precios suben
, como empujados por
una fuerza que actuase sobre su nivel general, y cu
ando estos aumentos se hacen
recurrentes, como si nunca fueran a detenerse. No h
ay inflación cuando un grupo de
bienes o servicios aumenta de precio con relación a
los otros, como en el caso de una
mala cosecha que, provocando escasez, hace subir el
precio de algunos rubros
alimenticios; no acostumbramos a hablar de inflació
n, tampoco, cuando nos referimos a
un aumento generalizado pero que no se sostiene en
el tiempo, como en el caso de lo
que ocurría en Venezuela hasta mediados de los años
setenta. La inflación es algo más
general, es una especie de
enfermedad
de la economía a la que nadie puede escapar
porque obliga de hecho a todos los actores económic
os, a quienes venden o compran,
a los trabajadores y a los empresarios, a subir los
precios de lo que venden para no
quedarse detrás. Quien no lo hace corre el riesgo d
e sufrir fuertes pérdidas, de ver
reducidos sus ingresos o de hacer quebrar su negoci
o.
¿Qué es lo que motiva esta escalada sucesiva, q
ue hoy en Venezuela parece
imposible de detener? ¿Qué fuerzas hay detrás? ¿Cóm
o se la puede combatir?
A primera vista los culpables, para el ciudadan
o común, parecen ser los comerciantes
y los productores de mercancías. Ellos, y no otros,
son los que cambian los precios de lo
que venden, los que "especulan"
[En economía se entiende por especulación algo muy
distinto. Según el
Diccionario de Economía y Finanzas
de Carlos Sabino (Ed. Panapo,
Caracas, 1991), especulación es la "Práctica de com
prar a precios bajos con la
intención de vender, posteriormente a un precio may
or. [...] ..la especulación es una
práctica comercial normal, que casi todo el mundo r
ealiza de un modo u otro y que sirve
para regular indirectamente los mercados, favorecie
ndo tanto al especulador como a
los consumidores."]
y remarcan sus productos, los que nos dan la terri
ble sorpresa de que
aquello que ayer costaba 100 bolívares hoy cuesta,
digamos, 140. Por eso se los acusa y
se los critica, se les imponen leyes y reglamentos
para controlar sus actividades, se los
hace culpables de la inflación. Pero los controles,
como lo muestra la experiencia
venezolana e internacional, siempre acaban por fall
ar: después de un cierto tiempo la
producción se tiende a reducir, se crea una escasez
artificial que cada vez abarca más
bienes y ocurre que hay que fijar nuevos precios -m
ás altos que los anteriores- o
abandonar la fijación de precios por completo.
Un somero análisis del problema nos permite com
prender por qué esto sucede. El
comerciante no es más que el punto final de la cade
na de comercialización, el agente
que pone en contacto los productos que
...